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Etiqueta: Bibliotecas

La Biblioteca Imposible

Uno de mis trabajos consiste simplemente en navegar por la Red a ver con qué me sorprenden. En general, podría considerarse un trabajo un tanto tedioso, que no diré que no lo es, por la mayoría de las personas, pero de vez en cuando encuentro algunos tesoros que me gusta compartir, en general en forma de correo.

El que os dejo hoy es algo muy curioso y al que os invito a que perdáis un rato con él. Se trata de una exposición artística denominada La Biblioteca Imposible que se pudo ver en Art Futura en Barcelona durante octubre de 2001. También disponemos de una versión online para comprobar cuál hubiese sido el resultado si hubiésemos estado allí.

Su autora, María Laura Piaggio, define esta obra en su página web:

Esta instalación es mi exploración del territorio poético del espacio. Cada libro explora un posible repertorio de imágenes e interacciones entre un texto «virtual» y una estructura física que actúa como interfase y espacio de proyección.

Desarrollé mi exploración en dos niveles:

  1. La «materialización» de libros imposibles (estructuras digitales) sobre la estructura física de un libro. Un objeto-fetiche: un libro en blanco deviene interfaz.
  2. El resultado plástico originado en el «desfasaje» entre una materialidad (papel/libro), sobre el que la tipografía ya no está adherida, sino sólo proyectada.

Un resultado en el que interviene también el movimiento de las páginas y la sucesión de las proyecciones provocadas por la acción del usuario, las transparencias del material y las sombras.

Para mí, el resultado es impresionante, además de bastante curioso.

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Sobre la desaparición de la biblioteca de Alejandría

[…] Un ejemplo es la biblioteca de Alejandría. Fundada alrededor del año 300 a.C., se convirtió, bajo el gobierno de los primeros ptolemaicos de Egipto, en un imperecedero símbolo de cultura y sabiduría antes de desaparecer en la arena y el mar menos de 1.000 años después. “Era la biblioteca por antonomasia” afirma Roger Bagnall, historiador de la Universidad de Columbia en Nueva York. “Ha influido a cualquiera que se haya planteado construir una biblioteca». Nadie, se queja Bagnall, sabe cuáles eran sus dimensiones o qué contenía en realidad.

La desaparición de la biblioteca también está rodeada de mitos. Una leyenda cuenta que los libros ardieron cuando César conquistó Alejandría en el año 47 a.C., pero la biblioteca seguía en pie en el siglo IV, según informes históricos. Bagnall cree que el abandono fue lo que mató a la biblioteca. “Los libros se pudren», incluso los papiros libres de ácidos, y señala que no existen datos de ninguna inversión para mantener la biblioteca después de los primeros ptolemaicos.

Para cuando las bandas cristianas saquearon la biblioteca a finales del siglo, por tratarse de una institución pagana, probablemente quedara poco que destruir. “La residencia palaciega ya estaba bastante ruinosa por aquel entonces. Nada de lo que había sobrevivido a la putrefacción superó aquello” afirma Magnall. Más tarde, en el año 642, los árabes trasladaron la capital de Egipto a la región de El Cairo, y Alejandría se sumió en la oscuridad. […]

Extraído de: OVERBYE, Dennis. Nueva Orleáns trae a la memoria la Atlántida. En: Diario El País, selección de textos de ‘The New York Times’. Jueves, 15 de septiembre de 2005. Págs 1 y 4, Madrid

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«Asesinos de Libros» de A. Pérez-Reverte

Ver matar a un hombre, escucharlos gritos de una mujer violada o ver cómo arde una biblioteca son tres experiencias dudosamente recomendables. De todas ellas ostento el dudoso honor de haber sido testigo. Mencionadas aquí, en frío, tan bárbaras actividades parecen propias, en exclusiva de escenarios brutales y distantes. Ya saben, tipos barbudos y sanguinarios. Y, sin embargo, todas pertenecen a la historia de la Humanidad hasta el punto de que a menudo se dan juntas en el mismo tiempo y lugar, a modo de manifestaciones de un horror idéntico y común: el que late en la condición humana.

Dejaré el tiro de la nuca y las mujeres que gritan para otra ocasión. A fin de cuentas, los libros que arden son síntoma de lo mismo, y arrancan del impulso infame que pinta la angustia indeleble en los ojos de una mujer o siembra los maizales de hombres con la garganta abierta y las manos atadas a la espalda. Todo es el mismo horro. Todo es la misma guerra.

Hace unos meses vi arder una biblioteca. Ardió durante toda una noche y una mañana, con los papeles y libros como pavesas, volando entre las paredes en llamas en todas direcciones, cayendo sobre la ciudad convertidos en cenizas. La ciudad se llama – todavía – Sarajevo.

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Los crímenes de los siete pecados capitales y una biblioteca

Cuando el teniente William Somerset se hastió de permanecer en casa durante una noche de insomnio, decidió abandonarla cogiendo un taxi. En cuanto estuvo a bordo, pausadamente encomió al taxista que se alejase de la ciudad tanto como pudiese. De esta forma, el detective llegó hasta una biblioteca.

Deberíamos perdonarle al director que el lugar más lejano de una ciudad fuese una biblioteca, lo que nos aporta mucha información, puesto que, para qué vivir en un lugar que siempre está lloviendo, del que sus habitantes, asqueados, nunca pronuncian el nombre y se refieren a ella como aquí o maldita ciudad. Sin embargo, como ya se apuntó en La biblioteca en la narrativa y el cine, el papel de la biblioteca en esta película es el del espacio clave de búsqueda de algún dato que ayude a desvelar un misterio o solucionar un problema. El detective estudia en la biblioteca unos libros para comprender el patrón que seguía el asesino de la película Seven. Como curiosidad, que puede considerarse pifia, Somerset llevaba puesta una camisa cuando sube al taxi, mientras que lleva otra distinta cuando llega a la biblioteca, por lo que podemos llegar a la conclusión que se trata de momentos distintos y la biblioteca no está tan lejos de la ciudad.

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Calvin & Hobbes: Las bibliotecas no son para el verano

Razonábamos hace unas semanas porqué las bibliotecas parecían no ser para el verano, al menos en la ciudad de Valencia, a través de una noticia aparecida en un medio de comunicación. Mientras, en su blog Álvaro Cabezas hacía otro tanto, sin embargo la respuesta a esta pregunta lo encontraría en el lugar menos sospechado, ya que Calvin & Hobbes parecían tener buenas razones para que las bibliotecas cerrasen durante el periodo estival. Aunque sabiendo que Calvin no parece tener mucho aprecio por la profesión bibliotecaria, la respuesta no hubiese podido ser otra.

Ver la tira completa.

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Recuperan una grabación de los años 20 de la Escuela de Bibliotecarias de Cataluña

Esta es una curiosa historia que la Televisión de Catalunya (TV3) tuvo a bien a difundir ayer y que puede que en otro momento del año no se hubiese producido. Aunque lo mejor que podéis hacer es visionar el vídeo aunque sea de mala calidad, también podéis leer el texto del reportaje emitido por el espacio Telenoticies llamado Recuperen un vídeo documental dels anys 20 de la històrica Escola de Bibliotecàries. Obviamente está en catalán, pero os lo traduzco puesto a buen seguro lo encontraréis interesante. Perdón por las incorrecciones, claro.

Recuperan un vídeo documental de los años 20 de la histórica Escuela de Bibliotecarias

La Escuela de Bibliotecarias fue fundada el año 1915 por la Mancomunidad de Cataluña y es la segunda de Europa y única que ha tenido continuidad hasta hoy en día. Ahora, su historia está un poco más completa, gracias al hallazgo de una película documental de principios de los años 20. Se trata de un documento de gran valor, ya que, además, está rodado en soporte de nitrato, un material muy sensible y que es raro que haya sobrevivido durante tanto tiempo

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Las bibliotecas no son para el verano

Hoy, los valencianos nos desayunamos con una noticia que cuenta que el Partido Socialista del País Valenciano (PSPV) denuncia que sólo ocho de las veintisiete bibliotecas municipales abren durante el mes de agosto. Podría parecer que esta noticia es, en cierta manera escandalosa, que tan sólo el 30% de las bibliotecas de una ciudad permanezcan abiertas, pero como uno ya va adquiriendo alguna experiencia en el tratamiento informativo en los medios de comunicación, os debo de advertir que se trata solamente de una noticia estacional. Es decir, una de esas noticias que aparecen cada año dentro de un marco temporal.

En el texto de la noticia, tenemos la declaración de Juan Soto concejal del PSPV del Ayuntamiento de Valencia en la que asevera que:

[El ayuntamiento] obvia que los estudiantes necesitan también acudir a las bibliotecas durante el verano para preparar exámenes así como en septiembre, que es cuando comienza el curso, una situación que conculca el derecho de los ciudadanos a recibir la prestación de servicios que pagan con sus impuestos.

Desde luego, que la noticia me retrotrae a otro asunto que ya recogimos aquí sobre cierta crítica que se realizaba a la Biblioteca Pública de Valencia en la que una usuaria acababa realizando cierta reflexión:

Me encuentro con las páginas amarillas buscando una biblioteca que no quede demasiado lejos de mi casa y donde pueda estudiar sin que se me eche.

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