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Etiqueta: Bibliotecarios

¿Thinkepi echa el candado a sus contenidos?

Thinkepi es, junto al blog del Sedic, uno de los think tanks más interesantes de la Biblioteconomía y Documentación española que actualmente se publica en la web de forma abierta y colaborativa. A diferencia del Sedic, cuyo funcionamiento es claramente el de una bitácora, las ideas de Thinkepi se lanzan a la lista de distribución de Iwetel esperando obtener el retorno de profesionales de la información de las distintas áreas que se abordan. Se pretende establecer de esta forma una especie de filtro de ideas donde sólo las mejores aportaciones vía e-mail son recogidas finalmente en el espacio denominado Repositorio dentro de la web del grupo.

Tomàs Baiget presentaba en un correo electrónico a Thinkepi de esta manera:

El Grupo de Análisis sobre Estrategia y Prospectiva de la Información (Thinkepi) es un proyecto creado en mayo de 2005 con el objetivo de contribuir en lo posible a dinamizar la comunidad de Bibliotecarios, Documentalistas y Expertos en Información, en lengua española, así como a intentar que los que trabajamos "añadiendo valor a la información" seamos más visibles ante la sociedad.

Thinkepi está formado por unos 30 profesionales y académicos de la biblioteconomía y la documentación, con experiencia y reconocido prestigio, que con cierta periodicidad publican a través de esta lista de distribución de correo electrónico IweTel, del web Thinkepi y de otros medios de difusión, notas con micro-estados del arte, reflexiones sobre temas profesionales de actualidad, perspectivas ya consolidadas ante nuevos productos, opiniones, observaciones, etc.

La gestión del sitio se encontraba a cargo de Javier Leiva que utilizando su estilo de humor habitual generó una pequeña discusión en Iwetel alrededor de ello por el uso de ciertas frases que se consideraron despectivas e inadecuadas para un lugar de estas características. A pesar de las dificultades, el desarrollo exitoso del think tank propició la edición de un Anuario impreso donde se recogían los distintos textos publicados por parte del grupo permitiendo la mejora de la lectura y difusión de los contenidos. Ésta fue una iniciativa excelente que tuvo una buena acogida dentro de la blogosfera; huelga decir que los contenidos impresos no desaparecieron de la web.

Sin embargo, actualmente, si visitamos el Repositorio descubrimos que los textos publicados de diciembre de 2006 a la actualidad aparecen cercenados, no así los publicados de Mayo de 2006 y posteriores. Esto hace preguntarme si se estará preparando un Anuario 2008 y habrá que pagar por él para leer las valiosas aportaciones de sus autores y poder disfrutarlas, algo que anteriormente se encontraba disponible libremente para cualquiera que quisiera disponer de ellas.

Por supuesto que los responsables del grupo pueden hacer lo que consideren oportuno con sus contenidos, sin embargo no hace falta decir que, como bloguer, considero esto como un retroceso precisamente para lo que se definió entonces como una de sus funciones: Intentar que los que trabajamos "añadiendo valor a la información" seamos más visibles ante la sociedad.

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Los becarios también se cansan de ser precarios

Hace ya tres años que escribimos un texto denunciando la situación de precariedad de los becarios cuando llegaban estas fechas cercanas al final de año. A muchos, se les acaba el contrato y deben de cambiar de puesto y de institución para dejar el paso a otros metidos en un círculo sinfin de beca tras beca. Los problemas de los becarios son muchos, además de la eternización de su estatus, podemos encontrarnos con bajos sueldos, jornadas similares a los que disponen de un contrato, la no cotización a la Seguridad Social, no tener derecho a paro, ni pueden estar trabajando en otro lugar (Entiéndase otra beca o un trabajo con contrato) porque se les solicita la exclusividad y, eso, aunque el sueldo sea de 600 €.

Todos hemos sido becarios o conocemos a alguien que lo es. En ocasiones, no cobran hasta finalización de la beca, en otras renunciar a la beca supone la devolución de lo que se ha entregado al trabajador. Condiciones que, aunque nunca se dan juntas, se convierten en draconianas y sólo constituyen parabienes para la organización ofertante. Los becarios son un pequeño grupúsculo dentro de las organizaciones, no pueden coordinarse y no se atreven a denunciar la situación por si la beca se convierte en un puesto de trabajo. Así que consideran que lo mejor que pueden hacer es aceptar lo que les venga en espera de tiempos mejores.

Sin embargo, la situación puede complicarse cuando te sitúas entorno a los 30 y sigues como becario. Obviamente, la vida comienza a conducirte hacia otros derroteros, tienes que pagar casa y alquiler, dispones de otros gastos y que las instituciones no te hayan abonado lo que te adeudan durante varios meses no es de recibo. Esto es precisamente lo que sucedió la semana pasada en la Biblioteca Valenciana donde varias becarias denunciaron que se les debía 5 meses de beca.

Afortunadamente, parece que el problema ya se encuentra solucionado y se ha asegurado que no volverá a repetirse. Desgraciadamente, el problema existe desde hace demasiado tiempo y desde demasiados frentes.

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La biblioteconomía no consiste tan sólo en conservar

Desde la profesionalización de la figura de bibliotecario, los primeros planes de estudio de España datan de principios de los años noventa del siglo pasado, el colectivo de los profesionales de la información se muestra cada vez más receloso ante los nombramientos de los directores de la Biblioteca Nacional. Un cargo muy visible para la sociedad y, por ello, muy goloso para cualquiera con ciertas aspiraciones. Retrospectivamente, este puesto había sido ocupado tradicionalmente por personas ilustradas e ilustres, a saber, filósofos, pensadores y catedráticos de universidades pero también por escritores; sin embargo, la designación de personas con sólo este bagaje es algo que ya comienza a ser fuertemente cuestionado. De hecho, ante la dimisión de Rosa Regàs, los foros dedicados a la biblioteconomía echaron humo sobre la conveniencia de la designación de una persona con un perfil más técnico, acorde con los años que estamos viviendo.

Es de todos bien sabido que el rol del bibliotecario está evolucionando de una forma decisiva en los últimos tiempos, consciente de que tiene que ir un poco más allá que el simple hecho de adquirir, colocar y servir libros u otros materiales. Por lo que es necesario que el nuevo bibliotecario adopte una actitud proactiva ante la sociedad en la que vive para dotarle de un mayor servicio como un punto de acceso a la cultura y la información.

Andrés Trapiello, del que ya hemos recogido algunos textos que encontramos interesantes en esta web, dedicaba en la revista Magazine del pasado 23 de septiembre en un texto titulado Las tres erres una reflexión sobre todo lo sucedido respecto a la dimisión de la anterior directora de la Biblioteca Nacional, en mi opinión sin mucho atino. La visión de una biblioteca del siglo XIX no puede ser aplicado al XXI.

[…] Da igual quién dirija la Biblioteca Nacional, mujer o varón, de izquierdas o de derechas. Los enemigos del libros son tres erres en todo tiempo, de paz o de guerra, y en todo régimen político: robos, ratones y ruidos. La literatura se hace a menudo con ruido, con robos o plagios, con pequeños o grandes monstruos, incluso con rap, pero los libros sólo pueden conservarse con sosiego y cuidados extremos. Lo más progresista en una biblioteca, en un museo, es ser un gran conservador. Todo lo demás, si alguien es mujer, de izquierdas, o tiene diecisiete nietos, sale sobrando, son ganas de hablar y… hacer visible al político […]

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Monográfico: Bibliotecas y Web Social

La revista El Profesional de la Información dedicó el número de Marzo/Abril de 2007 a la Web 2.0 en un intento de acercar esta nueva concepción de la Red a los bibliotecarios y documentalistas. Cuando este ejemplar fue publicado, las reacciones en la blogosfera no se hicieron esperar y fue definido como flojo. El debate surgido fue apasionante puesto que muchos bloguers consideraron que debieron participar aportando contenidos en vez de verlas pasar desde la barrera.

El primer intento de aproximación puede ser considerado como fallido y, con estos antecedentes, tratar de aproximarse de nuevo a la Web Colaborativa en un mismo año podría considerarse como temerario. Pero no es cierto. José Antonio Merlo decidió coger el toro por los cuernos y proponer un número monográfico de la revista Educación y Biblioteca a la Web 2.0 desde un punto de vista sencillo y accesible.

A falta de tener el ejemplar en nuestras manos, creo que va a conseguirlo, primero por los autores que participan en él (Nótese que yo cierro el número con un texto de lo más modesto) y, segundo, por la temática abordada. Para ir abriendo boca, os adelantamos el índice ya cerrado del número de septiembre/octubre 2007:

  1. Las tecnologías de la participación en las bibliotecasJosé Antonio Merlo Vega
  2. ¿Web social? ¿Web 2.0? ¿Qué es eso?Natalia Arroyo Vázquez
  3. Bibliotecas de nueva generación (Biblioteca 2.0)Nieves González Fernández-Villavicencio
  4. Software social para bibliotecasDídac Margaix
  5. Web social y educaciónCristian Cabezas
  6. Bibliotecas escolares de Galicia: tejiendo redes de colaboración a favor de la educaciónCristina Novoa
  7. Una biblioteca escolar 2.0José Antonio Alonso Martín
  8. La web 2.0 en una biblioteca públicaFernando Juárez Urquijo
  9. Weblogs en bibliotecas ¿y por qué no? La red de blogs de las Bibliotecas Municipales de A CoruñaCatuxa Seoane
  10. La Web 2.0 más productivaMarcos Ros Martín
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La biblioteca 2.0: Los bibliotecarios sin Gutenberg

La Revista Trama & Texturas es una publicación abierta e interactiva, que invita a cualquiera que lo desee y que tenga algo que decir a sumarse a ella; densa y enriquecedora en su lectura, que se apoya sobre profesionales que disponen de su propio espacio de publicación en Internet. Sus editores, José María Barandiarán y Manuel Ortuño, me invitaron hace ya un par de meses a redactar un texto para el número 2 que ya estaban preparando.

El resultado de esta experiencia, que ya relaté, fue el artículo Los bibliotecarios sin Gutenberg en el que trataba de hacer una revisión general de la situación en la que se encuentra el libro ante los retos que la Red le plantea, a la vez que situaba el papel del bibliotecario frente a esas circunstancias que se plasman en lo que se ha denominado Biblioteca 2.0.

El documento completo lo podéis encontrar en el número 2 de Trama & Texturas, sin embargo permitidme que os deje aquí uno de los apartados que más os puede llegar a interesar como profesionales de la información, además de que sirva de debate, si queréis, sobre la Biblioteca 2.0.

Actualización (3/7/2007): Nuestros amigos de la Revista Trama & Texturas hacen referencia a este texto, además de ofrecer el documento completo en PDF.

[…]

Previamente a definir lo que es la biblioteca 2.0, debemos realizar un inciso para explicar lo que es realmente la Web 2.0, puesto que un concepto deriva del otro. La web 2.0 no engloba una nueva tecnología, ni nuevas conexiones a Internet, ni es una Red alternativa; se trata de una nueva forma de interactuar las personas en la Red. La idea original de la web (en este contexto, llamada Web 1.0) consistía en páginas estáticas, escritas en el lenguaje de marcado HTML, que no eran actualizadas frecuentemente. De esta manera, el éxito de las empresas puntocom dependía en gran medida de la generación de sitios web más dinámicos donde los CMS  (Sistemas de gestión de contenidos) servían páginas creadas automáticamente desde una base de datos. Frente a esto, los propulsores de la aproximación a la Web 2.0 creen que el uso de la web se está orientado a la creación e interacción de redes sociales, que pueden servir contenido de forma dinámica creando, o no, webs interactivas y visuales. Es decir, los sitios Web 2.0 actuarían más como puntos de encuentro, o webs dependientes de usuarios, que como webs tradicionales.

De esta nueva consideración de Internet como un lugar donde compartir información y experiencias en tiempo real, nace lo que se ha denominado la Biblioteca 2.0. El primer intento de definición lo realiza Michael Casey en su blog LibraryCrunch en septiembre de 2005, como podemos comprobar, en esta primera aproximación los objetivos no están claramente establecidos y por lo que queda un tanto vacía en su contenido.

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Los bibliotecarios son unos… sepultureros

Como homenaje al Día del Libro del pasado año, extractamos un pasaje de la novela La Sombra del Viento de Carlos Ruiz Zafón en la que se hacía referencia al Cementerio de los Libros Olvidados que era un lugar donde se iban recogiendo libros que se habían perdido o eran perseguidos. Recientemente, en la tira cómica de temática bibliotecaria, Unshelved, se hace referencia a este libro, aunque obviamente poniendo cierto acento irónico convirtiendo a los bibliotecarios justamente en lo que nunca deberían ser: gatekeepers (guardianes) o mucho peor, sepultureros. Eso sí, este cementerio está mucho más vivo de lo que me imaginé al leer el libro.

"The Shadow of The Wind"

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