He aquí una empresa que encontró ElDorado, una organización que dio un paso más allá en el mercado global de un mundo interconectado, que entendió la quinta esencia de cómo se comportaba el mercado dentro de un canal completamente nuevo, que intuyó cómo sería el futuro y se atrevió a desarrollar todo un modelo de negocio para sí misma y lo hizo accesible para el resto. Pero en el camino, son muchas las piedras en las que tropezar, muchos los enfrentamientos que superar y muchas mentes a las que convencer. En crisis, si todos admiran tu cuenta de resultados, si todos contemplan que tu caja sigue aumentando cada trimestre, sólo ansiarán meter la mano en ella. No les van a faltar las maneras de encontrar caminos para ello.
Aunque todas las miradas se centrarán en los medios, no son los únicos. Los medios de comunicación, esos agentes que consideran que sin ellos en Internet carecería de sentido, no habría contenido; quieren su pedazo de pastel sobre el buscador de Google y Google News. Haces dinero con nosotros, con nuestro producto, queremos nuestra parte, parecen aseverar. Sin embargo, la tendencia está cambiando, la competencia pura y perfecta de Internet es la culpable, y Facebook ya redirecciona más tráfico que Google a las webs. ¿No cabría también que pedir su parte del pastel a estos concentradores emergentes?
Los gobiernos, con Francia a la cabeza con su “tasa Google”, consideran que sus ingresos vía impuestos no están lo suficientemente bien recaudados como debieran y consideran que ese dinero podría ser bien utilizado para “protección de la oferta legal de contenidos en Internet y a la remuneración de los creadores”. Es decir, destinarlo a subvenciones que protejan el sector cultural. Los medios de comunicación han tratado de añadir leña al fuego difundiendo la noticia que Google no paga los suficientes impuestos en España, ya que sólo declara el 5’1% de lo que ingresa en este país (Según algunas estimaciones).
Por otro lado, las operadoras de telecomunicaciones, algunas cansadas de lanzar productos fallidos, tratan de convertirse en algo más que tuberías y solicitan también su parte, mientras Google ya muestra interés en convertirse también en una operadora más instalando cables submarinos, ofreciendo conexiones ultrarrápidas experimentales o con servicios de voz. Al mismo tiempo que algunos consideran que esa reclamación podría fin a la neutralidad red, Google se muestra conciliador asegurando que las telefónicas recibirán lo que hayan invertido. ¿Una aceptación de su debilidad?
Y, mientras tanto, la compañía sigue enredada en aspectos legales antiguos y nuevos provocados por la precipitación a la hora de publicar nuevos servicios. En Estados Unidos, prosigue el litigio sobre el control de los contenidos y sus planes de digitalización de casi toda obra editada en el mundo. Sin embargo, la travesía de Google Books nunca fue sencilla con acuerdos y denuncias que ponen en cuestión la viabilidad de un proyecto muy ambicioso y que dispone de detractores y defensores que no deja indiferente ni satisfecho a ninguno de los actores implicados.
Para que todo esto no fuese suficiente, Google Buzz el producto destinado a plantar cara a los productos estrella del denominado Social Media (Twitter y Facebook) se ha lanzado sin tener presentes aspectos claves como el de la privacidad que violaba y la sobrecarga informativa que provocaba, lo que ha conducido que se esté preparando una demanda contra el gigante de Mountain View de la que a buen seguro no saldrá muy bien parado.
Desde luego que esta no es manera de empezar el año.
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