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Etiqueta: Blogs

A vueltas con «La responsabilidad sobre el contenido que generan los usuarios en la Internet colaborativa»

Me solicita Jorge Franganillo que refunda y ordene mis aportaciones a su texto La responsabilidad sobre el contenido que generan los usuarios en la Internet colaborativa a lo que me he lanzado gustosamente descubriendo que mi estilo a través del correo electrónico no es ni lo suficientemente organizado ni lo expositivo que me hubiese deseado. En cualquier caso, os dejo aquí mis reflexiones para vuestro disfrute, ahora sí, un poco más ordenadas.

El debate que nos propone Jorge Franganillo es sempiterno y reverdece cada vez que a la Blogosfera se le propone un nuevo intento de regulación. Pero, aunque aparentemente esta regulación tenga nombre y apellidos (los blogs), no es difícil imaginar que los tentáculos reguladores se extenderán a otros ámbitos de la Web Colaborativa una vez que la Blogosfera haya sido normalizada. Imagino que el profesor ha estado al tanto de la propuesta de la Unión Europea de crear un registro de blogs que levantó la liebre para la generación de una nueva polémica más con sus réplicas y contrarréplicas sobre la regularización blogosférica en las que no vamos a entrar en detalle.

Sin embargo, lo que no debe obviarse es que la crítica a un ente informe, que no atiende a una organización lógica, ni a unas reglas establecidas, que no puede atribuirse a un único colectivo, que es infinito y cuya definición es difícil de establecer; desconcierta tanto a los poderes políticos, empresariales y mediáticos que se ven impotentes a la hora de conseguir meterlo en cintura. Pero que nos recuerda que la generación de contenidos dentro del Web es uno de los temas más apasionantes y más interesantes que se vienen desarrollando actualmente.

Por ejemplo, que una persona, sea cuales sean sus características, pueda considerarse como una fuente de información fiable y fidedigna sobre un tema en la Web, ¿recordamos el reciente premio Ortega y Gasset a una bloguer cubana?, se encuentra al orden del día y son los propios medios de comunicación los que ensalzan y defienden esas voces en aras de la libertad de expresión. Sí, es cierto que podríamos partir en nuestra crítica considerando que el 80% de lo que se publica en Internet es basura o poco relevante, pero atendiendo a los mismos criterios editoriales, mucho de lo que se publica en papel bien pudiera ser considerado (Sin ánimo de ofender) de poco interés o relevante.

Siguiendo el razonamiento anterior, profundizando en nuestra crítica, podríamos aseverar que Internet está lleno de Geeks, que en Digg, una web colaborativa ideada para la publicación y votación de noticias, sólo se promocionan noticias Techies, pero sólo nos quedaríamos con una visión residual de lo que está sucediendo realmente dentro de la Red. De hecho, existen estudios que demuestran que mientras Digg estuvo consolidando y aumentando su audiencia, sí que se enviaban una gran mayoría de contenidos informáticos o relacionados con las nuevas tecnologías, pero también es cierto que esa tendencia ha cambiando hoy en día y que esta web de promoción social de noticias se encuentra ampliando el espectro de las informaciones que se votan dentro de ella.

Así pues, nos hallamos en un escenario en la que los blogs se han erigido en algunos casos como medios de comunicación realmente capaces de llegar allí donde los media tradicionales no llegan por intereses económicos, comerciales o ideológicos. Sobre este hecho, es paradigmático el caso de la blogosfera política americana, considerada influyente, apasionada y un referente a la hora de informarse en aquel país sobre su política y su situación actual.

También hay que tener presente que la mayoría de los blogs no tienen el objetivo de alcanzar grandes audiencias, que se conforman con el público que puedan llegar a obtener. En el caso que nos toca, la biblioblogosfera, ese público sería muy restringido, pero al mismo tiempo se convierten en lugares que son capaces de generar información a su público objetivo que es considerada relevante y que no podría ser distribuida de otra forma. Como podéis suponer, en el caso del resto de blogs, cuál sea ese público y la forma en que se realice el mensaje ya es otra historia.

En cualquier caso, retomando el tema desde el que nace este texto, el del control de contenidos ofensivos, insultos y denuncias infundadas; desgraciadamente, como en la vida analógica, se parece obviar que dentro de Internet existen buenas y malas iniciativas, buenos y malos comportamientos, y que se conjuga la censura y libertad de expresión al mismo tiempo sin que exista necesariamente un órgano regulador.

No negaremos que Internet dispone de zonas hostiles y reprochables, mas acusar a la Blogosfera de Infoxicación, siguiendo el criterio de la UE para controlarla, se antoja ridículo. Estoy de acuerdo en que los blogs deben de autorregularse, y aunque no lo parezca lo hacen, siguiendo unas normas que se dicta cada uno atendiendo a las buenas maneras, que precisamente se ajustan a los usos sociales establecidos, por lo que intentar reglamentar la forma en la que se publican contenidos desde una instancia superior no lo considero como lo más idóneo. Sin ir muy lejos, un ejemplo de la regulación que llevan a cabo los bloguers la puedo aportar yo mismo, cuando hace un tiempo exponía algunos problemas surgidos dentro de mi blog respecto a algunos comentarios que me había obligado a retirar.

Por otro lado, algo que considero capital en este debate, es el hecho de que no podemos obviar que la autoridad en Internet, y fuera de ella, no es un valor que cada uno se otorga así mismo, sino que dan los demás. Es decir, la autoridad la dan los lectores y seguidores de cada sitio web, así como la consideración de si un sitio web puede ser confiable o no. Por ejemplo, tratar de asignar el mismo valor informativo al blog de Enrique Dans (O el de José Luis Orihuela) que al mío (El Documentalista Enredado), por poner un ejemplo, es una desfachatez puesto que las escalas de autoridad dentro y fuera de la red son simplemente ridículas.

Otro ejemplo de Web 2.0 que otorga cierto margen a la autorregulación es la propia Wikipedia. Esta enciclopedia colaborativa dispone de sus propios mecanismos para evitar su sabotaje y moderación, a través de la figura de los famosos bibliotecarios que, como no podría ser de otra manera, tampoco pueden escapar de la polémica ante la ejecución de criterios distintos a la hora de aprobar, editar o restringir contenidos o simplemente reciben críticas ante la falta de ellos. Sin embargo, tampoco es de recibo atacar la Web 2.0 considerando que se trata de una dictadura de los idiotas o que Google nos vuelve estúpidos, en mi opinión son planteamientos que tratan de censurar un movimiento que no puede detenerse.

Por todo ello, considero que el vandalismo y las malas maneras dentro de la web deben mejorarse, sí, pero a través de la educación y la enseñanza del buen uso de las herramientas disponibles en Internet y sus infinitas posibilidades. La Educación 2.0 trataría precisamente de alfabetizar digitalmente, enseñando a aquellos que no pueden acceder a la Web por los recursos de sus familias, pero también enseñando educación dentro de Internet, qué es lo que se puede hacer y qué no, pero a través de la formación jamás de la censura.

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Ego de bloguer, «touché»

Ego de Bloguer

La teoría de la pirámide de Maslow formula una jerarquía de las necesidades humanas y defiende que, conforme se satisfacen las necesidades básicas, los seres humanos desarrollamos necesidades y deseos más elevados. De este modo, tras la satisfacción de las necesidades fisiológicas, de salud y seguridad; las personas necesitarían cubrir otras como las necesidades de pertenencia, de estima y reputación y, finalmente, de autorrealización. Por lo tanto, la vanidad o el ego estarían relacionados con los tres últimos niveles. Y para más inri, no habría sólo una vanidad de ostentación hacia los demás, sino que también habría una vanidad de ostentación hacia uno mismo.

En el artículo, La gestión de la vanidad de Albert Ribas publicado en la Revista If -Una revista que todo documentalista debería conocer-, se lanzan consideraciones muy interesantes respecto a la vanidad y la búsqueda del reconocimiento hacia los demás dentro del mundo de la comunicación y de la cultura. De este modo, su autor considera que hay poca disposición a reconocer (pagar) las ideas de los demás, y en cambio se puede estar dispuesto a pagar para alcanzar el reconocimiento (la difusión) de las propias ideas. Para ello, el autor pone los ejemplos de las descargas a través del P2P, donde los usuarios consideran que el producto tiene un valor residual, o el de la autoedición de los libros, donde los usuarios pagan por ver el producto en circulación.

Esto me retrotrae a la eterna discusión del reconocimiento de los bloguers más influyentes (Los conocidos como A-List) junto al hecho de que muchos estamos condenados a pertenecer a la Larga Cola del tráfico que estos generan. Por cierto, una de las iniciativas más divertidas respecto a este hecho es la edición de camisetas con la leyenda «Yo no leo a» en la que los bloguers tratan de demostrar que es posible vivir sin leer a los más influyentes.

Sin embargo, dentro de la blogosfera, sin alzar en exceso la voz, existen personas que tratan de devolver el golpe mordaz a los blogs y tratar de bajarles del pedestal en el que aparentar estar, no se me confunda, ofreciendo un pequeño baño de humildad. Uno de los ejemplos más populares de la blogosfera lo constituyó el blog Borjamari, actualmente y desgraciadamente inactivo, que llegó a ser un blog temido y, al mismo tiempo, seguido por los lectores y editores de los weblogs ante la esperanza y/o temor de aparecer reseñados en él. Su popularidad alcanzó su cénit cuando el propio diario El País consiguió entrevistar a su autor que, en el anonimato y tras distintos rumores sobre su identidad, lanzó la frase: «Los ‘blogs’ son uno de los ecosistemas con menos sentido del humor del planeta». Puede ser.

No, no creo que los ojos de Borjamari llegasen a posarse jamás sobre este sitio web, no querría aburrir a su audiencia, aunque sí lo hicieron otros que tratan seguir el mismo patrón que podrían considerarse herederos. Me refiero a El Critica Blogs. Y es que publicar en Internet nos sitúa siempre en el disparadero como muy pronto aprendemos. A veces somos crucificados sin saber exactamente qué hemos hecho para merecer aquello, mientras que otras somos felicitados sin saber muy bien a qué se deben los honores.

En este nuestro caso, según su autor, esta bitácora no entra ni por los ojos ni por los oídos y eso que anduvimos cavilando cómo denominar nuestro blog para que fuese lo más representativo posible de nuestra actividad y nuestro sino. En fin, que somos carne de cañón para no ser leídos, ni siquiera invitamos a ello, de lo cual no sabemos si sentirnos orgullosos por ser un ser un blog serio y ordenado fruto de una hormiguita documental. En fin, la culpa la tiene Maslow, me temo.

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El Microblogging: Blogging rápido, sencillo y realizas networking

MicrobloggingA pesar de la existencia de servicios perfectamente diferenciados para la gestión de blogs que se enmarcan dentro del término microblogging, no debemos llevarnos a engaño, puesto que esta actividad tiene su nacimiento en los propios blogs y se trata ni más ni menos de una evolución de los mismos. De hecho, antes del nacimiento de los lugares para el filtrado social de las noticias tipo Menéame, las bitácoras eran un lugar desde donde se realizaba la promoción de textos fundamentalmente enlazándolas, dando una pequeña descripción de la misma, redirigiendo su tráfico hacia ellas y aportando la posibilidad de comentarlas – Los blogs cuyos contenidos tenían estas características eran los denominados Vía Blogs-. Sin embargo, aunque los Vía Blogs han dejado de tener sentido dentro del marco actual con la presencia de servicios de promoción social de noticias, los blogs más tradicionales desarrollaron un pequeño apartado denominado blogs asides o miniblogs (que también llegamos a utilizar aquí) que se trataba de una sección independiente de un blog donde se trataba de forma breve o muy breve, en ocasiones simplemente un enlace, algunas noticias que le hubiesen llamado la atención al bloguer.

En la Wikipedia, se define la actividad conocida como Microblogging o Nanoblogging de la siguiente forma:

Es un servicio que permite a sus usuarios enviar mensajes de sólo texto, con una longitud máxima de 140 caracteres, vía SMS, mensajería instantánea, sitios web de o aplicaciones ad hoc. Estas actualizaciones se muestran en la página de perfil del usuario, y son también enviadas de forma inmediata a otros usuarios que han elegido la opción de recibirlas. El usuario origen puede restringir el envío de estos mensajes sólo a miembros de su círculo de amigos, o permitir su acceso a todos los usuarios, que es la opción por defecto.

Aunque lo cierto es que existen definiciones que pueden extender la longitud de los mensajes hasta los 200 carácteres, el servicio más popular, Twitter, sólo ofrece un espacio por post de 140 carácteres. El lanzamiento de Twitter por parte de Biz Stone y Evan Williams (Este último curiosamente co-fundador de Blogger una de las plataformas que fueron fundamentales para la popularización de los blogs) supuso el desgajamiento de la idea del microblogging como una parte del blog, aunque potenció otras posibilidades que hasta ese momento no se habían alcanzado dentro de los weblogs: La conversación asíncrona y el establecimiento de redes sociales. Fundamentalmente, la idea de Twitter es relatar lo que se está haciendo de una forma pública y dentro de una longitud muy determinada. La definición Lo que se está haciendo es bastante amplia ya que pasa desde leer un libro, hasta irse al cine o estar trabajando. Obviamente, se pueden establecer microconversaciones entre los seguidores de una cuenta determinada tejiendo una verdadera red social agregándose seguidores o amigos.

La popularidad de esta actividad es tal que la propia Auttomattic, empresa que soporta WordPress, lanzó su propia plantilla para fomentar el nanoblogging a través de este sistema de gestión de contenidos de nombre Prologue y sus posibilidades se amplían cada día. De este modo, los medios de comunicación disponen de su propio espacio en Twitter, El País, mientras que las bibliotecas también se han lanzado a experimentar con este formato. Por otro lado, es curioso que lentamente, el microblogging sea un espacio desde donde se den a conocer noticias que hasta ese momento se realizaban a través de los blogs. Es el caso del descubrimiento por parte de un microbloguer del sitio en pruebas de Movistar para el lanzamiento en exclusiva del iPhone, hecho que corrió como la pólvora hasta llegar a los medios de comunicación. Nos encontramos, por tanto, ante una herramienta muy interesante y con amplias posibiliades de seguir evolucionando en un futuro que no debemos desdeñar a pesar de su sobrio diseño.

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El permalink (enlace permanente), modo de empleo

EnlacesEl permalink (enlace permanente) es uno de los elementos de los blogs, junto al título, que deben de ser extremadamente cuidados a la hora de posicionar nuestra bitácora en los buscadores de Internet. Para aquellos que lo desconozcáis, un permalink es la dirección única de cada página, post o texto de un sitio web, también conocido como URL (Uniform Resource Locator) o dirección web. Por ejemplo, en el texto precedente a éste, La infoxicación desde un punto de vista filosófico, su permalink o URL correspondería a «https://www.documentalistaenredado.net/704/la-infoxicacion-desde-un-punto-de-vista-filosofico/«, y que, una vez publicado, nunca debería ser modificado, aunque obviamente puede hacerse.

Dejadme recordaros que, en un texto anterior, ya os indicábamos que para posicionarnos debíamos humanizar los permalinks, es decir, hacerlos reconocibles y recordables para un ser humano, además de un buscador ya que utilizaría esas mismas palabras para situar nuestras páginas más arriba en sus resultados al devolver páginas relevantes.

Los sistemas de gestión de los blogs permiten la modificación de las direcciones de nuestros post a nuestro gusto – Esta es la página de ayuda para configurar los permalinks en WordPress -. Por ejemplo, en este blog, utilizamos la ID (Número de registro del texto dentro de la base de datos del CMS del blog) junto con el título del post para generar nuestros permalinks. Pero, desde luego, las combinaciones pueden ser muchas y podemos añadir tantos elementos como deseemos. Por ejemplo, muchos blogs prefieren la utilización del formato FECHA-TÍTULO para la generación de sus permalinks, aunque hay otros que simplemente utilizan el TÍTULO. Por supuesto que, a lo largo del tiempo, puede suceder que el bloguer utilice dos títulos iguales para textos distintos, lo que no es tan descabellado, pero, en el caso de WordPress, el sistema dispone de mecanismos para que los permalinks de los posts no se repitan, añadiendo un número cardinal al final de título.

Sobra señalar que no existe un criterio único a la hora de configurar los permalinks, pero mi recomendación es que mantengáis la ID del post, ya que si un lector introduce la dirección del post de forma completamente manual, por ejemplo un lector de un texto impreso, y se equivoca, el sistema lo redireccionará hacia la ID única del texto. De este modo, siempre que haya introducido la ID correctamente, obtendrá el texto que desea consultar a pesar de que el resto de la dirección sea errónea. Esto también nos es útil si deseamos cambiar la estructura del permalink en un futuro, por ejemplo de la configuración de inicial http://comunidad20.sedic.es/?p=161 a la http://comunidad20.sedic.es/161/año/mes/dia/titulo, ya que la ID se mantendría inalterada y el sistema siempre redireccionaría hacia la ID en caso que un internauta nos visitase a través de un enlace de un sitio web.

Todo lo anteriormente expuesto nos conduce al término «Findability (Encontrabilidad)» aplicable dentro de la Web tanto a los buscadores como a las personas, así como mantener cierta coherencia dentro de la estructura de nuestro sitio web. Finalmente, permitidme recoger algunos consejos a la hora de construir los permalinks de vuestras páginas web que serían los siguientes:

  1. Haced las URLs limpias.
  2. Haced las URLs simples.
  3. Haced las URLs legibles tanto para los humanos como para las máquinas.
  4. Usar una URL por página. Es decir, evitar duplicados tipo «sitioweb.com/post» y «www.sitioweb.com/post», para esto habría que configurar el servidor para que dé una u otra dirección, pero nunca las dos porque se producen duplicados de contenido y esto está penalizado por los buscadores.
  5. No se deben utilizar carácteres especiales, el guión (-) es lo ideal.
  6. Usad las barras (/) para directorios reales o categorías, no para los títulos. Por ejemplo, «http://www.elpais.com/articulo/economia/ocupados/sufre/sobrecarga/trabajo/elpepueco/20080707elpepueco_9/Tes» no sería lo más convenitente.
  7. Mejora las URLs con números, pero que no dependan de ellos completamente.
  8. Evita indicar la fecha, ya que no es la información más importante.
  9. No cambies las URLs una vez definidas.
  10. Si cambias las URLs, redirecciónalas utilizando un «301 trasladado permanentemente».
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¿Quién puede controlar la blogosfera?

La BlogosferaParece ser que las últimas semanas están resultando un tanto movidas en todo lo relacionado con la Blogosfera. Si, por un lado, un bloguer español está siendo juzgado por actuar como un medio de comunicación, sin serlo puesto que actúa a modo individual, mientras que el hecho punible, según el denunciante, es haber recogido un hecho noticioso, mientras que el bloguer ofrecía la posibilidad de corregir y ampliar la información al demandante, sin que ésta haya sido tomada en consideración; la Unión Europea lanza una propuesta para tratar de establecer cierto orden dentro del caos imperante dentro de la Blogosfera, queriendo establecer una regulación para los blogs.

Mientras tanto, al otro lado del charco, descubrimos con cierta estupefacción que una extraña asocación, Media Bloggers Association, se reúne con Associated Press (AP) para tratar el derecho de cita de los blogs hacia sus informaciones, puesto que AP quería cobrar a los blogs que utilizasen sus contenidos. Si nos detenemos un momento para reflexionar, parece que, de repente, todo lo referente a la Blogosfera parece haberse vuelto loca.

En su historia, han sido diverso los intentos de normalizar la Blogosfera para tratar de alejarla de la imagen de totum revolutum que la caracteriza. En un primer momento, fueron los propios bloguers los que trataron de obtener un ISSN (International Standard Serial Number / Número Internacional Normalizado de Publicaciones Seriadas), que se asigna a las revistas, sin éxito en España. Sin embargo, algunos blogs latinoamericanos sí que disponen de él y no se trata, en ningún caso, de un movimiento aislado en la comunidad hispanohablante. Como reacción a la negativa de los responsables españoles del registro del ISSN, los bloguers se dispusieron a crear su propio número identificativo único y universal para cada blog, el denominado IBSN (Internet Blog Serial Number), una iniciativa que tuvo cierto éxito en su momento, pero que actualmente es cada vez menos popular.

En otro orden de cosas, en un intento de formalizar las relaciones dentro de los blogs, dos pesos pesados de la Web 2.0, Tim O’Reilly (Acuñador del término Web 2.0) y Jimmy Wales (Cabeza visible de la Wikipedia), se lanzaron a establecer un código de conducta de la blogosfera que fue, sencillamente, criticado por la mayoría de bloguers, sino ignorado. Ya que, al fin y al cabo, cada blog establece los límites en su conducta, es decir, hay que primar la libertad de expresión y de opinión de cada cual.

El hecho de que la Unión Europea establezca la necesidad de regulación en la blogosfera dentro de un texto con título Informe sobre la concentración y el pluralismo de los medios de comunicación en la Unión Europea, debería ser contemplado más como un paso más dentro de la madurez de los blogs y del periodismo ciudadano como fuentes válidas de información más que como un ataque directo a la libertad de expresión. Obviamente, hay que tener presente que los weblogs no son medios de comunicación, pero las redes de blogs comerciales están alcanzando unas audiencias que superan o igualan a muchos medios de comunicación de importancia regional. Además, los propios medios de comunicación tratan de adaptarse al ritmo y establecer puentes con la blogosfera, incluyendo la posibilidad de contratar bloguers, pero obviamente lo que trata de establecer la Comisión Europea es la marca que separa un blog comercial de lo que no lo es. Algo terriblemente complicado y que será estudiado, debatido, analizado, rechazado, diseccionado y criticado, pero, desde mi punto de vista y aunque no comparto la posición del organismo europeo, un avance para que a la Blogosfera se la tenga muy presente en ámbitos políticos. Como dije antes, un paso muy interesante en su madurez.

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El blog y su discontinuidad

A aquellos que hemos estudiado la lengua inglesa, los profesores nos suelen advertir de la existencia de determinadas palabras que pueden ser consideradas false friends (falsos amigos) o cognates (cognados) y son términos que por escribirse de la misma forma (o parecida) en español son confundidas, pero que en realidad en inglés significan otra cosa, y que nos pueden llevar a disgusto cuando realizamos un examen.

To discontinue es una de ellas y últimamente me la encuentro sobre todo cuando los blogs hacen referencia a servicios o programas que las empresas desarrolladoras abandonan. Según la Real Academia de la Lengua Española, discontinuo significa “interrumpido, intermitente o no continuo”, dejando la puerta abierta al restablecimiento de aquello que ha perdido su continuidad. Sin embargo, To discontinue significa "Interrumpir o suspender" de forma literal lo que no priva a los bloguers a trasladar el término a sus textos sin tener en cuenta el cognado.

Así, por ejemplo, una persona que haya leído las últimas noticias sobre Microsoft le habrá parecido que últimamente se encuentra en un estado completamente discontinuo, ya que además de abandonar su servicio de digitalización y consulta de libros, Live Search Books, también interrumpe el servicio de distribución de música digital, MSN Music, dejando a más de uno con cara de pardillo porque las canciones que compró a Redmond, tienen fecha de caducidad.

Hecha esta aclaración, anunciaros que los blogs también disponen de períodos de discontinuidad, en ocasiones por la propia incomparecencia de sus autores o simplemente por la dejadez de los alojamientos donde se hallan. Qué decir cuando un bloguer trata de publicar un texto intentando acceder a su bitácora pero ésta se encuentra caída aumentando su frustración. Dependiendo del hosting, esto puede ser usual o muy extraño, pero a todos se nos pasa por la cabeza la desazón sobre cuál habrá sido la suerte de la bitácora o, peor y posible, de la empresa que lo aloja (Que de todo hay).

En la mayoría de las ocasiones, no se suele pasar a mayores y el servicio se reestablece tras unas horas, sin embargo no hay mayor frustración para un bloguer que un post interruptus, cuando lo tienes todo listo para publicar pero por una razón u otra, no puedes hacerlo o pierdes todo tu texto. En nuestro caso, a veces, aunque cada vez menos, nuestro blog ha llegado a estar inaccesible durante horas, o incluso durante fines de semana completos, lo cual nos molesta soberanamente puesto que pagamos por que se nos ofrezca un servicio, aunque las comodidades sean muchas y las incomodidades discontinuas.

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Cuando perdemos un suscriptor

Seamos sinceros, lo primero que hace un bloguer cuando enciende su ordenador y abre su navegador es consultar sus estadísticas para empezar el día. Ummm. De acuerdo, puede que me equivoque, puede que lo primero sea mirar el correo, pero entonces estoy seguro que el ego lo deja en un segundo lugar. Sin embargo, las estadísticas de accesos son, en ocasiones, un tanto injustas en cuanto a los seguidores que un sitio web pueda llegar a tener. De hecho, los blogs, que tienen configurados los feeds de una forma correcta (según nuestro punto de vista), disponen de una masa latente de fieles lectores que no caen de forma accidental dentro del saco de resultados que ofrece Google, sino que decidieron en su momento seguir las evoluciones de un sitio y, tal vez, leerlo de vez en cuando.

Feedburner, a la espera de que el futuro lo alcance, nos permite seguir el comportamiento de nuestros lectores y conocer qué textos son los más sugerentes en cada momento. También podemos averiguar cuántos lectores disponemos en cada momento y, al mismo tiempo, cuántos hemos dejado de tener mediante un histórico. En ocasiones, se producen caídas bruscas del número de lectores de feeds y, claro, no podemos achacarlo a las penalizaciones de Google, por lo que encogiéndonos de hombros debemos aceptar la realidad de que hemos dejado de ser interesantes (Esto si es que la caída no se debe a que uno de los agregadores de feeds se encuentra en mantenimiento o inaccesible o ha dejado de mostrar el número de suscriptores durante unas horas). De vez en cuando, Feedburner también hace limpieza ante cifras de acumulados un poco abultados y después de esto te encuentras con que “donde dije digo, dije Diego” y no tienes a tantas personas siguiéndote, sino un número inferior, por lo que una vez más sufres una punzada en el ego al descubrir que en realidad no interesas a mucha gente.

Pero, al fin y al cabo, los bailes de suscriptores son sólo números. Un servicio agregador mediante web informa a Feedburner que dispone de tantos lectores apuntado a nuestro feed y debemos creérnoslo. Sin embargo, al disponer de la opción de la suscripción por correo electrónico, sentimos que los lectores se nos hacen un poco más cercanos, como si un suscriptor por email fuese una persona decidida que nos ofrece una oportunidad cuando publicamos contenidos y no debemos defraudarle.

La pregunta es si lo hacemos. Como das la opción de darte de alta, también debes ofrecerla para darse de baja. Y el hecho es que las bajas se producen con cierta frecuencia. Cuando descubres que un suscriptor por correo se desinscribe piensas que le has fallado a alguien, que realmente lo que escribes, lo que publicas no tiene mayor relevancia para esa persona y huye de la infoxicación como de la peste. Así que andas preguntándote qué es lo que hiciste mal para que esa persona, que te había ofrecido su voto de confianza, se marche para no volver más.

Puede ser que el suscriptor por correo haya, simplemente, descubierto el maravilloso mundo de los feeds y que se dé de baja para no recibir información redundante. Sinceramente puede que esto sea lo mejor que puedas llegar pensar. Pero también puede ser que simplemente ya no esté interesado en los vaivenes normales que sufre un blog, que tu evolución personal e inquietudes ya no le atraigan lo más mínimo, que tu prosa caiga en la reiteración más absoluta o que simplemente le aburras.

Cuando los lectores se marchan, ¿deberíamos volver sobre nuestros pasos? ¿Deberíamos ser los de antes, aunque ya no lo seamos? En definitiva, a final de cuentas, ¿escribimos para nosotros o para vosotros?

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