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Etiqueta: Lectura

Cosmo Fishhawk, de libros y estanterías

De las tiras cómicas Shoe ya habíamos publicado alguna tira, pero rememorando aquella falta de espacio en las estanterías y la falta de sitio que la colocación de éstas provocan, algo que ya habíamos denunciado en su momento, os ofrecemos que disfrutéis con otra.

En esta ocasión, los libros provocan que las estanterías se instalen en las paredes, pero de la forma más insospechada.

 
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Escribir para buscadores y lectores 2.0: La simplificación del lenguaje (y 2)

Adecuar el contenido al continente no tiene porqué ser pernicioso a corto plazo si su utilización está englobada dentro de ciertos ámbitos y no invadan otros. Por ejemplo, no es lo mismo escribir un SMS, lo que supone acometer un número de faltas de ortografías ilimitado, que escribir en otro medio y para que lo lean otros. Obviamente, los registros se adecúan en el primer caso para que el mensaje nos resulte lo más económico posible (0’15 € el mensaje nos obligan a ello), mientras que en el segundo caso el costo económico no tiene la mayor importancia para nosotros, no así de lo que queremos transmitir. Así, por ejemplo, escribir un e-mail o un texto para un blog no tienen coste o éste es imperceptible para aquel que lo redacta, por lo que nuestro interés pasa por que el mensaje llegue y de una forma adecuada.

El problema surge cuando el ámbito de la ortografía utilizada para los mensajes móviles, que consiste en la reducción de caracteres, fundamentalmente vocales, para poder utilizar el mayor número de palabras posibles de la forma más económica; va más allá del entorno de los mensajes cortos e inunda la Red. Es entonces cuando surgen movimientos para el correcto uso del lenguaje aceptado y reglado por todos para evitar que ese uso, considerado incorrecto, transcienda y se generalice allí donde no le corresponde.

Dispones de 144 caracteres para comunicarte

Como si de la condena de los teléfonos móviles nos persiguiese, últimamente se han puesto de moda una serie de servicios en Internet, muy Web 2.0, que nos impiden utilizar más de 144 caracteres para comunicar nuestras ideas. Se trata del denominado micro-blogging, donde escribir textos extensos está prohibido y donde la brevedad es la quinta esencia del mensaje. Un buen ejemplo de estos sitios web es el conocido Twitter, donde lo que se busca es el establecimiento de una conversación asíncrona con nuestros seguidores y amigos junto con la posibilidad de transmitir qué se está haciendo en cada momento.

Comprobamos de este modo que la tiranía del SMS se extiende también por la web más allá de los usos ortográficos y gramaticales de sus usuarios, permitiendo concebir servicios y utilidades que se adecúan a ellos y que, a la postre, disponen de una gran popularidad entre los internautas. La cultura de lo breve y esencial se impone en una Red donde la vida frenética no permite detenerse en grandes divagaciones o exposiciones, donde lo superfluo vence a lo profundo y donde prima lo telegráfico sobre otras consideraciones y que lentamente inunda otros aspectos de nuestras vidas.

En efecto, nos estamos acostumbrando a que se nos dé la información de forma directa y sin grandes rodeos. Si una información periodística tiene que ser redactada necesariamente de forma piramidal inversa, lo más importante en su parte superior mientras que según se avanza en el texto se dan otros detalles de menor relevancia, en Internet actualmente prima lo breve y, por ello, no precisamente lo mejor. Pero, en cualquier caso, nos encontramos ante una nueva generación multitarea, que necesita estímulos contínuos para seguir trabajando dentro de una actividad y que no necesariamente tiene que fijarse o establecerse en una sola.

Nos hallamos ante los lectores 2.0, incapaces de leer algunas líneas seguidas sin llegar a entender el todo, que se pierden agotados ante textos que superan las 500 palabras y qué decir libros de más de 200 páginas. Sin embargo, esto no tiene porqué ser necesariamente negativo, ni censurable, simplemente se trata de una adaptación a los nuevos tiempos que viven y que, por supuesto, no pueden controlar.

Nuevos tiempos comunicativos, la esencia es el mensaje

Tampoco lo hacen aquellos que deberían. Los periodistas, aquellos garantes del buen hacer comunicativo escrito, cada vez escriben peor, trufan sus informaciones de faltas ortográficas, de sintaxis inconexas, de gramáticas imposibles. Sucumben, lentamente, a las prisas, a las multitareas que deben atender y a la presión por ser los primeros en publicar una noticia, en dar la primicia descuidando lo que más deberían mimar, su escritura y su firma.

Pero, retomando el texto anterior, no sólo se ven presionados por las prisas, también por otros factores desde que los medios se han dado cuenta de que Internet es el futuro de su negocio y, por ello, crear y diseñar un nuevo modelo de negocio para él. En la Red, se trabaja para la audiencia y, sencillamente, cuanta más audiencia consigas congregar alrededor tuyo, mayores posibilidades de ingresos económicos puedes obtener. Por ello, los medios de comunicación trabajan para los buscadores, no tienen mayor fuerza que ellos, sin embargo trabajar para Google tiene cierto efecto pernicioso y es la simplificación del uso del lenguaje. Tanto es así que los medios de comunicación han sacrificado su estilo hacia su presencia en la Red, aportando incluso dobles titulares, uno para su edición en papel y otro para su edición en la Red para adecuarse a los dos medios.

Hoy en día, la quinta esencia de la comunicación es la telegrafía. Despojar de adornos la comunicación, ser directo y claro, sin ambigüedades, sin adornos posibles. De esta forma, el estilo se despoja de la creatividad y se queda desnudo intentando lanzar un mensaje que tal vez no llegue a ninguna parte, sin sustancia ni gracia, desnudo ante la audiencia, desnudo ante Google.

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Escribir para buscadores y lectores 2.0: La simplificación del lenguaje (1)

En el blog del Sedic, dedicaban el pasado mes de enero al debate alrededor de la idea de que se estaba conformando Una sociedad sin lectores que huía de catastrofismos. De este modo, todos los autores participantes concluían que, en esta sociedad del siglo XXI, no es que no se leyese poco, es que nunca se había leído y se podía leer tanto. Así pues, la tónica general en los discursos de los textos era considerar que actualmente se lee mucho, ya que las nuevas tecnologías e Internet nos invitan (y obligan) a ello. De este modo, los jóvenes se comunican preferentemente de forma textual, ya se trate mediante envíos de mensajes de texto a móviles o a través del messenger, los negocios y su comunicación todavía se sustentan en el soporte texto (Las Blackberry y el correo electrónico son buena prueba de ello), la ciencia nunca ha disfrutado de una vía de comunicación tan rápida, barata y sencilla de utilizar como la Red; los medios de comunicación invitan a la participación junto al consumo de informaciones, cualquiera puede “obligarse” a escribir un blog, a construir una red social o incluso a componer una enciclopedia, etc. Sí, hoy en día nos encontramos ante la Sociedad de la Infoxicación más que sobre otra consideración, pero, mientras nos adentramos en ella, olvidamos cuidar cómo transmitimos la información y, sobre todo, cómo componemos.

Se me ha acusado de escribir textos demasiado largos, de hecho hay estudios que así lo atestiguan, puesto que mis argumentaciones no son esquemáticas y me gusta desarrollar las ideas. Últimamente, me he obligado a acortar mis textos, primero porque la disponibilidad del tiempo es reducida y, por otro lado, porque un texto demasiado largo no invita a leerlo. En cualquier caso, acortar los textos tiene ciertas ventajas puesto que los buscadores, sobre todo Google, les encanta los textos cortos, esquemáticos, que no disponen de la complicación del lenguaje figurativo humano. Una verdadera lástima. El hecho es que sacrificamos nuestro estilo, nuestra inventiva, en la estandarización de nuestro lenguaje, destacando palabras clave por las que deseamos ser encontrados y leídos.

Cómo funciona Google

Google nació dentro de un ámbito académico y su funcionamiento inicial se basaba principalmente en los textos científicos. De este modo, en sus inicios, Google otorgaba mucho peso a las partes que abrían un texto (donde se sitúan la introducción, metodología y objetivos de los textos científicos) y finales donde se pueden encontrar las conclusiones. La fiebre de los descriptores en los títulos para el posicionamiento también derivan del estilo científico, puesto que este tipo de artículos deben disponer de un título claro, preciso y conciso que defina sin lugar a dudas qué nos vamos a encontrar en el texto. No hace falta señalar que la idea del interés de un texto basándose en los enlaces entrantes que recibía se basa en las teorías bibliométricas para localizar los artículos y autores más relevantes de una determinada ciencia dentro de un determinado ámbito.

Así pues, cada webmaster se afana por trabajar para Google siguiendo una metodología para mejorar su posicionamiento dentro de la primera página de resultados del buscador. Echemos un vistazo a un texto que nos describe cómo deberíamos escribir para los buscadores para mejorar el posicionamiento:

  • El título es la parte más importante del artículo – Debe aparecer el término o keyword principal. El título debe ser los más corto imprescindible posible.

  • El primer párrafo es más importante que el último – Debe aparecer el término principal y varias expresiones, palabras o términos similares. Pongamos el ejemplo en este post. Sería algo así:

    • Escribir para Google

    • Cómo escribir de cara al SEO

    • Normas de escritura para mejorar nuestro posicionamiento

  • Repetir el término principal a lo largo de los párrafos, junto con otras expresiones similares.

  • Si utilizamos etiquetas h2, que contengas los términos.

  • Mantenernos centrados en el tema principal, procurando no mezclar temas o irnos demasiado por las ramas. Se trata de mensajes claros y generalmente cortos, no estamos escribiendo ensayos.

Comprobamos entonces que realmente no estamos escribiendo para humanos, sino para buscadores, máquinas en definitiva que evalúan nuestros textos dependiendo de una serie de variables que servirán para colocar a nuestras páginas por arriba o por abajo de sus resultados. Pero la simplificación en la comunicación no se detiene ahí, va un poco más allá.

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Política y bibliotecas: Hechos o palabras

Personalmente, no me gusta la política. Es probable que se deba a que soy un descreído, consciente de la naturaleza humana, de sus juegos y ambivalencias. No, no me gusta la política y tampoco sus gambitos, sus corporativismos, el "prometo y ya veremos". El pasado año (2007), por una jugada del destino, me leí las propuestas electorales del PSPV (Partido Socialista del País Valenciano) y del PP (Partido Popular) respecto a cultura y bibliotecas para las elecciones autonómicas de ese año. En honor a la verdad, he de decir que el del segundo era mucho más rico en actuaciones que el del primero. Hoy, el PP gobierna en la Comunidad Valenciana y lamento no haber guardado aquel programa electoral, puesto que aquellas palabras se las llevó el viento (junto con el documento que ha desaparecido de la página web del PP).

Esteban González Pons, encabeza la lista del PP de Valencia para las elecciones generales a celebrar este año, siempre se singularizó por ser un amante de las nuevas tecnologías, fue Conseller de Educació i Cultura, apostó por la utilización de Linux dentro de las Administraciones Públicas y fomentó el uso de Lliurex (La versión valenciana de Linux); por lo que su reciente apuesta por convertir a las bibliotecas como un punto de acceso a Internet sin límites mediante la instalación de redes WiFi junto con una inversión de un millón de euros no me resulta sorprendente. Sin embargo, es una apuesta desafortunada al realizarse durante una semana en la que los medios de comunicación publicaban una serie de noticias que dejaban en entredicho la política de cultura y bibliotecas del PP en la Comunidad Valenciana.

Por un lado, editores, bibliotecarios, distribuidores, escritores, ilustradores y libreros valencianos comparecían para denunciar la falta de voluntad de la Generalitat Valenciana en materia del libro al no firmar un convenio estatal. El hecho es que las bibliotecas valencianas dejaban de ingresar fondos para la adquisición de materiales librarios debido a que el Consell no había suscrito el plan extraordinario sobre bibliotecas con el Ministerio de Cultura, al contrario que el resto de comunidades autónomas. El cálculo de los libros que las bibliotecas dejaban de ingresar ascendían a 572.295 y, como poco, 2,2 millones de euros para este fin.

Por otro lado, la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) hacían público su informe que revelaba que el índice de lectura en la Comunidad Valenciana había descendido un 2,1% durante 2007 lo que situaba a esta comunidad autónoma en un 1,8% por debajo de la tasa media nacional de hábitos lectores (56,9%) registrándose un 38,3% de lectores frecuentes y un 16,8% de ocasionales. El propio presidente de la Federación, Antonio María Ávila, criticaba en la presentación del texto que la Comunitat Valenciana "no había puesto ni un duro" para contribuir a los planes de fomento de lectura del Gobierno Central.

En fin, ya veremos en qué queda la promesa, hechos o palabras.

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El Kama Sutra de la lectura

El Kama Sutra es un antiguo texto hindú que trata sobre el comportamiento sexual del hombre. Considerado como el trabajo básico sobre el amor en la literatura sánscrita. Fue escrito por Vatsyayana. El título completo es Vātsyāyana Kāma-sūtra (‘Los aforismos sobre la sexualidad, de Vatsyayana’).

Vía Odd Librarian, a través de su página personal en Flickr, llego hasta "The Kama Sutra of Reading".

Kama Sutra de la Lectura
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