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Etiqueta: Prensa

Cómo acabar con la prensa de una vez por todas /y 2

En la encuesta Pew Research Center for the People & Press correspondiente al año pasado, el 40% de los estadounidenses identificaban la Red como su fuente primera de información respecto a noticias nacionales e internacionales, dejando un 37% a los medios de comunicación impresos. Esta encuesta constituye todo un hito puesto que se trata de la primera vez que Internet supera a los periódicos como fuente para mantenerse actualizado por parte de los ciudadanos y, aunque se trata de una encuesta local, no sería sorprendente que esto mismo comenzase a trasladarse también al resto de países desarrollados.

Sin embargo, las vías de las que disponen los medios para mantenerse en funcionamiento, es decir la publicidad, se antoja un tanto complicada dentro de la situación de crisis actual tanto dentro como fuera de la Red. Pero aportemos algunos datos, la inversión publicitaria en Internet en España todavía dista mucho de las cifras que se alcanzan en los medios de comunicación impresos. Así, según el estudio correspondiente al año 2008 de Infodaex, Internet había tenido un crecimiento interanual de 55,4% durante el 2007, llegando a alcanzar un volumen de inversión publicitaria de 482,4 millones de euros frente a los 310,4 millones del año 2006. El porcentaje que Internet supone sobre el total de la inversión en el año 2007 en Medios Convencionales es del 6,0%.

En contraste, los diarios alcanzaron durante 2007 un volumen de inversión publicitaria de 1.894,4 millones de euros, ocupando el segundo lugar de inversión por detrás de la televisión, representando el 23,7% del total de la inversión publicitaria recogida en los Medios Convencionales. La inversión publicitaria obtenida en 2007 está un 5,8% por encima de la cifra del año anterior, que fue de 1.790,5 millones. Tengo que aclarar que Julio Alonso, cabeza visible de la empresa Weblogs S.L., ha sido muy crítico con estas cifras, considerándolas distantes de la realidad por lo pequeño de las mismas. Recientemente publicaba un texto en el que cuestionaba la metodología y las fuentes utilizadas para la confección de la proyección, mientras que también realizaba una reflexión sobre las perspectivas de la publicidad en blogs y en medios sociales para el año que viene. En cualquier caso, la inversión publicitaria on-line hasta el primer semestre del año 2008 había crecido un 39’46% en comparación con el mismo periodo del año anterior situándose en los 307,24 millones de euros, mientras que en la prensa se estaba viviendo una caída de un 16% de la inversión situándose en 805’8. Es posible que se tratase simplemente de un indicador de que los tiempos están cambiando, que las empresas comienzan a volcarse a la Red, buscando a los jóvenes despegados de los medios tradicionales donde a buen seguro van a encontrase.

Desgraciadamente, a pesar de que los medios de comunicación pudiesen incrementar sus ingresos a través de la publicidad en Internet que, actualmente y a pesar de la crisis, crece dentro de unos ratios del 30%, mientras huye en desbandada de los medios tradicionales, la publicidad on-line a nivel mundial está gestionada en un 57% por Google y sus sistemas Doubleclic y Adsense. Es curioso que su más inmediato competidor, Yahoo! que estuvo a punto de firmar un acuerdo de colaboración con la compañía de Mountain View, disponga tan sólo de un 9’7% de la cuota de mercado, dejando según el estudio de la compañía Attributor, en evidencia que la situación de la publicidad en la Red se sitúa a todas luces en una posición dominante.

De este modo, los medios de comunicación se encuentran en una situación francamente incómoda. Por un lado, su razón de ser es la generación de contenidos para atraer lectores, bien sea a través de su cabecera o a través del tráfico que les dan los buscadores –En esto Google también es dueño y señor del mercado– , mientras que a la hora de rentabilizar los esfuerzos técnicos y humanos realizables a través de la publicidad, se encuentran con que Google se queda con una parte importante del pastel de los ingresos que podrían obtener por los mismos y que no pueden controlar de ninguna manera. Desde este punto de vista, Google se encontraría, con cierta razón, canibalizando el mercado de la información en la Web.

La entrevista que ha soliviantado, y de qué manera, los ánimos de los periodistas se la realizaban a Eric Schimdt en la revista Fortune en la que declaraba: «Somos capaces de proporcionar clicks a las páginas web de los diarios para que ellos las moneticen. Eso les proporciona algunos ingresos. El problema es que esos ingresos no son suficientes para compensar la pérdida de sus otros ingresos». Tal vez, la pérdida de sus otros ingresos se refiera a las redacciones en papel, a las de la televisión o radio, aunque para Schmidt los medios de comunicación tienen una función irreemplazable dentro de la sociedad: «La gente ama las noticias, las discute, las copia, las envía. Internet ha hecho las noticias más accesibles. El problema está en la publicidad y el coste mismo del periódico: imprimirlo, distribuirlo, etcétera. Y lo cierto es que el modelo de negocio se está estrechando».

Sin embargo, lo que está en peligro más allá de las empresas, es lo que representan, es decir, la pluralidad informativa, la posibilidad de contrastar informaciones y ofrecer puntos de vista completamente distintos y mucho más ricos ante un mismo suceso. Hay que incidir que la generación de información de calidad tal y como vienen desarrollando una buena parte de los medios de comunicación tradicionales es un proceso muy caro, pero que a todas luces se constituye como un proceso completamente necesario para el correcto desarrollo y evolución de las sociedades democráticas. Pero la solución de los medios ante esta crisis tampoco pasa por solicitar ayudas a los distintos gobiernos de una nación (Central o autonómico) porque simplemente aceptarían el abrazo del oso que acabaría completamente con su ya en entredicho independencia informativa.

Es posible que los periódicos en papel se mueran, que algunos queden como una vagatela del pasado, reminiscencias de un modelo comunicativo obsoleto en un mundo globalizado donde esperar 24 horas para estar informado se antoje inconcedible. Hasta ahora la esperanza se depositaba en la convergencia, la integración de las redacciones impresas y de internet, con mayores o menores traumas, o simplemente separadas, pero lo que está claro es que algo se mueve en el mundo del periodismo y se encamina hacia algo sismológico.

Hay periódicos digitales que son cerrados en detrimento de los impresos, cabeceras que cierran, periódicos gratuitos que clausuran delegaciones, grupos mediáticos que ajustan plantillas y costesperiodistas que se preparan para las movilizaciones -, profesionales que se declaran en huelga por los movimientos corporativos en época de crisis, publicaciones impresas que se transmutan a Internet, que se  coloque publicidad donde hasta ahora era un sacrilegio hacerlo o simplemente que se nos presente un annus horribilis para la prensa

En definitiva, ésta es la transición más complicada que van a realizar las empresas informativas impresas en toda su historia. Su modelo de negocio cae hacia la obsolescencia, sus márgenes se estrechan, no controlan el nuevo medio en el que se disponen a competir, la publicidad y sus ingresos los dominan otros actores, la información que se genera es ingente, dispersa, contrastarla se realiza en pocos segundos, sus lectores se pueden organizar para desacreditar cualquier error, los deslices informativos quedan en mayor evidencia, cualquiera puede ser periodista, las audiencias están más fragmentadas, los pasos que se dan dentro de la Web son inseguros, el valor de una Web lo dan otros y no sólo el dinero, el terreno es completamente desconocido e inhóspito… pero el periodismo no desaparecerá y por lo tanto los medios de comunicación tampoco lo harán, aunque el camino hasta vislumbrar la luz al final del túnel va a ser muy duro para todos.

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Cómo acabar con la prensa de una vez por todas /1

Los medios de comunicación impresos están encarándose hacia su futuro, un presente que será digital o simplemente ya no será. Es posible que los medios ya hayan visto pasar su oportunidad de reconvertirse, de dar un golpe en la mesa, de erigirse como uno de los pilares fundamentales del ecosistema de la información en la Web y desde ahí desarrollar un nuevo modelo de negocio viable para ellos. Es posible que ya sea demasiado tarde.

Los tradicionales periódicos vienen sufriendo el desafío de la Web prácticamente desde que se lanzaron a volcar sus contenidos en ella a mediados de los años 90. En un principio, lo hicieron bajo el convencimiento que debían tener presencia dentro de ella como medio de comunicación del futuro, defendiendo sus cabeceras (marca) dentro de ella, pero lo hicieron con cierto temor y recelo.

En primer lugar, porque no supieron bien qué hacer dentro de ella, dónde buscar sus audiencias, cómo establecer su viabilidad económica para el ingente esfuerzo que exigía la edición de un diario, sin embargo esta primera etapa de toma de contacto acabó tras el estallido de la Burbuja Tecnológica, los ingresos publicitarios cayeron, sólo las audiencias ya no eran suficientes para mantener un proyecto en la Red y el modelo del «todo gratis» fue cuestionado. Simplemente, los medios trataron de volver sobre sus pasos, defendiendo su producto sobre el papel y sobre la Red. De este modo, ante el volcado total de los contenidos publicados, los medios de prensa trataron de buscar nuevas vías de financiación pasando al modelo de pago con todos los contenidos cerrados o el modelo mixto con una serie de contenidos en abierto, mientras que la información que se publicaba en la página web que era editada en papel era de pago.

El modelo de pago, defendido por una de las mayores cabeceras del país, fue terriblemente contestado y considerado como un error desde un principio. Los defensores de este modelo poco pudieron hacer cuando la evidencia de que se estaba perdiendo audiencia e influencia dentro de la Web en detrimento de la competencia que se afianzaban y crecían, el resultado fue una vuelta a los contenidos en abierto para tratar de recuperar el terreno perdido.

Pero mientras los medios de comunicación trataban de encontrar un modelo de negocio viable dentro de la Web, ésta comenzaba a moverse tras el primer fiasco de su historia a principios del siglo XX. Frente al descrédito de los medios de comunicación que se consideraba que flirteaban más con el poder y las empresas que escuchar y transmitir los verdaderos intereses ciudadanos, estos comenzaron a desarrollar sus propias plataformas de publicación. El Periodismo 3.0 o el Periodismo Ciudadano se cimentó sobre los blogs y los wikis y aunque a lo largo del tiempo se ha venido a demostrar que los medios de comunicación son en cierta manera irreemplazables a la hora de producir informaciones, de aquel movimiento, se heredaron dos conceptos fundamentales: The Long Tail (La larga cola) y las nanoaudiencias.

Aunque intrínsecamente entrelazados, la teoría de la Larga Cola consideraba que cualquier producto podría encontrar su nicho de mercado gracias a las posibilidades de acceso a la distribución del mismo que Internet brindaba. Si el producto es informativo, mucho más como los medios refrendaron al comenzar a abrir sus archivos y buscar ese efecto de Larga Cola sobre su patrimonio documental, y sobre estos cimientos nacieron los nanomedios, diferenciándose del periodismo digital y encontrando sus apasionados redactores (y lectores) en el incipiente movimiento de la Blogosfera y la Web 2.0.

De esta forma, las grandes estructuras anquilosadas de los medios de comunicación se encontraron con infinidad de pequeños medios específicos y muy concretos, de una apertura hacia los lectores que no habían sabido prever antes. Si en la Blogosfera se defendía que «El lector sabe más que tú», los medios de comunicación tuvieron que saber adaptarse a los usos sociales que la misma estaba estableciendo. La posibilidad de enriquecer una noticia mediante comentarios, obtener tráfico mediante el filtrado social, la recepción de críticas a través de blogs especializados y/o profesionales, la consolidación de audiencias propias mediante la creación de comunidades de blogs para los lectores o específicos, la integración de otras herramientas como Twitter, el paso desde el medio de comunicación impreso hasta el medio de comunicación audiovisual dentro de la Web… son herencia de lo que se denominó Web 2.0 y sus  desarrollos tecnológicos para una audiencia cada vez más acostumbrada a la participación, mucho más abierta y que desea sentir que un producto informativo es más suyo que de la editorial que lo publica.

Sin embargo, no podemos olvidar el ecosistema de la información y cómo funciona la Web. Hemos señalado en anteriores ocasiones que la competencia es pura y perfecta en la Web, es decir, el gesto hasta desplazarse a la competencia se encuentra a tan sólo un clic y, ante esto, los medios de comunicación poco pueden hacer. Un ejemplo de esto es la sección Google News, donde el metabuscador junta las noticias que publican 700 medios hispanos en la Web. Obviamente, éstas ya no se diferencian las unas de las otras y que una aparezca la primera sobre el resto depende en buena forma del frío algoritmo de la compañía de las letras de colores. Es cierto que Google News distribuye el tráfico hacia los medios de comunicación, pero también les señala indefectiblemente que deben diferenciar sus productos, porque de lo contrario están perdidos.

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Catalogar vs. indexar

Uno de los mayores pecados que puede realizar un documentalista o un bibliotecario es pronunciar la palabra tabú: NO. «No está, no existe o no se puede hacer» son frases que en algunas ocasiones lanzamos casi de forma automática casi sin percatarnos bajo la presión de una consulta de información de un usuario urgido por la necesidad, casi sin tiempo para realizar una segunda reflexión. Tal vez deberíamos adoptar una actitud mucho más positiva, o idealista según se mire, como hacen los informáticos, siempre dispuestos a decir que sí y para posteriormente convertirlo en un «ya veremos». Es posible que esa negatividad manifiesta surja de los documentalistas porque somos capaces de situarnos en el lado del usuario, conscientes de la problemática que éste se va a encontrar cuando comience a utilizar una aplicación, una página web, una interfaz que ataca una base de datos. Es por ello que siempre estamos dispuestos a situar un «pero», cuando consideramos que el bosque es mucho más extenso de lo que creen nuestros amigos, los informáticos, en un momento. Así pues, deberíamos cambiar nuestra actitud, colocar siempre el SÍ ante cualquier otra consideración y luego ya nos preocuparemos de cómo salimos del entuerto, simplemente a modo de supervivencia.

Digo esto porque recientemente, revisando una de las revistas informáticas más populares de España, me encontraba con una columna de opinión de un informático que atacaba la catalogación, las folksonomías y por extensión la documentación en un entorno donde Google podía hallarlo todo. Concretamente, a modo ilustrativo, nuestro informático consideraba que no necesitaba clasificar los correos que le llegaban, puesto que utilizando una serie de palabras clave podía localizar el email perdido en la avalancha de su buzón. Al mismo tiempo, creía que el etiquetado social, el tagging, era una actividad prescindible puesto que el superalgoritmo googleliano bien podría resolvernos la papeleta sin necesidad de andar perdiendo el tiempo en la gestión de la información personal.

Qué crueldad. En diez años, Google nos ha jubilado. Nos hemos convertido en prescindibles, en una figura cómica al lado de la compleja programación desarrollada desde Mountain View, creo que es el momento de acabar con esta farsa… En realidad, somos unos tecnófobos redomados, realicémonos un harakiri colectivo y entonemos un mea culpa. Somos unos obsoletos digitales

Sin embargo, no estamos más lejos de la realidad. Por ejemplo, seguramente nuestros lectores dispondrán de una cantidad mayor de ejemplos, me pregunto, ¿ha intentado recuperar información de una base de datos de un medio de comunicación? ¿Ha utilizado los sistemas de búsqueda en los archivos que los medios de comunicación disponen en sus webs? ¿Ha utilizado a Google para ello? ¿Cuáles han sido los resultados? Yo se lo diré, la experiencia manda: O sabe lo que busca, colocando específicamente las palabras mágicas publicadas en el texto que busca o difícilmente va a encontrar lo que desea. O lo ha leído previamente, o va a ser complicado encontrar nada y simplemente el silencio será estruendoso.

Hay que tener en cuenta que el trabajo que se realiza desde la parte humana en la descripción de la información, ya se trate de palabras clave, pequeños resúmenes o el control del vocabulario, es valor añadido a la información. Es relativamente sencillo perderse dentro de una base de datos documental en la que se vuelcan diariamente informaciones sin el menor control del vocabulario. Si se trabaja dentro de un medio de comunicación, lo primero que se aprende es que los propios periodistas utilzan conceptos y palabras distintas enfocados en un mismo tema, que una noticia seguimiento de una información anterior no tiene porqué necesariamente hacer referencia directa a la previa y a la hora de recuperar ambas la desambiguación es completamente necesaria.

Porque el informático podrá considerar que es posible indexar toda la información que se produce diariamente en un medio de comunicación impreso, sin embargo lo que los documentalistas ponemos sobre la mesa son las dificultades a la hora de recuperación, ordenación de resultados y pertinencia de los mismos. Sin embargo, a veces nos quedamos en un NO y una sonrisa, lo que no es suficientemente significativo para nuestro interlocutor y no aportamos valor añadido a la discusión. Sí, es cierto, el motor de búsqueda recuperará información si colocamos las palabras mágicas, las que conocemos que el texto contenía, aunque no siempre las conoceremos de antemano. Dispondremos en nuestra cabeza de conceptos y sinónimos, el rico lenguaje natural, sin embargo no siempre podremos atacar una base de datos con ellos y recuperar información, no recuperaríamos nada y será entonces cuando algo realmente no exista, a pesar de que realmente no lo habremos recuperado.

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Cómo pasar por 2.0, cuando no se llega a 1.0

Es de todo bien sabido que los medios de comunicación muestran verdadero pánico a que sus visitantes se marchen con los bártulos a otro lugar. Cuando la competencia está a un clic, aparentemente lo menos deseable es ofrecerle una ventanasa un mundo lleno de oportunidades y curiosidades. Un mundo que tal vez pueda reflejar la realidad, o una parte de ella, mucho mejor que el tratamiento que los medios de comunicación tradicionales pudiesen otorgar. Desde mi punto de vista, se asemejaría a la situación de aquel que, dado de alta al servicio de acceso a Internet por tarifa plana de Ya.com, se quiso dar de baja porque ya había visto todo Internet. En realidad, el internauta novato no había salido del portal de contenidos de Ya.com,  no había encontrado el camino, y llamando al servicio de atención al cliente, el teleoperador le sugirió que probase una dirección nueva: http://www.google.es. Después de esto, creo que todos podremos concluir que el internauta novato no volvió a llamar asegurando que se quería dar de baja porque ya había visto toda la Web.

Los medios de comunicación se han afanado últimamente en ser más 2.0, ofrecen servicios de sindicación de contenidos, un cierto movimiento aperturista mediante la realización de comentarios a las noticias e incluso hacia el periodismo ciudadano; han incluido enlaces para añadir sus páginas hacia servicios de marcado social o promoción social de noticias, foros o incluso la oportunidad a sus lectores para gestionen sus propios blogs. Todo lo anterior constituyen servicios que persiguen que los lectores se mantengan fieles a su URL aumentando su tráfico, así como el tiempo de permanencia medio en sus webs que, al fin y al cabo, es lo que les va a aportar publicidad e ingresos.

Podríamos entrar a discutir la evolución de los medios de comunicación hacia la etiqueta 2.0, incluso el desarrollo de contenidos más avanzados como canales de televisión propios dentro de ellos o la utilización del microblogging como Twitter, sin embargo no han conseguido quitarse de encima su tradición de convertirse en lo que se denomina Black Hole SEO, agujeros negros de enlaces que sólo aspiran a recibirlos desde fuentes externas e internas pero nunca a citar hacia el exterior.

Lo cierto es que en ocasiones, leyendo informaciones en la Web, las situaciones se me antojan ridículas y fuera de lugar teniendo presente el desarrollo actual de la Web. Así, por ejemplo, los medios de comunicación son capaces de publicar un texto sobre una página web ¡sin enlazarla! Concretamente, recientemente en La Vanguardia abordaban la experiencia de BuzzMetrics, desarrollado por la empresa de medición de audiencias Nielsen Online, bajo el titular Lanzan un sistema para medir las opiniones de los usuarios en blogs y redes sociales y no se encontraban capaces de enlazar al web, ni siquiera con el atributo «nofollow», no sea que les mejore el posicionamiento para más inri.

Afortunadamente, los medios de comunicación están quitándose las antiguas ataduras impuestas desde las redacciones impresas en un momento de convergencia. De hecho, es frecuente que las informaciones  publicadas en la web que se editan para las ediciones impresas de los diarios no provean enlaces para el enriquecimiento de la noticia, sin embargo en noticias elaboradas por las redacciones digitales sí que comienzan a disponer de ellos. Me refiero, por ejemplo, a la estupenda Revista de Webs de El País, donde la redacción trata de conformar una nota sobre qué se cuece en ese momento en la Red y, más concretamente, en la Blogosfera.

Pero podríamos profundizar un poco más. Fijándonos en artículos de economía, porque no sólo de tecnología vive el hombre, en la pieza informativa Las fortalezas de la banca española no hallaremos ni un solo enlace dentro del texto, mientras que en el artículo Las «lecciones» que enseña la economía española, según Financial Times sí que se nos ofrecen una buena cantidad de ellos que sirven para acotar, aclarar y contextualizar la noticia. Es decir, en el primer artículo, el medio de comunicación no ofrecía ningún tipo de apoyo para relacionar la noticia dentro de su contexto, a pesar de que exista un epígrafe «Si te ha interesado esta información, te recomendamos:» que sirve de apoyo al marco de la noticia, aunque imperceptible para los lectores; mientras que en el segundo se nos da una buena cantidad de ellos (internos, de acuerdo, pero enlaces). Tengo que aclarar que me he cerciorado de que el primer documento se publicó en la edición impresa del diario, mientras que el segundo, seguramente por el marco temporal, se realizó para la digital. Esto nos puede llevar a la conclusión que al tratarse de una noticia volcada desde el papel no disponga de los elementos enriquecedores que dan los enlaces, en cambio la segunda se realizó contando con posibilidades para añadir estos elementos.

Nos hallamos, por lo tanto, ante la transición definitiva de los medios que irán aceptando y empapándose del entorno en el que desarrollan sus actividades económicas. Son muchos los que se comienzan a revolver contra estas prácticas, la de no-enlazar, que no favorecen el feedback, pero que los medios aprovechan bajo el entorno 2.0 para posicionarse dentro de los buscadores. Los medios deberán aprender a adaptarse rompiendo otra barrera, la del miedo a lo ajeno, porque al final de cuentas ellos son los grandes generadores de contenidos de la Web y ante eso no van a encontrar rival. Y eso Google también lo sabe…

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La obsolescencia de los medios impresos cuando hablan de la Web

Qué injusta la tiranía de la Web que a nadie espera, cuando te quieres dar cuenta eres un producto en extinción, tú que fuiste en su momento adalid de la innovación, admirado y conocido por todos, eres rápidamente sustituido, sin remilgos, condenado por el paso del tiempo o en este caso de los bits. Es bien conocido aquello de que publica o muere, la espada de Damocles de todo científico y, porqué no, bloguer. Pero, esa rápida obsolescencia, trae consigo algunos efectos colaterales, indeseados en la mayoría de los casos. Aquellos que te consideran referente, dan un traspiés, condenados por el ritmo de publicación del papel, un ejemplo lo sufrimos en la Biblioblogosfera y otro lo descubrí este mes.

El presente número de la revista PC Actual nos ofrecía un enésimo especial sobre la Web 2.0, ese conjunto cada vez más difuso de aplicaciones y plataformas con varios fines, aunque siempre de bordes redondeados. Este mes nos invitaba a visitar distintas webs innovadoras, a descubrir con los ojos maravillados proyectos que se fundamentaban en la Web Social, otorgándole nuevas perspectivas y potencialidades.

Sin embargo, esta vez lo rompedor se convirtió en obsoleto justo cuando la publicación entraba en máquinas, ya que la página dedicada al proyecto de Fernando Plaza, Compareblogs, ofrece actualmente el resultado de un proyecto que ha pasado a mejor vida, y cuidado que se asemeja a un link-farm, esperando quizá una segunda oportunidad.

Sí, las publicaciones impresas parecen buenos vehículos para el asentamiento de conocimientos y hechos demostrados, como las monografías lo fueron respecto a las revistas en su momento. La cuestión es si actualmente las revistas deberían correr esa misma suerte frente a elementos mucho más dinámicos presentes en la Red hoy en día.

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Los medios contratan, ahora, bloguers

Hace ya un tiempo que escribí un texto en el que detallaba la situación en la que se encontraban los blogs respecto a los medios de comunicación. A pesar de que me hubiese gustado haber realizado un seguimiento sobre cómo se han ido desarrollando los acontecimientos año tras año, el tiempo, otras temáticas y  dedicaciones más urgentes me han impedido poder acercarme a este tema como se merece. Desde luego que se ha tratado de una ocasión perdida, ya que la situación ha variado apasionada y terriblemente; siendo apenas reconocible la confrontación que algunos trataron de transmitir en los inicios de la blogosfera con la etapa que nos encontramos hoy, donde se comprueba que el Periodismo 3.0 no ha arrancado tal y como se predijo.

Actualmente, nos hallamos en una situación de sinergias, en la que la prensa está tratando de asimilar el modelo blog a marchas forzadas y con ciertos éxitos. Así, en un primer momento, los medios de comunicación trasladaron los blogs, o al menos lo etiquetaron con esa denominación, a los espacios donde sus columnistas publicaban sus textos en formato digital. Sin embargo, algunos de ellos se cuidaron de abrir esos espacios a la conversación de la blogosfera, por lo que no se podía realizar comentarios dentro de ellos. Este hecho fue criticado desde distintos ámbitos, puesto que el blog es un lugar donde se permite la participación de los lectores, olvidando (u obviando) quizá que algunos de los blogs más importantes y de mayor éxito cerraron sus comentarios, y no por ello fueron desconsiderados con esta denominación.

Posteriormente, los medios de comunicación prosiguieron con su encaje del modelo blog en sus espacios web, tratando de rentabilizar las nanoaudiencias específicas nacidas a partir de ellos. De esta manera, los propios periodistas encontraron acomodo para sus blogs, aunque posteriormente algunos dieron el salto hacia afuera independizándose, dentro de los sitios web de sus medios detallando tanto eventos especiales, como por ejemplo festivales de música, o como un espacio fijo y con nuevas posibilidades, según su especialización, donde lo que se transmitiese no fuese precisamente ni necesariamente una línea editorial de periódico.

El siguiente avance fue abrir la participación dentro del medio a los lectores, ofrecerles su espacio comunicativo y de participación aumentando el sentimiento de pertenencia al producto informativo. Fue el momento en el que los lectores pudieron abrir sus bitácoras en el medio, lo que significó para este rentabilizar el tráfico que estos generaban en forma de audiencia, así como este aprovechar la rémora que sus lectores le ofrecían con su participación y establecimiento de redes sociales.

Pero hoy se está dando un paso más. En la ronda de preguntas de la conferencia El Web de prensa. Estado actual de los medios actuales en España, le lancé el guante a Javier Guallar refiriéndome al hecho que algunos medios de comunicación impresos regionales españoles anduviesen contratando o estableciendo acuerdos de colaboración con algunos blogs o bloguers bien conocidos. El profesor concretó que se estaba produciendo un paso más dentro de las unión que los medios de comunicación estaban relizando dentro de la aceptación del modelo blog y su explotación.

Mi punto de vista es que los medios están tratando de realizar sus propias redes de blogs profesionales, en las que se invita a expertos en determinados temas, a participar y ampliar la temática que cubren los medios de comunicación. Debo de señalar que este movimiento lo he detectado más allá de los medios de comunicación regionales, por ejemplo el acuerdo de colaboración de La Brújula Verde con El Comercio Digital, y digitales como la reciente oferta de Canarias7.es, pero que esto no es de extrañar puesto que los medios han buscado tradicionalmente colaboraciones externas para la ampliación de una temática que les es desconocida o mediante la creación de espacios fijos para tratar temáticas que sus periodistas, por sus conocimientos, no pueden abarcar.

Una señal más de que los blogs están para quedarse y que los medios los han aceptado como modelos comunicativos aprovechando los beneficios de la Larga Cola. ¿Cuál será el siguiente paso?

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Los medios de comunicación impresos en la Red: Antecedentes y situación actual

El pasado 30 de abril tuvimos el privilegio de poder asistir a la clase magistral del documentalista de El Periódico de Catalunya y profesor de la Universitat de Barcelona Javier Guallar organizada por la Universitat Politècnica de València en la Facultad de Informática. Allí nos encontramos con caras conocidas como Tomàs Baiget, Fernanda Peset, José Antonio Ontalba y Dídac Margaix, con los que tuvimos la ocasión de charlar brevemente. Durante la conferencia, Guallar realizó un repaso extenso del comportamiento que han tenido los medios de comunicación impresos dentro de la Web desde la popularización de Internet hasta hoy en día cuando el concepto de Web 2.0 parece impregnarlo todo.

Bajo el título de El Web de prensa. Estado actual de los medios actuales en España, el profesor se detuvo un instante en tratar de mostrar las distintas denominaciones que tienen los medios de comunicación digitales a través de la literatura. De este modo, indicó que en un principio se utilizó la denominación de medios electrónicos para pasar después al más aceptado medios digitales, aunque también se aceptan los términos medios on-line en los países anglosajones, además de medios en Internet o web de prensa de una forma más genérica, o portales periodísticos y cibermedios en ámbitos académicos.

El documentalista de El Periódico también presentó una pequeña cronología de la historia de los medios de comunicación impresos en la Red. De este modo, recalcó que la andadura de los medios en la Web se inició en Estados Unidos en 1992 con la inauguración de los sitios web del Chicago Tribune y del San José Mercury Center. En España, la presencia se inicia dos años más tarde con la aparición del sitio web de la revista valenciana El Temps y de El Periódico después dentro de una red privada gestionada a través de Servicom. En 1995, el lanzamiento de sitios web prosigue con los medios Avui, El Periódico ya instalado en la Web, La Vanguardia, el diario Sport y El Mundo. Finalmente, en 1996, la generalización de los medios impresos en la Red ya es patente con la incorporación de El País y el ABC, mientras que en 1998 aparecería el primer diario nativo de la web bajo la cabecera La Estrella Digital.

La evolución de los medios digitales en la Red también merece el interés de Guallar y destaca que en un primer momento se da un modelo facsimilar donde tan sólo se cuelgan en la web páginas sueltas en formato PDF – que posteriormente se convertiría en un estándar en la distribución de contenidos bajo este modelo-, posteriormente se trata de adaptar el contenido de los medios impresos al formato HTML de una forma sencilla mediante enlaces, imágenes y textos; para decididamente comenzar a adecuar la Web yendo más allá de un mero soporte hacia un canal de distribución de contenidos ajustándose a él sin que el diseño tenga que parecerse a un medio de comunicación en papel. Finalmente, en la actualidad nos hallamos inmersos en un modelo digital multimedia donde se da una evolución de los contenidos y los formatos que los medios ofrecen a sus lectores apareciendo el audio, el vídeo y las animaciones gráficas en Flash. Este desarrollo nos lleva a considerar que en un primer momento los medios de comunicación simplemente trataron de llevar el modelo que conocían en formato papel a la Red, aunque los medios han sabido aclimatar sus modelos hacia la web aprovechando todas las posibilidades que esta tecnología les puede ofrecer.

Guallar también nos ofreció lo que él personalmente considera como las características de la información periodística digital, a saber:

  1. Hipertextualidad que consiste en la capacidad de interconectar textos.
  2. Actualización que es la posibilidad de incorporar nuevos hechos noticiosos lo que ataca la periodicidad que define la publicación de los medios impresos.
  3. Interactividad, ofrece la facultad al usuario de interactuar con el contenido publicado.
  4. Personalización, posibilidad de adaptar el contenido a los usuarios.
  5. Multimedialidad, la combinación del texto, imagen y sonido.
  6. Memoria o documentación. La posibilidad de depositar información en un archivo que puede ser constantemente accesible a través del web.

Una de las características reseñables que ofrecieron los medios de comunicación impresos fue su tendencia ha convertirse en portales, mientras que los portales de Internet trataron de convertirse en medios de comunicación. De este modo, los medios ofrecían, y ofrecen, una serie de servicios (Chats, correos, servicios variados…) que eran propios de los portales, mientras que los otros además de los servicios que eran propios de ellos ofrecían noticias de actualidad. Hoy en día, este modelo ha ido evolucionando y los portales han apostado por los servicios, mientras los medios lo han hecho por las informaciones que elaboran.

Para terminar, Guallar realiza una reflexión de la situación actual en la que se encuentran los medios de comunicación impresos en la Red definiendo siete características principales:

  1. Actualización continua. Las portadas van variando en cuanto a peso y extensión de las noticias según estas se van produciendo, preponderancia a ofrecer servicios o secciones de Últimas noticias, así como realizar retransmisiones en directo fundamentalmente deportivas aunque también de otra índole.
  2. Modelo de negocio. Guallar incide en los modelos probados hasta ahora por los medios de comunicación. Así señala que el modelo de pago se encuentra actualmente totalmente descartado, mientras que el mixto (algunos contenidos en abierto otros en cerrado) todavía se mantiene, a pesar de que en general se apuesta por el gratuito.
  3. Consulta de información retrospectiva. A pesar de que no todos los diarios ofrecen sus hemerotecas completas en la Red, la inmensa mayoría ofrecen servicios de búsqueda avanzada (searching) de información en sus hemerotecas, además de permitir la navegación mediante la utilización de calendarios (browsing) que el ponente señala como interesante pero no necesariamente vital. Por otro lado, Guallar indica que las hemerotecas digitales siguen sin cumplir los requisitos necesarios para los profesionales de la información puesto que son, todavía, poco precisas en sus resultados.
  4. Posibilidades de personalización. Destaca que todavía es escaso o muy básico el grado de personalización que ofrecen los medios de comunicación a sus lectores y que se sitúan a la cola de otros negocios que ofrecen una personalización mucho más rica y detallada.
  5. Servicios referenciales que recalca como numerosos, heterogéneos y que nacen de la enraigambre propia de los medios. Se trataría de servicios como diccionarios, servicios de traducción, callejeros, información meteorológica, agendas, carteleras, etc.
  6. Servicios de comunicación y participación. Nacido de la Web 2.0, aunque ya presente por los chats y foros, Guallar señala la apuesta decidida por parte de los medios por el formato Blog tanto para sus columnistas de opinión o periodistas, como la oferta a sus lectores para poder abrir y mantener uno dentro de la web del propio medio en una sección específica. Otros elementos derivados, son los sistemas de valoración y envío de noticias a servicios de filtrado colectivo de noticias, así como la posibilidad de comentar las noticias. Finalmente, señalar que los medios están experimentando con otros servicios 2.0 como el microblogging, las redes sociales y la utilización de widgets.
  7. Información multimedia. El último punto destacado es que los medios se han decantado de forma clara por la información multimedia, donde se conjugan los textos y las fotografías tradicionales, con los vídeos y las animaciones infográficas. De hecho, algunos medios ya han lanzado sus propios espacios con sus programaciones de vídeos o portales televisivos dentro de ellos.
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