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Etiqueta: Internet

La confusión tecnológica llega a las empresas españolas

Lentos pero seguros, en España vamos dando los pasos que otros ya dieron antes. Desgraciadamente para nosotros, una década no parece ser suficiente, somos contumaces y caemos reiteradamente en los errores que cometieron otros. La noticia que nos relataba que las empresas españolas no mejoraban sus resultados a pesar de estar implementando nuevas tecnologías en sus organizaciones nos indica que estamos retrasados tecnológicamente hablando, pero es que además no somos cuidadosos. Esta noticia no podía sino recordarme lo que ya contaba Alfons Cornella en su libro de 1994 Los Recursos de Información: Ventaja competitiva de las empresas.

Pero fijémonos en las comparaciones de la noticia de reciente publicación junto lo que nos relataba Cornella. Así, la noticia publicada aseguraba que la llegada de las nuevas tecnologías (TIC) había supuesto una reducción de costes para las empresas que las utilizaban, pero que el aumento de la inversión en tecnología (49%) y en los servicios de consultoría y colaboración (47%) habían producido que los resultados no se hubiesen incrementado sustancialmente. Así, a pesar del impacto significativo de las tecnologías de la información y la comunicación en las empresas españolas, los directivos aún esperan mayores frutos de la inversión dedicada a tecnología en los últimos años.

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Elpais.es y el proceso informativo

Hace ya un tiempo que recogimos aquí el interesante artículo de Mario Tascón La continuación de la noticia por otros medios que describía cómo funcionaba la redacción digital de un medio de comunicación, en este caso de Elpais.es. El texto y la descripción del trabajo que se realizaba en la redacción me pareció fascinante e intrigante a la vez y por ello os invité a leerlo puesto que consideraba que no tenía desperdicio.

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Elpais.es se rinde a la evidencia: Es mejor en abierto

Cuando el diario El País cerró todos sus contenidos, muchos consideramos que estaba cometiendo un error estratégico. Desde luego que por aquel entonces, durante el año 2000 a 2001, la burbuja de las puntocom había estallado salpicando a muchos sectores y empresas que habían tratado de desarrollar un negocio en la Red. Uno de los sectores más afectados por esta crisis tecnológica fue el sector de la publicidad que comenzó a contraerse, lo que abocó al cambio de modelo y adopción de nuevas estrategias en Internet.

La crisis puntocom también salpicó a los medios de comunicación que tuvieron que hacer frente a muchos problemas que abocaron a la adopción de distintas medidas drásticas. Así comenzaron los recortes mediante ajustes de plantilla, cierre de delegaciones y cambio en el modelo de negocio desarrollado en Internet. De esta forma, por ejemplo, El Mundo y El País decidieron plegar velas y cerraron los contenidos que editaban en papel, que era el negocio que llevaban desarrollando durante años, que tan sólo serían accesibles mediante suscripción. Sin embargo, la política aunque similar fue distinta en ambos casos. Elmundo.es permitiría el acceso a la información 24 horas, o también denominada última hora, y a algunas secciones específicas como El Navegante; mientras que El País cerraría todas las informaciones excepto las editoriales y las viñetas humorísticas. Cuál de los dos modelos se acabaría imponiendo sería cuestión de tiempo, pero uno de los factores determinantes consistiría en la evolución que se produjese en la Red.

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Del género de la fan fiction a los Wikilibros: Los internautas se lanzan a escribir sus propios libros

Recientemente, recogía la Asociación de Compositores y Autores de Música (ACAM) en su página web un artículo muy crítico con las licencias Creative Commons que ha levantado cierto revuelo en la blogosfera con múltiples réplicas. Concretamente, un párrafo que os adjunto era determinante:

Las Creative Commons (CC) son un nuevo tipo de licencias, originarias de Estados Unidos, que ahora están expandiendo su uso a escala internacional. Se supone que la licencia ofrece un concepto alternativo de derechos de autor al permitir a los creadores fomentar la difusión y reutilización de sus obras protegidas, sean éstas películas, imágenes, música, textos literarios o científicos. Pero, de hecho, las CC ofrecen considerables beneficios para los usuarios de Internet que desean utilizar las obras de los creadores sin la obligación de obtener un permiso y aportan muy pocas ventajas a la comunidad creativa

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La muerte del libro, los derechos de autor, el poder de la información… y otras historias de terror

Aprovechando el poco tiempo libre de que dispongo, he tomado la firme determinación de ponerme al día en mis lecturas “documentaloides”. Y como es normal en mí, en vez de atacar los temas candentes que se discuten en la actualidad (folksonomías, gestión del conocimiento, usabilidad, búsquedas en Internet, Google…), he decidido empezar por el principio, por una obra clásica de la cibercultura: “El futuro del libro: ¿esto matará eso?” (compilado por Geoffrey Nunberg).

La introducción de las nuevas tecnologías en el mundo del libro, como ocurre siempre con todo lo nuevo, ha desatado un sin número de predicciones fatalistas sobre la desaparición de los libros impresos, de las bibliotecas y las librerías tradicionales y, por supuesto, del mundo de la edición tal y como lo conocemos, como vaticinaba McLuhan en su obra “La Galaxia Gutenberg” (otro libro que tengo pendiente). Siguiendo esa corriente fatalista, el subtítulo de la obra compilada por Nunberg utiliza la vieja máxima “esto matará eso”, o dicho de otra forma, “el ordenador matará al libro”. Pero, en contra de lo que pudiera parecer, cuando leemos los diversos ensayos que componen esta obra descubrimos una visión mucho más positiva de la simbiosis que se está produciendo entre las tecnologías y el mundo del libro. Esta incursión tecnológica se presenta como un paso más (al que ya no podemos escapar) en el proceso evolutivo del mundo librario en particular, y de la cultura y la sociedad en general.

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De bits y átomos

Cuando hace relativamente poco tiempo el líder de Jarabe de Palo, Pau Donés, afirmó que el formato MP3 estaba acabando con el CD, es bastante probable que desconociese que se encontraba corroborando las palabras que ya había transmitido Nicholas Negroponte en su libro de 1995 El Mundo Digital. Según su visión de este nuevo mundo, Negroponte aseguraba que para poder comprender las ventajas que nos aportaría el mundo digital debíamos necesariamente desgajar los átomos de los bits. Sin embargo, me temo que Pau Donés no debió de leer el libro, por lo que debe de desconocer qué quería decir Negroponte con esta separación que actualmente se está produciendo, pero es sencillo de explicar, así que me presto a ello.

Tal y como señalaba el autor, hasta este momento la mayoría de la industria de los medios de comunicación y del entretenimiento se basa en la distribución de átomos. Es decir, su modelo de negocio se fundamenta en la distribución y venta de periódicos, revistas, libros o discos compactos que sirven como soporte para la transmisión de información que consiste, al fin y al cabo, en bits. Cuando compramos un CD o un DVD lo que realmente estamos comprando son bits, puesto que la información contenida en este soporte es digital (unos y ceros), mientras que los átomos sólo nos sirven como envoltorio (El plástico del que está compuesto el CD más el papel del cuadernillo). A modo de apostilla, diré que las interpretaciones de qué es lo que realmente se adquiere cuando se acude a una tienda para comprar un CD, son diversas. Sin embargo, se tiende a afirmar que cuando compramos un CD tan sólo adquirimos el derecho de reproducción, por lo que un CD no es algo completamente nuestro aunque hayamos pagado 16 € por él. Obviamente, es éste otro debate por lo que dejaremos de lado pues no es realmente de nuestro interés en este artículo. En cualquier caso, en el nuevo mundo digital hacia el que nos encaminamos, se comercia principalmente con bits, por lo que el soporte como fuente de comercio tiende a desaparecer o pasa a ser residual como sucedió con el vinilo con la aparición del disco compacto.

Pero esta visión en la que tan sólo es importante el contenido, abandonando el continente, todavía no ha sido aceptada como un modelo de negocio viable, por lo que al nuevo entorno digital en general se lo ha considerado más como una amenaza que como una oportunidad. Así, y desde un primer momento, las discográficas han tratado de atajar las distintas herramientas que los internautas han creado para la difusión de bits entre pares o Peer to Peer (P2P) utilizando Internet como canal. Estos softwares se han convertido en una de las herramientas fundamentales de la Red y son las que poseen una mayor aceptaciónentre los internautas, sin embargo su tecnología es problemática desde la visión de los derechos de autor puesto que tiende a no respetarlos.

Es bien conocido que la primera herramienta que se creó P2P que cosechó cierto éxito fue Napster que permitía en intercambio de ficheros musicales digitales por la Red de una forma gratuita. La persecución judicial de la compañía y su cierre no significó el fin del uso de este tipo de herramientas, sino que más bien alentó el desarrollo y mejora de otras nuevas. Es significativo que previamente al cierre de Napster por las distintas demandas judiciales, los responsables de esta red P2P comenzaron a filtrar los ficheros MP3 que se intercambiaban en sus servidores y que poseían copyright, esto tan sólo provocó un trasvase de usuarios hacia otras herramientas como Audiogalaxy que utilizaban una misma filosofía. Esto venía a demostrar que el uso de las redes P2P se había establecido en la Red y los internautas no deseaban dejar de utilizar herramientas que les permitiesen descargar música de la Red de una forma muy cómoda aunque bordeando la legalidad.

Actualmente hay diversas plataformas de intercambio de bits P2P por lo que la estrategia de las compañías discográficas se centra actualmente en amedentrar a los usuarios de los distintos softwares mediante distintas denuncias. Por supuesto que esta persecución ha dado resultados un tanto dantescos como la denuncia a una persona fallecida que jamás había poseído un ordenador, o distintas denuncias a menores que descargaban la música de la Red.

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El «masterplan» de Google Inc. /2

2001 – 2002, sobreviviendo a la burbuja tecnológica

El 11-S, los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono de Washington, marcaron el fin de la debacle de la nueva economía, de lo que se denominó como la Burbuja Tecnológica,que aún colearía hasta finales 2003. Debemos detenernos aquí para señalar que dentro de la burbuja tecnológica podemos hallar dos vertientes significativas: La primera de ellas afecta en la medida en que las empresas tradicionales querían entrar en el Mercado de las Nuevas Tecnologías, o nuevo mercado, invirtiendo grandes cantidades financieras para ello y, en la segunda, en las nuevas empresas que crecían al calor de su página web sin poseer mucho más.

A lo largo del año 2001 se comprobó que el modelo se estaba agotando rápidamente convertido más bien en una estafa hacia los imprecavidos inversores que hasta ese momento acudían con dinero fresco y en cantidad a cualquier OPV (Oferta pública de venta) de los valores tecnológicos que se venían sucediendo desde 1999. Sin embargo, los propios fundadores de las páginas web no tardaban en exceso en vender todas sus participaciones conscientes de que más valía pájaro en mano que ciento uno volando.

El paradigma que se manejaba durante el cambio de siglo sostenía que ser rentable no era fundamental para un sitio web. El fundador de Reel.com reflejó perfectamente esta nueva filosofía empresarial diciendo:

– ¿Ganacias? ¿Me estás tomando el pelo?, nuestro sitio maneja el modelo de Amazon.com.

Claro que la compañía Reel.com no tuvo empaques en dilapidar más de 90 millones de dólares en tres años. Como se demostró, las empresas tecnológicas que se movían en el ciber-espacio no podían escapara de las reglas económicas y empresariales que se marcaban en el mundo tangible y real.

A diferencia de muchas tecnológicas, Google, durante agosto de 2001 ya publica resultados positivos. Que los más importantes buscadores hasta el momento como Yahoo! comenzasen a utilizar el motor de búsqueda de Google, mostraba que el modelo de negocio que buscaba Google se fundamentaba más en la viabilidad de su negocio que en la especulación de futuros irrealizables. Por otro lado, otros, como Lycos, trataban de aumentar sus ingresos cobrando por la adición de las URLs (Universal Resource Locator) de las empresas, e incluso de los internatuas, en los buscadores que poseían. Esto tuvo un efecto letal tanto en la calidad como en la exhaustividad y riqueza en las bases de datos de sus buscadores. Lo que se trató de obtener fue la relativa importancia e impacto de un buscador en Internet para obtener rendimientos económicos. Al contrario que muchas, Google mantenía la actualización de sus motores de una forma gratuita mientras arañaba cuota de mercado al resto.

La expansión de Google no sólo se vio reflejada en las búsquedas que recibía, sino que además comenzó a adquirir otros servicios como DejaNews. Esta empresa almacenaba más de 700 millones de mensajes intercambiados en la red UseNet (red de newsgroups o grupos de discusión) desde 1981. Desde esta red es posible bucear en los desarrollos tecnológicos y científicos de los últimos 20 años. Google adquiría la historia de Internet y se hacía lentamente historia.

En julio de 2002 se publica un estudio que afirma que los internautas no sobrepasan las primeras dos páginas de resultados que les ofrecen los buscadores. El estudio de iProspect fomenta que los buscadores busquen nuevas vías de financiación ofertando a las empresas el aparecer en las primeras páginas de resultados adquiriendo palabras clave. Sin embargo, esto puede convertirse en un arma de doble filo puesto que los usuarios buscan la relevancia de sus consultas sobre todo lo demás, pudiendo cambiar de buscador tratando de obtener los mejores resultados posibles.

Google es consciente de ello y extrae de las consultas los llamados «enlaces patrocinados» dejando bien claro quién paga más por aparecer en la primera página de resultados y más alto, y qué páginas se ajustan mejor a la consulta que ha realizado el internauta.

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