El Visio 2007 (Congreso Internacional sobre vigilancia e inteligencia sistemática para la innovación en las organizaciones) nos dejó un regusto agridulce. En su primer día, más bien parecía que nos encontrásemos en un curso magistral sobre la Vigilancia Tecnológica y/o Inteligencia Competitiva que en un congreso donde lo que debe exponerse son resultados más que teorías. Algunos acudieron esperanzados, con la ilusión de poder intercambiar experiencias y conocimientos, tal vez para no sentir la soledad que los Vigilantes sienten dentro de sus organizaciones.
Hace unos días, hablábamos de la Ley de Moore Semántica y bien podría llegar a la conclusión que también puede ser aplicable a la hora de definir a los documentalistas. Primero, fue el término infonomista el que fue un poco más allá de la definición del documentalista capturando su esencia para finalmente realizar su misma función, ahora son los profesionales de la información que se dedican a la Vigilancia Tecnológica los que andan ocupados y preocupados considerando la forma de definirse. Puede que la diferenciación tan sólo consiga la fragmentación de una profesión que ya se mira con cierta desconfianza desde los sectores de Archivística, Biblioteconomía y Documentación que se aferran a sus papeles para diferenciarse, olvidando que el futuro de la profesión pasa, siempre lo hizo, por la información y el futuro es digital. Así que los vigilantes, esta vez son en su mayoría ingenieros reconvertidos en documentalistas para realizar la función de estos, andan preocupados tratando de encontrar la forma de explicar a la sociedad lo que hacen y para qué lo hacen, a la vez que se justifican ante sus inmediatos superiores el valor añadido que aportan a sus organizaciones.
Pero no podemos llevarnos a engaño ni echarnos las manos a la cabeza, los documentalistas fueron en su tiempo profesionales de otros ámbitos que se remangaron la camisa para gestionar las hemerotecas de las organizaciones en las que trabajaban, así como los bibliotecarios fueron en otro tiempo y en su mayor parte personas de Humanidades que catalogó y clasificó los fondos de las bibliotecas donde llegaron a trabajar (Para qué hablar de los archiveros). Los profesionales de la información se encuentran preocupados ahora mismo para justificar a la sociedad su función. Buen ejemplo de ello son los estudios universitarios de Biblioteconomía y Documentación que no están atravesando un gran momento en este año de transición hacia el marco europeo de educación. De hecho, los foros echan humo respecto al "ocaso" de esta profesión.
Me resultó curioso que una de las ponencias más interesantes viniese desde la Biblioteconomía. Presentada por Andréa Vasconcelos de la Universidad de Zaragoza, ahondaba sobre el uso de redes sociales como una fuente para realizar inteligencia. La presentación de su metodología y usos presentaba algunos puntos flacos, aunque por supuesto nos ofrecía una aplicación práctica de las redes sociales y data-mining. Por supuesto que también merece mención Enric Escorsa e Ivette Ortiz de Iale Tecnología que nos presentaron un proyecto que parece dispuesto a revolucionar la forma de investigar y realizar inteligencia sobre las patentes a través de Patexpert financiado por la Unión Europea.
Aunque la mención especial la merece Koldo Saratxaga por su ambición y atrevimiento a la hora de presentar la creatividad de las organizaciones, a la vez que criticaba la forma en que éstas se jerarquizan impidiendo a sus trabajadores ser innovadores. Sus palabras abriendo su segundo día retumbaron durante toda la sesión posterior y provocaron algunas reacciones por parte de los ponentes que trataron de socavar sus argumentos. Por descontado que el argumentario de Saratxaga era atacable, sin embargo por ambicioso y valiente consiguió lo que buscaba: Hacer reflexionar.
A modo de resumen, podría decirse que las segundas jornadas Visio resultaron bastante flojas respecto a lo que podría exigírseles. En esta ocasión que la Vigilancia Tecnológica es un concepto claro y aceptado en cuanto a sus competencias, se deben encauzar sus contenidos hacia las experiencias y casos de éxito, no tan sólo a que las consultoras presenten el trabajo que realizan o a presentar grandes teorías que a estas alturas están claras para cualquier profesional de la información. Esperemos que en el 2009 sean trabajadores que ejercen vigilancia dentro de empresas, como Lara Rey que se encontraba allí, los que expongan sus conocimientos y necesidades y no sólo instituciones que disponen de otros objetivos.