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La caída de Gmail y las debilidades del “Cloud Computing”

Todo parece indicar que este 2009 está siendo especialmente problemático para Google a nivel de gestión. Si finalizando enero cometía un error a la hora de actualizar la base de datos de sitios web dañinos que dejaba en fuera de juego su buscador (sin excesivas repercusiones gracias sobretodo a que se trataba de un sábado), el pasado 24 de febrero dejaba a los usuarios de su servicio de correo electrónico, Gmail, y otros servicios sin acceso vía web durante tres horas y media debido a un error durante las tareas de mantenimiento rutinario en un centro de datos del mismo. Desgraciadamente, la caída del servicio se produjo durante el mediodía de una jornada laboral en Europa, por lo que no pasó desapercibido. Es curioso, pero los dos sucesos me cogieron delante de un ordenador y pude sufrir sus efectos, a pesar de que si bien el primer error, el del buscador, lo achaqué a la página web a la que intentaba acceder, en el segundo me percaté de que algo grave estaba pasando con Google y sus servidores.

De hecho, de Gmail me trasladé inmediatamente al buscador para comprobar hasta dónde llegaba el desaguisado, aunque por fortuna el buscador se encontraba en perfecto funcionamiento porque, de otro modo , sí que nos hubiésemos encontrado frente a un problema y el “pánico” que se ha llegado a señalar que sacudió a los usuarios del servicio de email de Google se hubiese extendido y de qué manera sobre toda la Web. En este caso, sí que nos hubiésemos encontrado frente a frente la gran dependencia que la economía de la Web dispone de Google y las conclusiones habrían sido otras, claro.

Sin embargo, la caída de los servidores de Gmail conduce necesariamente al replanteamiento de la nueva tendencia de este año, el Cloud Computing, que desde luego no lo va a tener fácil después de este incidente. Obviamente, se trata de un asunto de escala. Los defensores del Cloud Computing -entendamos esto como el establecimiento de herramientas de productividad (Office, comunicación y demás) en servicios en la Web- argüirán que el coste del mantenimiento de estas herramientas dentro de una empresa es mayor que dejar que sean los técnicos del servicio web los que se encarguen de ello. El problema, además de los problemas de dejar datos confidenciales a recaudo de otra empresa, es que si hay una caída de los servidores, como ha sucedido en el caso de Gmail, el hecho puntual se convierte global. De este modo, en vez de encontrarnos con que el problema lo tiene una sola empresa, nos trasladamos a un marco donde la incidencia la sufren distintas organizaciones, relentizando y dificultando las transacciones económicas y la productividad de los trabajadores.

Obviamente, el posible impacto de una caída de los servidores de un servicio de Cloud Computing dependen en buena medida de la urgencia y de la finalidad del servicio mismo. En mi caso, por ejemplo, Gmail sólo me sirve para fines personales por lo que la incidencia de que el correo electrónico se encontrase inaccesible durante tres horas fue mínima. Sin embargo, si utilizamos esta plataforma con fines corporativos, la dimesión del problema es otro. Por otro lado, Google además de Gmail ofrece otro tipo de herramientas como las destinadas a la edición de documentos, gestión de la información (Calendars por ejemplo) o la creación de internets corporativas básicas (Google Sites). ¿Podemos imaginarnos 1000 empresas sin poder acceder a sus respectivas intranets a la vez? ¿Y si además del problema de acceso, no disponemos de un back-up?

Por otro lado, el error que se ha producido en Gmail era de acceso vía web, pero se podía trabajar con él a través de los servicios POP e IMAP (aunque también se podía trabajar con él off-line gracias a Google Gears) por lo que aquellos que tenían sus aplicaciones de correo electrónico de escritorio configuradas, o los que accedían vía móvil, no sufrieron la incidencia, además de que ningún correo electrónico se perdió o pudo ser contestado. Sin embargo, el Cloud Computing a pesar de disponer de muchas ventajas como el menor coste de mantenimiento y de gestión, no debería ser confiado a tareas críticas de las organizaciones y no sólo por la individualidad de una sola, sino por el conjunto que quedarían inoperativas.

Publicado en Homo Digitalis

6 comentarios

  1. Muchos se cambian a la «nube» por el simple hecho de que datos estan (o estaban) siempre accesibles, pero solo si el proveedor no esta «caido»; en el caso de Google no se puede reclamarle si por su error una empresa que depende que los servicios de Google (docs,sites,webmastes,etc), sea afectada.

    Los defensores de la nube, se quejan de las fallas de los sistemas operativos, pero incluso ellos saben que teniendo todo en internet, se pierde el control

    http://spanish.martinvarsavsky.net/general/desde-que-tengo-todo-en-red-la-muerte-de-una-compu-ya-no-es-tan-grave.html

    • Tener todo en la nube nos trae otros problemas como el de la accesibilidad y la disponibilidad de la información en todo momento. De todos modos, también tiene sus ventajas como las posibilidades colaborativas y desde luego nos encontraremos con un crecimiento en este sector. Aunque seguramente, al igual que sucede con los servicios de alojamiento, nos ofertarán distintas posibilidades según estemos dispuestos a pagarlas.

  2. […] sigue en «El documentalista Enredado» Etiquetas: actualidad noticias buscadores google Mandar a un amigo | | Comentar | 5 […]

  3. Yo, que era un convencido del cloud computing y que empezaba a utilizar las tasks de Gmail para gestionar mi productividad y que confío mis documentos para trabajar en red a dDocs, sufrí un importante aviso con la caída del correo.

    A esto se suma que para determinadas acciones, el acceso a la nube requiere más tiempo que el acceso a tus aplicaciones locales.

    En fin, sigo reflexionando qué hacer a este respecto, trabajar más a nivel local vs cloud.

    • Bueno, como dije antes, depende de las necesidades que tiene cada uno. El ejemplo de Soitu es paradigmático y muy gracioso. Lo más curioso es que se hayan atrevido a publicarlo. Yo tampoco esperaba que sucediese lo que pasó con Gmail y con las Google Accounts. Tal vez sea la Ley de Murphy.

      Por supuesto que voy a seguir utilizando Gmail, pero siempre a nivel personal, desde luego.

Los comentarios están cerrados.