Saltar al contenido →

Etiqueta: Web 2.0

Algunas serpientes de verano que no te quisieras perder (2009)

Este año sí, he conseguido mantenerme más o menos conectado al Mundo Real™ dejando a un lado los quehaceres de mi actividad de “documentalista enredado”. Sin embargo, como bien sabemos todos, el mundo sigue girando aunque nos ausentemos brevemente de él, así que, como ejercicio de reentré, os dejo algunas noticias aparecidas durante las últimas tres semanas que no me hubiese querido perder en este periodo vacacional.

Agosto, el mes por excelencia de playa y descanso, el mes de la aparición de bibliobuses y las bibliopiscinas en los medios de comunicación como bien nos recordaba el diario Levante-EMV el pasado día 16, así como el aumento de la afluencia de estudiantes a las instalaciones bibliotecarias ante la proximidad de los exámenes de septiembre.

Y es que los bibliotecarios no han permanecido precisamente ociosos durante este mes de agosto. En un acto de marketing viral, se dispusieron a ejecutar un Twitter Bombing para posicionar la palabra #biblioteca en Twitter. La campaña funcionó a medias a pesar de las muchas manos dispuestas y de que, según nos consta, algún bibliotecario se apresuró a darse de alta en el sistema para poder posicionar la palabra en las primeras posiciones. Lara Rey recogió las principales impresiones de los bloguers, así cómo se gestó la propuesta que, aunque no alcanzó el objetivo trazado en un principio principalmente por tratarse de un mes tan difícil para encontrar una buena cantidad de twitteros enfrente de sus ordenadores, da para la reflexión.

Situándonos ya fuera del ámbito bibliotecario, Twitter también se situó en las primeras planas debido a que permaneció caído durante dos horas tras un ataque informático. El infierno pareció congelarse durante durante dos horas, las suficientes para que se replantease el debate de la seguridad en la Nube en un mes en que la actualidad tecnológica no es que sea precisamente efervescente, aunque no deje de ser interesante. Como lo es, el hecho de que las grandes compañías tecnológicas se alíen para realizar un frente común contra Google y su macroproyecto de digitalización de libros, que no deja de añadir nuevas Bibliotecas como la Nacional Francesa, y que merecerá un ejercicio de reflexión por nuestra parte en breve.

Por otra parte, señalaros los artículos dedicados a la reputación on-line del diario Cinco Días. El primero de ellos referente a la red social Facebook, mientras que el otro de forma más genérica a la Web 2.0 y las Redes Sociales y los usos que hacemos de ellas.

Para finalizar, el paso adelante que ha dado Rupert Murdoch hacia el pago de los contenidos de los medios de comunicación que conforman su empresa News Corp., que está siendo seguido con especial atención por el resto de empresas informativas y que puede convertirse en una realidad en un futuro no muy lejano.

Parece que agosto tampoco parece ser un mes para permanecer completamente desconectado, después de todo.

Comentarios cerrados

Los flujos de información ni se crean ni se destruyen, sólo se transforman

El mundo ha cambiado. Lo siento en el agua, lo siento en la tierra, lo huelo en el aire…
Mucho de lo que era, se ha perdido… Pero nadie vive que lo recuerde.

De estas frases, ninguna de ellas, son mías. El titular lo he extraído del último artículo de opinión del director de El Boletín, un semanario económico regional de la Comunidad Valenciana, Cruz Sierra; mientras que las otras frases citadas más de uno podrá recordarlas.

El mundo de la información está cambiando de forma completamente dramática, el modo en el cual la consumimos también y los profesionales de la información nos enfrentamos a la encrucijada de si realmente estamos preparados para los cambios que se avecinan. En España, el colectivo de los profesionales de la información lo constituyen dos grupos diferentes pero que no se han puesto de acuerdo a la hora de apropiarse de cierto término, pero que contemplan cómo el mundo se les está transformando.

Si bien los documentalistas, han tratado de adaptarse a los nuevos tiempos mediante las fórmulas de denominación como infonomistas o vigilantes tecnológicos; lo cierto es que estas fórmulas han resultado, más que integradoras, excluyentes; distanciando colectivos que bien podrían haberse dado la mano. Por su lado, los periodistas han tratado de encontrar sus sinónimos en los profesionales de la comunicación, primero, mientras que posteriormente han tratado de englobar todo el hecho comunicativo mediante la fórmula profesionales de la información. Además, el término Ciencias de la Información se consideran en España patrimonio de los periodistas (Algunas facultades universitarias se acogen a esta denominación), mientras que los documentalistas consideran su disciplina, la Documentación, como la Ciencia de las Ciencias, es decir, la Ciencia de la Información Científica.

Este aparente choque entre disciplinas tan radicalmente distintas no es sorprendente. El proceso de la información puede ser reducido ha tres conceptos básicos, a saber, Información – Comunicación – Documentación, una tríada que puede ser ampliada agregando todos los elementos que se deseen pero que puede ser perfectamente entendida con estos componentes. Sin embargo, documentalistas y periodistas se enfrentan a un nuevo mundo dominado por la Web en el que el soporte es fagocitado por los bits y el distribuidor principal de usuarios casi se centra en un único actor.

Del lado de los periodistas, David Simon lo resumía estupendamente en el reportaje que le dedicaba El País a su estupenda serie The Wire en el que atacaba a la blogosfera. De esta manera, el periodista acusaba a los bloggers de dedicarse en la mayoría de los casos “a amontonar informaciones que encuentran en otros lugares sin hacer ellos mismos ningún ejercicio de periodismo. Y acuso a los bloggers de escribir mucho sobre corrupciones sin haberse dedicado nunca a conocer por dentro las instituciones que critican”. Simon no cree en el periodismo ciudadano ni en su viabilidad dentro de una sociedad que necesita del tutelaje del cuarto poder y críticas no le han faltado.

Los periodistas han descubierto cómo las fuentes primarias vuelcan sus informaciones en la Red reclamando el protagonismo que sólo ellos deberían otorgarles después de un trabajo de filtrado, contextualización y análisis. Sin embargo, los blogs – y el Social Media resultante de su evolución – se saltan ese proceso. En muchos casos, la falta de contextualización sólo sirven para que los blogs, muchos de ellos comerciales, se centren en la réplica de las notas de prensa de empresas e instituciones sin querer entrar en la validez de esas informaciones. Ése es el principal error y lo que la sociedad está perdiendo lentamente. Puede que el producto final de la Web Social no sea de calidad, pero dentro de Internet es popular y por ello rentable y, como bien sabemos de otros medios de comunicación, lo popular se enfrenta con la calidad del producto final, aunque interesadamente nos gusta obviarlo.

Por su parte, los documentalistas han intentado realizar un proceso de reflexión propio. De este modo, José López Yepes presentaba al Homo Documentalis (un ciudadano intelectual capaz de crear y consumir responsablemente ciencia y cultura) y el Homo Documentator (un nuevo perfil de documentalista a la altura de la sociedad de la información). Sin embargo, las nuevas competencias del documentalista propuestas por el catedrático parecen ser fagocitadas por el Homo Documentalis, que se conforma con los instrumentos que la Web le pone a su alcance.

Los documentalistas más veteranos, a los que hacíamos referencia en un texto anterior, contemplan cómo los flujos de información dentro de la sociedad están cambiando de forma acelerada, mientras aquellos encargados de analizarlos parecen estancados en un pasado mejor. El Homo Documentator debe de dar un paso más hacia la comprensión de la información como un bien económico, entender sus características y su ecología. Debemos comenzar a abandonar los libros como elementos principales del transmisión del conocimiento y comenzar a detenernos a comprender e integrar el proceso informativo como un todo que debemos estudiar, hasta los editores comienzan a considerar a Google como lo peor que les ha sucedido, y los libros electrónicos como el futuro inevitable.

El futuro es completamente apasionante y debemos comenzar a incorporarnos a él. Los flujos de información, lo que verdaderamente nos debería preocupar, todavía se encuentran ahí, no han sido destruidos; debemos de localizarlos, estudiarlos y sacarles partido en la medida que sea posible para nuestras organizaciones.

6 comentarios

¿Está bajando la audiencia en la Web? Los datos según Google Trends

Trasteando un poco con Google Adplanner, la plataforma diseñada por Google similar a Google Trends para la gestión de la publicidad en la Web, es decir para los usuarios de Adwords; recibo la bienvenida con un gráfico referido al volumen de tráfico que está soportando el dominio Wikipedia.org. En un principio, no le doy excesiva importancia porque, al fin y al cabo, quién puede poner anuncios en la Wikipedia (Nadie de momento porque la Wikipedia no admite publicidad), hasta que me percato que el gráfico tiene un dibujo con una tendencia claramente descente. Actualmente, en Google Adplanner se muestra de la siguiente manera:

Según los datos de Google, o sus estimaciones, el volumen del tráfico soportado por la Wikipedia es descendente desde principios del 2008, lo que me conduce a preguntarme si esto también está sucediendo en el resto de los sitios webs más populares y de esta manera convirtiéndose en una tendencia. Así pues, decido realizar unas cuantas comparativas sirviéndome de Google Trends. Siguiendo el OJD (Oficina de Justificación de la Difusión) trato de trazar una gráfica con tres de los medios de comunicación de ámbito español más populares en la Red, aunque para el trazado de gráficos significativos y legibles debo separar algunos de ellos y agruparlos.


El resultado es bastante interesante puesto que, en general, podríamos afirmar que en todos los casos las páginas web de los medios de comunicación están perdiendo tráfico salvo un repunte en las últimas semanas. Pero, ¿cuál sería el resultado si utilizásemos algunos blogs tecnológicos más populares en España? ¿También se encontrarían perdiendo tráfico?


La tendencia como se puede comprobar es la misma que en los sitios web de los medios de comunicación. Lo que me lleva a considerar que o los gráficos y los datos están mal o realmente la audiencia dentro de la Web se está reduciendo. Pero, si la Web está perdiendo visitantes, ¿dónde podrían estar actualmente los internautas? ¿Dónde pasan actualmente su tiempo? Puede que este gráfico nos pueda despejar las dudas.

Nota: Gráficos generados el 4 de julio de 2009 a través de la herramienta Google Trends con los datos correspondientes a la opción Websites, al ámbito geográfico Spain y temporal All years.

7 comentarios

La revolución infiltrada

A tenor de lo sucedido en las últimas semanas, podemos asegurar que Internet ya ha alcanzado la mayoría de edad. El invento transmisor de ideas más importante desarrollado desde la difusión de la imprenta por Gutenberg ya nos ha cambiado para siempre, irremediablemente. El Mundo asiste estupefacto a las revueltas sociales en Irán tratando de etiquetarlo mediante el uso de herramientas, la revolución Twitter (que se dio previamente en Moldavia), pero no podemos olvidar que también las imágenes y los vídeos son fundamentales para poder entender lo que está sucediendo.

Es la revolución del mensaje corto, sólo 140 caracteres pueden ser utilizados en Twitter, que facilitan el intercambio rápido de la información, casi telegráfico, la creación de un espacio para la organización y poco más. El Gobierno iraní trató de limitar el posible efecto de las elecciones presidenciales cortando la posibilidad de enviar SMS a través de los móviles preveyendo quizá el descontento social, como ya se había dado en otros países en otras circunstancias, pero su Sociedad se les había adelantado, siempre un paso por delante de los Gobiernos y se organizaron de forma rápida. Acudieron a la Web, a las herramientas que no fueron cortadas tras percatarse que la comunicación del descontento iba por otras vías.

Si las industrias audiovisuales descubren cómo el modelo de negocio se les escurría entre los dedos, no pudiendo impedir que sus productos se distribuyan de forma casi gratuita por los internautas, qué podría suceder con las ideas y los sentimientos de los ciudadanos.

Mientras tanto los medios de comunicación, muchos de ellos expulsados de Irán por las autoridades, luchan para entender el fenómeno donde no son ellos los que distribuyen la información, tratando contrastar las informaciones que se dan y aportan desde dentro. Contemplan estupefactos esa revolución porque no son ellos los que persiguen la noticia, no pueden contrastarla, han sido apartados de ella, pero deben de darla. Es el momento definitivo del periodismo ciudadano, de la utilización de la Web como medio de comunicación sin barreras, que se encontró denostado durante estos últimos años y que en épocas de agitación se revuelve contra los cánones establecidos; demostrándose que la información se abre camino a pesar de las muchas barreras que se le puedan interponer.

Hoy, asistimos a la madurez de la Web, a su asimilación por la sociedad, al traspiés de los medios de comunicación como vehículos del descontento social y como transmisores del mismo, aunque eso sí no de su análisis ni interpretación ni contextualización que no deja de ser una honrosa y titánica tarea. De momento, veremos en qué acaba.

Un comentario

¿Es la web social el inicio del declive de Google?

Antes que nada debo puntualizar a que me refiero a Google y su buscador, sobre el que sustenta buena parte de su modelo de negocio y uno de los productos que no va a permitir que se quede obsoleto. Sin embargo, puede suceder que los cambios en los hábitos de los internautas condenen al buscador a cambiar, a buscar alternativas, porque de lo contrario puede encontrarse con que puede estar perdiendo la eficiencia de la que disponía antaño.

El éxito de Google se fundamenta en que entendió cómo funcionaba la Red, comprendió cómo funcionaba su ecosistema de información sustentado sobre enlaces. Cuando el resto de buscadores trataban de realizar un análisis documental de los textos para posicionar sus resultados analizando la densidad de ciertas palabras dentro de los documentos en HTML, Google entendió que lo que realmente había que hacer era analizar los votos que recibía cada documento contando los enlaces que redirigían a él y la manera cómo lo hacían. De esta manera, si una página sobre una temática era más enlazada que el resto, Google consideraba que era ésta la merecedora de aparecer en la primera posición frente a cierta ecuación de búsqueda.

Este razonamiento sencillo, muy pulido mediante su algoritmo, supuso toda una revolución a la hora de recuperar información en la Red. Frente a la descripción del contenido mediante etiquetas (Meta Tags) o el propio texto del documento, Google añadió un elemento más que le otorgaba mayor peso, pasando a pies juntillas de los intentos de establecer estándares para la descripción humana de los contenidos web. Obviamente, el buscador no lo eludió del todo, puesto que el contenido y cómo se dispone todavía es importante para Google, sin embargo el factor determinante pasaría a ser otro y el buscador se convertiría en el rey dentro de esa economía de enlaces.

Tanto es así que actualmente las directrices de Google a la hora de describir y etiquetar enlaces, más o menos opacas, sirven de mandamientos para los webmasters a la vez que los SEO se pelean en un intento de desentrañar el enigma del algoritmo de Google. Sin embargo, puede ser que el buscador se enfrente a un mayor desafío y que puede en un futuro sea vital para la vigencia de su tecnología: Los cambios en la forma que los internautas intercambian información.

Porque no podemos llevarnos a equivocación, la Web 2.0 desarrolló la economía del enlace hasta extremos insospechados. Los blogs, los wikis y los sistemas de filtrado social de información todavía utilizan la forma tradicional de enlazar documentos dentro de la Web, sin embargo los nuevos desarrollos dentro de la Web Social están cambiando las maneras de actuar de los internautas, pudiendo llegar el caso de que tengan un efecto decisivo a la hora de que Google desarrolle su producto y posicione distintos tipos de información por encima de otros.

Debemos tener presente que los hábitos informacionales de los internautas más activos y avezados están cambiando. Hoy en día, se considera que el buscador desarrollado por Twitter es la forma de mantenerse informado y actualizado sobre las nuevas tendencias, sobre los hechos más relevantes, considerado por algunos como incluso más actualizado por Google. Porque hoy en día, se tuitea mucho más rápido que se bloguea, perdiendo perspectiva sí, pero transmitiendo el hecho más que reflexionado sobre él. La blogosfera, aquella masa pensante, se abandona por la inmediatez del telegrama, absorbida por la necesidad de ser el primero buscando la aspiración de los tradicionales medios de comunicación.

Por el camino nos dejamos el tradicional enlace, en Twitter ya no se cita la fuente directamente, sino que se utiliza un intermediario, un acortador de URLs y los problemas derivados de su utilización, para que el telegrama y su posible ampliación quepan en 144 caracteres. Dentro de esto, los SEO se preguntan si realmente Twitter permite posicionar mejor, mientras Google presiona para que los sistemas de microblogging pasen por su rodillo y utilicen el atributo Nofollow, para que sus bots no se pierdan en un marasmo de contenido breve y sin demasiado jugo que extraer.

Mientras tanto existe un reto mucho mayor que se le presenta a Google, un pedazo de la Internet Invisible como lo son las redes sociales. De esta manera, al mismo tiempo que la red social Facebook intenta convertirse en un Twitter ampliado, la información y la recomendación que se daban en una web abierta se desplazan lentamente hacia este sistema. ¿Cuántos enlaces se intercambian dentro de las redes sociales y sus foros inalcanzables para Google? ¿Cuántas recomendaciones se envían? ¿Cuantos enlaces se colocan en los muros y espacios de sus usuarios?

Infinitos, mientras las arañas de Google no pueden franquear ese muro. La privacidad de este tipo de redes sociales manda a la vez que aumentan su tráfico y su volumen, atrapando y fascinando a sus usuarios por partes iguales. De este modo, Google podría encontrarse con que la Red abierta poco a poco languidece, doblegándose por su sencillez de uso y su masa crítica.

Ante esto la pregunta es si las redes sociales son una moda o una tendencia y el impacto que tendrán sobre el futuro y la forma de entender la Web.

9 comentarios

¡Que paren las rotativas! ¿Es éste el fin de la prensa?

Cuando descubres que alguien intenta hacer una tira cómica sobre la crisis de los medios de comunicación, te percatas de que la situación es más grave y desesperada de lo que podría parecer. El debate sobre el futuro de la prensa es muy intenso dentro de los medios en estos días, de hecho hay quien asevera que conocía que se podría llegar a esta situación y que se lamenta de no haber hecho nada. Pero mientras los EREs salpican a distintos grupos de comunicación, la crisis que se vive hoy en día en las redacciones no puede ser igualada a ninguna a las anteriormente contempladas, provocando cierta rabia e indignación en los profesionales del sector, puede que desnudando poco a poco las miserias del periodismo y descubriéndonos que no todo reluce dentro de ella.

Han sido distintos las voces que advertían a los periodistas que su trabajo iba cayendo en el descrédito dentro de una población cada vez más impregnada de lo que verdaderamente debe ser una sociedad post-industrial. En el libro, We the media de Dan Gillmor trataba de apuntalar las razones del nacimiento de la Web 2.0 y del Social Media basándose en la posición crítica adoptada por una parte de la sociedad frente al descrédito de los grupos mediáticos alumbrando una nueva forma de crear noticias. Finalmente, aquello quedó en aguas de borrajas, no pudiendo trasladar los puntuales casos de éxito a otros países.

En su evolución, los blogs, aquellos sitios web que abordarían aquellos temas que los medios desechaban centrándose en las nanoaudiencias, eran abandonados lentamente por sus impulsores -Jason Calcanis fundador de Weblogs Inc. vendió su compañía y finalmente abandonó la blogosfera en favor del microblogging favoreciendo el anuncio de la desaparición de la blogosfera-, sustituyendo aquellos por nuevas palabras, nuevos conceptos, nuevas formas de hacer negocio en la Web con la participación de sus usuarios.

Hoy en día, los medios de comunicación impresos se enfrentan al dilema del prisionero ante su futuro. Por un lado, son conscientes de que deben permanecer en la Red, mientras que por otro saben que no pueden ofrecer gratis en la web lo que venden en papel. En realidad, todo se reduce a los márgenes de beneficio, la venta de periódicos sufraga el papel, la tinta y la distribución del periódico físico, mientras que la venta de publicidad sostiene el resto; sin embargo actualmente en la Red la publicidad no genera los suficientes ingresos como para mantener toda la infraestructura del medio de comunicación. Las soluciones han sido distintas dependiendo de la situación de cada uno. Algunos han apostado por el papel, mientras que otros simplemente han abandonado el papel en favor de la Web, otros por la convergencia; el éxito de unos u otros se comprobará a medio plazo, no cabe duda.

Google ha sido señalado como el mayor de todos los males por los medios. Según la consideración de los directivos de los medios, el buscador utiliza la información que la prensa genera para la creación de varios productos sin que ellos reciban su correspondiente contrapartida. Hay que señalar que la posición del gigange nunca ha sido desdeñosa respecto a la información digital ni hacia los medios, obviamente, sí lo ha sido respecto al producto en papel.

La información es cara de producir. Una de las acusaciones que se ha lanzado a la Web 2.0 es su falta de información respecto a la opinión. Es cierto, la valoración y los puntos de vista son mayoría en la Web, junto a la republicación de informaciones y distribución de notas de prensa. Puede que haya poco valor añadido en aquello publicado en la Web 2.0, ¿pero no era precisamente eso lo que hacían los medios impresos gratuitos? ¿Publicar fundamentalmente aquello distribuido por las agencias de prensa?

En cualquier caso, a pesar de que la competencia esté a un clic, la marca, la cabecera, se mantiene como punto de referencia para el lector. La creación de comunidades gracias a la Web 2.0 y tomar partido de otras sinergias como informaciones que los periodistas del medio no cubren es un buen punto de partida. Pero hay que tener en cuenta que en la Web, al contrario de lo que sucede en el mundo físico, todo es medible. El comportamiento del usuario, qué páginas se leen, su segmentación, qué publicidad ha funcionado, cuál no, qué posición dentro de la página atrae más la atención, etc. Dicen que en la web no vemos la publicidad, la eliminamos inconscientemente, ¿a caso no sucede también a la hora de leer el periódico impreso? Las agencias de publicidad lo saben y pueden exigir resultados y, por lo tanto, las tasas de conversión ser más reducidas en el mundo digital. Por otra parte, la mayoría del pastel publicitario se lo ha llevado otro, creando una infraestructura y tecnología formidable y que trató de saltar al mundo analógico, para después abandonarlo en tiempos de crisis.

Es difícil que los medios dejen de considerar la idea de cobrar por sus contenidos, llevan 200 años haciéndolo, y buscarán la manera de conseguirlo aunque se trate de otro tipo de soportes (Kindle o Adobe Air). Pero, de lo que no cabe duda, es que son éstas tierras muy complicadas y algunos ya lo intentaron antes, descubriendo su fracaso y desdiciéndose en el camino, sin embargo este bache económico será sobrepasado y serán aquellos los que hayan encontrado la forma de financiarse sin pasar por la caja de Google, los que apuesten por las nuevas ideas y la innovación, que sepan gestionar su producto dentro de un mercado terriblemente competitivo, además de mantener sus audiencias y su impacto dentro de la sociedad los que sobrevivirán. No, los periodistas no desaparecerán, ni sus empresas editoras, ni los medios sólo el soporte a la hora de transmitir el mensaje.

5 comentarios

Porqué lo llaman “Nube” cuando quieren decir Internet

La pasada semana, leyendo a un columnista tecnológico bastante popular, me sorprendía cuando utilizaba Nube refiriéndose indudablemente a la Internet de forma genérica. Este comunicador señalaba que una aplicación del iPhone se conectaba a El País para descargarse la información, pero en vez de denominar esta acción como conexión a la Web, lo definía como conexión a la Nube. Ya hemos reflexionado aquí mucho sobre los continuos cambios a la hora de designar las cosas, la creación de nuevos términos y mucho más si se trata en el sector tecnológico. El término Web 2.0 está tan manido que ya se huye de él y precisamente el de Web Social, buscando sustituirlo, tiene una serie de connotaciones que no se ajustan al anterior y algunos sugieren que en realidad el primero engloba al último. De forma bastante similar ha sucedido con los términos multitudes inteligentes o inteligencia colectiva que reinventados como inteligencia de enjambre que no acabó de cuajar, aunque desde luego este último dispone de mi simpatía.

Puede ser que Internet sea uno de los entornos más sujetos a los cambios de tendencias y a la reinvención de las ruedas, como alguien me señaló en cierta ocasión, aunque, todo hay que decirlo, es precisamente uno de los lugares donde la información se mueve a mayor velocidad y donde su intercambio se produce de forma más acelerada. Tal vez por ello, la Web deba estar redenominándose tratando de adaptarse a las nuevas tendencias, al mismo tiempo que urge a la rápida adopción de las mismas para que la máquina no deje de funcionar nunca.

Sin embargo, es justo decir que los nuevos bautizos surgen gracias a los nuevos conceptos y puede que ante el éxito de uno, los nichos de mercado similares lo adopten rápidamente y de forma no distintiva, provocando confusiones y el cruce de fronteras que provocan la confusión más allá de la aclaración de los términos.

Porque, volviendo a mi columnista, en esta ocasión el iPhone se descarga información a través de la Web sin pasar por un navegador, que siempre ha sido la forma más tradicional de conseguirla. No se trata de un RSS, ni de un correo electrónico sino de un software finalista para las alertas informativas, aunque esta idea también la habíamos visto en este mismo sitio web en forma de aplicaciones de escritorio. Por lo tanto, en este caso, la Nube describe un ente abstracto que no hace referencia a los mecanismos tradicionales a la hora de obtener información de la Web, aunque obviamente el proceso es bastante similar.

Es posible que el concepto Nube esté desplazando a la Web (Telaraña en inglés) debido a la rápida penetración de la ubicuidad (se encuentra en todas partes gracias a las conexiones inalámbricas) dentro de nuestra sociedad. Si hace unos años, la Web en el móvil, sí hablo del WAP, parecía una broma comparada con lo que se veía a través de un ordenador y un navegador de escritorio, el iPhone y el desarrollo de navegadores específicos para móviles, por ejemplo el Opera Mini, junto con el desarrollo de redes WiFi están trasladando el concepto de Internet ligado a un ordenador, una mesa y una silla, a casi estar disponible en cualquier dispositivo imaginable.

Pero esta Nube no es más que una reinvención de otro término, el Grid Computing o computación distribuida mediante el cual una serie de ordenadores se conectaban simultáneamente para la realización de cálculos, almacenamiento y procesos de forma coordinada y más barata que si de grandes supercomputadores se tratase. De Grid Computing, pasamos a Cloud Computing, aunque esta vez la necesidad de darle una capa de barniz era más comercial y centralizada y de ahí lo de Nube, mediante el cual una serie de empresas contrataban la capacidad de cálculo de servidores de tercero para el alojamiento o procesamiento de información de tal manera que el coste fuese inferior que disponer de un servidor dedicado propio.

Sin embargo, la metáfora de Cloud o Nube es demasiado romántica para dejarla escapar, así que aprovechando todo el marasmo de aplicaciones destinadas a la Web 2.0, donde el trabajo ya no se realiza en el escritorio de uno sino en la Web y en servidores ajenos, los difusores de los beneficios de la Web 2.0 decidieron quedarse con este término convirtiendo casi todo el trabajo que se realiza en la Web en trabajo que se realiza en la Nube.

Nube porque nuestros documentos (Google Docs o Zoho), correo electrónico (Gmail o Hotmail), fotografías (Flickr o Microsoft Live), vídeos (YouTube o Dalealplay) e incluso marcadores se quedaban en sitios webs, en ordenadores y servidores ajenos a los usuarios, cambiando nuestra forma de trabajar y permitiendo que nuestros trabajos y datos personales los gestionasen otros.

En fin que si la Web es sólo una parte de Internet, aunque utilicemos estos términos casi de forma indistinta, es posible que la Nube pase a ser un sinónimo de la Web a pesar de que sólo se trate de un subconjunto de ella, subconjunto al mismo tiempo de la Web 2.0; pero en realidad no importará en exceso porque la máquina deberá seguir funcionando.

¿Para cuándo la Nube 2.0?

9 comentarios