Una de las pequeñas maravillas que los sitios web han heredado de los blogs son los Feeds. La palabra feed es un anglicismo que, en jerga informática, suele referirse a un tipo de dato empleado para suministrar información que es actualizada con distinta frecuencia. Este término se emplea para denominar a los documentos con formato RSS o Atom, basados en XML, que permiten a los agregadores recoger información de páginas web sindicadas. Es decir, podemos estar actualizados de los nuevos contenidos de un sitio web sin necesidad de visitarlo con frecuencia, ya que la actualización de los nuevos contenidos se realiza a través de un programa específico o una página web.
El debate sobre el uso que le podemos dar a los feeds ha sido extenso casi desde los inicios de los weblogs y que abarca muchos puntos de reflexión desde qué cantidad de información se debe de ofrecer en ellos [Títulos, extratos o texto completo] o si también es una plataforma para la interrupción publicitaria (Aunque en esto no entraremos). De lo que no cabe ninguna duda es que una persona que agrega nuestro feed se ha convertido en un lector fiel que realmente está interesado en nuestros contenidos y en lo que tenemos que aportar a la Conversación de la blogosfera.
Desde mi punto de vista, conseguir un lector, un verdadero lector, es terriblemente complicado y un triunfo personal y, por ello, no deberíamos obcecarnos con la tiranía de las estadísticas sobre páginas vistas y visitantes únicos. Sobre esto, ya estamos estamos lo suficientemente expuestos al capricho de los buscadores, con bajadas y subidas de Pagerank y otros avatares, a si nuestros visitantes están de vacaciones o no, para incluso castigar a nuestros fieles obligándoles a visitar nuestro sitio web. Debemos tener presente que muchos bloguers lo que realmente desean, por eso escriben aunque lo nieguen, es ser leídos, que su mensaje llegue; los Feeds tienen un potencial increíble, incluso pueden tener usos completamente inesperados, y no debemos de maltratarlos a nuestro capricho.
Lo que quiero señalar es que no debemos pensar sólo en términos de audiencia, tenemos que considerar que los lectores que se agregan a nuestros feeds son audiencia fija, que a buen seguro leerán lo que hemos escrito, mientras que el resto de lectores son en su mayoría ocasionales. Ofrecer un titular o un extracto del texto no es muy inteligente en la sociedad de la infoxicación, cuando apenas se tiene tiempo de leer el correo o contestarlo y leer nuestros agregadores casi es un premio que nos damos tras una larga jornada laboral detrás de un ordenador. A buen seguro, si ofreces tus feeds capados con sólo extractos o títulos, muchos lectores ni se detendrán en leerlos ni mucho menos en realizarte una visita, qué decir en dejar un comentario. Por ello, deberías ofrecer a tus fieles lo que están buscando, tus pensamientos y tus ideas, y olvidarte de los números de los contadores que eso ya llegará por otra vía.
Por otro lado, dar nuestros contenidos al completo, simultáneamente cuando son publicados puede darnos algunos dolores de cabeza como el robo de contenidos por parte de los Web Scrappers. Es decir que al publicar nuestros contenidos al completo puede significar que inmediatamente aparezcan sin el menor pudor dentro de otra web sin ninguna relación con nosotros siendo incluso penalizados por Google por contenido duplicado. No cabe duda que es un riesgo y nos exponemos a ello, pero podemos solucionarlo y evitarlo indicando la URL del texto original.
Por ejemplo, en WordPress, disponemos de distintos plugins para evitar precisamente esto y poder realizar una declaración de propiedad o una alerta sobre ello. Sin ir más lejos, en este blog, utilizamos el plugin FeedEntryHeader precisamente con esta finalizad, y gracias a él publicamos dentro del feed el nombre del autor del post, así como la dirección completa del texto. Redundante, sí, pero necesario para los tiempos que corren.