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Etiqueta: Definición

La «Web 2.0» antes de la «Web 2.0»

El concepto de versiones informáticas se ha establecido dentro del mismo concepto de la Red como sistema de comunicación e información de una forma bastante curiosa. Si uno de los aspectos destacados de la Web 2.0 se fundamenta en la beta continua, es decir, los productos desarrollados dentro de ella nunca están cerrados ni son perfectos y tienen que encontrarse en continuo desarrollo; la Web no debería en ningún momento considerarse como 2.0, sino como Web ß. De hecho, podemos creer que la Web 2.0 es un concepto revolucionario y completamente establecido, que ya está clara su definición, pero su concepción, la aceptada actualmente que publicó Tim O’Reilly el 30 de septiembre de 2005, también tuvo que ser pulida hasta que desbancó a otras que surgieron previamente. Porque definiciones sobre la Web 2.0 hay más que una.

Una de las primeras definiciones de Web 2.0 viene derivada del crash de las empresas tecnológicas, la famosa crisis Puntocom, sucedida durante los años 2000-2002. La crisis financiera se debió a movimientos especulativos sobre nuevos proyectos que no contemplaban, o no deseaban hacerlo, el desarrollo de modelos de negocio viables. El lema en aquel entonces era que el dinero vendrá después, lo importante es ser el primero, pero la carrera hacia adelante tenía las patas cortas. En cuanto los inversores se percataron que las puntocom eran máquinas de tragar dinero en vez de producirlo, consideraron que aquello era insostenible y comenzaron a retirar sus fondos, el telón se levantó y muchas empresas desaparecieron. No así los usuarios de Internet y su audiencia que aumentaron de forma sostenida durante los peores años de la crisis. Era obvio que público existía y así como posibilidades de hacer negocios. Posteriormente, muchas de aquellas ideas fracasadas renacerían de nuevo y tomarían el relevo de las pioneras con mejor fortuna bajo el aura 2.0.

Desgraciadamente, la burbuja especulativa dejó a Internet y los posibles negocios que podían desarrollarse en ella con severas dificultades de finanaciación. Sin embargo, de la crisis se aprendieron muchas lecciones, la primera fue que es posible hacer negocios, Amazon o Yahoo! sobrevivieron; y la segunda es que en un medio tan cambiante lo importante no es ser el primero, sino ser el mejor en lo que haces, véase Google.

Algunos expertos eran plenamente conscientes de esto y, en junio de 2002, Dermot A. McCormack, un especialista en el desarrollo de proyectos de Internet, veía publicado su libro Web 2.0: The Future of the Internet and Technology Economy and How Entrepreneurs, Investors, Executives & Consumers Can Take Ad (Execenablers). En él, McCormack  introducía el concepto Web 2.0 que se definía como el resurgimiento del comercio electrónico tras el crash y cómo los emprendedores, inversores, ejecutivos y consumidores podían aprovechar las oportunidades que presentaba. Es decir, McCormack consideraba que la primera fase de la economía en la red , Web 1.0, había finalizado con la crisis bursátil y económica pero que ésta no iba a acabar con el comercio en la Red y que una segunda fase, Web 2.0, estaba a punto de comenzar con mucha más prudencia, pero con los pasos más firmes.

Sin embargo, el miedo sigue estando presente. Durante el máximo apogeo del desarrollo de la Web 2.0 donde, por ejemplo, no se veía un modelo de negocio viable en sitios como YouTube hasta que fue adquirida por Google; se comenzó a especular con la posible aparición de una nueva burbuja, con el término apropiado de Burbuja 2.0, donde de nuevo los inversores verían cómo el dinero comenzaría a desaparecer rápidamente. Es obvio que, de momento, esto todavía no ha sucedido. ¿Habremos aprendido la lección?

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Weblog, blog, bitácora y otros usos del montón

Parece confirmarse que una presencia más frecuente de la forma weblog respecto de las otras denominaciones indica el tenor altamente especializado de los textos seleccionados relativos al ámbito de las ciencias de la información. En los textos de un grado bajo de especialidad, sin embargo, la distribución entre las diferentes variantes es más equitativa y, a diferencia de la situación que acabamos de describir, en esta ocasión parece que la balanza se decanta hacia la forma abreviada blog. En relación al resto de denominaciones, las frecuencias de uso de las diferentes variantes deberían ser un buen indicador para clasificar como altamente especializado aquel texto en el que predomina la forma weblog, del mismo modo que una presencia más equilibrada estadísticamente de weblog y blog –e incluso el predominio de esta segunda forma– debería indicar un grado de especialización más bajo del discurso que se analiza.

MORALES ROMERO, Albert. Estudio sobre la variación weblog, blog y bitácora en discursos de diferente grado de especialidad. En: RITerm- Debate Terminológico, n.3, enero 2007

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Diccionario de las ideas recibidas

Cuando Flaubert murió en 1880, dejó inacabada Bouvard et Pécuchet; obra considerada por él mismo como su testamento y que refleja desde un punto de vista cómico y trágico al mismo tiempo la estupidez humana.

Los dos protagonistas, Bouvard y Pécuchet, llevados por su ingenuidad y su fe en las teorías que encierran los libros, deciden dedicar su vida a llevarlas a la práctica y, gracias a su nutrida y creciente biblioteca, estudian los diferentes temas que a lo largo de los años despiertan su interés: la agricultura, la química, la arqueología, la literatura, la religión, la educación…; pero acaban perdiéndose en el sin fin de contradicciones que reflejan estos libros y terminan cada experimento en el más rotundo fracaso.

Al igual que El Documentalista Enredado ha ido seleccionando algunas definiciones oficiales de la terminología específica de la profesión, la documentación, la biblioteconomía y la archivística; Bouvard y Pécuchet, ya desengañados de todo, también hicieron acopio de todos los conocimientos que habían asimilado en su “Diccionario de ideas recibidas” (doc. en PDF). De estos términos, transcribimos aquí sólo los más “bibliodocumentales” o relacionadas con la lectura y la escritura; para que sus axiomas nos ofrezcan una perspectiva distinta y, desde luego, mucho menos ortodoxa que la oficial.

Autor. Hay que “conocer autores”, pero no hace falta saber sus nombres.
Biblia. El libro más antiguo del mundo.
Biblioteca. Siempre hay que tener una en casa, sobre todo si se vive en el campo.
Clásicos (los). Se supone que hay que conocerlos.

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Definiciones relativas a la «Información»

información.
(Del lat. informatĭo, -ōnis).
1. f. Acción y efecto de informar.
2. f. Oficina donde se informa sobre algo.
3. f. Averiguación jurídica y legal de un hecho o delito.
4. f. Pruebas que se hacen de la calidad y circunstancias necesarias en una persona para un empleo u honor. U. m. en pl.
5. f. Comunicación o adquisición de conocimientos que permiten ampliar o precisar los que se poseen sobre una materia determinada.
6. f. Conocimientos así comunicados o adquiridos.
7. f. Biol. Propiedad intrínseca de ciertos biopolímeros, como los ácidos nucleicos, originada por la secuencia de las unidades componentes.
8. f. ant. Educación, instrucción.

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Definiciones relativas al «Libro»

libro.
(Del lat. liber, libri).
1. m. Conjunto de muchas hojas de papel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un volumen.
2. m. Obra científica, literaria o de cualquier otra índole con extensión suficiente para formar volumen, que puede aparecer impresa o en otro soporte. Voy a escribir un libro. La editorial presentará el atlas en forma de libro electrónico.
3. m. Cada una de ciertas partes principales en que suelen dividirse las obras científicas o literarias, y los códigos y leyes de gran extensión.
4. m. libreto (? obra dramática).
5. m. Contribución o impuesto. No he pagado los libros. Andan cobrando los libros.
6. m. Der. Para los efectos legales, en España, todo impreso no periódico que contiene 49 páginas o más, excluidas las cubiertas.
7. m. Zool. Tercera de las cuatro cavidades en que se divide el estómago de los rumiantes.

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Definiciones relativas al «Documento»

documento.
(Del lat. documentum).
1. m. Diploma, carta, relación u otro escrito que ilustra acerca de algún hecho, principalmente de los históricos.
2. m. Escrito en que constan datos fidedignos o susceptibles de ser empleados como tales para probar algo.
3. m. desus. Instrucción que se da a alguien en cualquier materia, y particularmente aviso y consejo para apartarle de obrar mal.

~ auténtico.
1. m. Der. El que está autorizado o legalizado.

~ privado.
1. m. Der. El que, autorizado por las partes interesadas, pero no por funcionario competente, prueba contra quien lo escribe o sus herederos.

~ público.
1. m. Der. El que, autorizado por funcionario para ello competente, acredita los hechos que refiere y su fecha.

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Definiciones relativas a la «Biblioteca»

biblioteca.
(Del lat. bibliothēca, y este del gr. βιβλιοθήκη).
1. f. Institución cuya finalidad consiste en la adquisición, conservación, estudio y exposición de libros y documentos.
2. f. Local donde se tiene considerable número de libros ordenados para la lectura.
3. f. Mueble, estantería, etc., donde se colocan libros.
4. f. Conjunto de estos libros.
5. f. Obra en que se da cuenta de los escritores de una nación o de un ramo del saber y de las obras que han escrito. La biblioteca de don Nicolás Antonio.
6. f. Colección de libros o tratados análogos o semejantes entre sí, ya por las materias de que tratan, ya por la época y nación o autores a que pertenecen. Biblioteca de Jurisprudencia y Legislación. Biblioteca de Escritores Clásicos Españoles.

~ circulante.
1. f. Aquella cuyos libros pueden prestarse a los lectores bajo determinadas condiciones.
? V.

Ratón de biblioteca.
1. m. Erudito que con asiduidad escudriña muchos libros. U. m. en sent. peyor.

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