El completo desarrollo de la informática en las organizaciones y el comienzo de la instalación de la telemática en España, que se produce en los centros de información a lo largo de la década de los años 90, coincide con la implantación de las carreras universitarias en España. Las nuevas tecnologías comienzan a generalizarse en todas las facultades ya se trate de facultades dedicadas a la investigación tecnológica como a las denominadas genéricamente de Humanidades. A mediados de la década de los 90, tímidamente, se comienzan a impartir en las carreras universitarias Nuevas Tecnologías aplicadas a la Documentación que exceden el cómo realizar una buena ecuación de búsqueda sobre una base de datos.
En un breve lapso de tiempo, la informática comienza a tomar posiciones en la toma de decisiones dentro de los centros de información. Sin embargo, son muy pocos los documentalistas y los bibliotecarios que están capacitados para realizar consejos sobre la implementación de las nuevas tecnologías en sus propios centros puesto que desconocen la disciplina Informática y sus fundamentos.
Esta situación de indefensión del profesional de la información no provoca un vuelco en las universidades sobre los contenidos a impartir y se prosigue aportando una educación más humanista que tecnológica. Este factor también tiene un impacto importante sobre el hecho de que la mayoría de los estudiantes que acceden a las carreras de Documentación provienen de opciones de bachillerato de letras o se trata de titulados carreras universitarias de Humanidades y se muestran inseguros y, en ocasiones, incapaces sobre asignaturas de corte más técnico.
Mientras tanto, Internet y sus protocolos se adueñan de la información apoderándose al mismo tiempo de los procesos productivos de la sociedad, reconvirtiéndola en la denominada Sociedad de la Información. Este hecho provoca un giro dentro de la disciplina de Documentación, se comienza a teorizar lentamente sobre el surgimiento de las nuevas organizaciones basadas en estructuras matriciales, sobre las necesidades informativas de estas nuevas organizaciones, sobre la gestión de los recursos de información de éstas, además de los nuevos contenidos de la web y su estructuración, la usabilidad de las páginas que la constituyen, etc.
Y, sin embargo, en algunos casos estas nuevas vías abiertas no se exportan de forma significativa hacia los planes de estudio que se mantienen de forma similar en las clásicas biblioteconomía, fuentes de información, literatura gris, bibliografía, documentación administrativa, catalogación y clasificación, lenguajes documentales y la citada archivística junto con sus asignaturas complementarias. Es durante el segundo ciclo universitario cuando comienzan a impartirse materias que marcarán de forma significativa la evolución de los profesionales de la información durante el siglo XXI. Se trata de materias como evaluación y calidad de servicios, bibliotecas digitales, gestión de la información en las organizaciones (GIO), diseño de documentos multimedia, etc.
Continuará el martes, 3 de agosto
Que sin conocimientos de informática y sin ayuda de las nuevas tecnologías no vamos a ningún sitio creo que es un pensamiento aceptado por todos los integrantes de neustra profesión. Pero si hay algo que nunca entenderé es como en los inicios de nuestra formación, por lo menos en mi caso, he tenido que lidiar con profesores de bases de datos, recuperación automatica de información, etc, que sería nos expertos en sus disciplinas, pero que no tençían nada en común con nuestra carrera y ni siquiera sabian que existe una cosa que es el ISBN que podía actuar de clave en el modelo E/R . Enfrentarte a eso, es duro, y ahí deben incidir las universidades: profesores tecnológos que sepan moverse también en otros aspectos, ¿acaso no conocemos todos buenos referentes en el mundo de la documentación que son auténticos craks en sistemas automáticos??? Vease el caso de los amigos de Trucos de Google!
Bueno, sobre esto… ¿Qué decir? Lo cierto es que en muchas universidades se ha implantado una carrera de Documentación tratando de adecuarse a los planes de estudios del Ministerio, pero sin tener al profesorado preparado para ello.
De hecho, se ha echado mano a profesores de departamentos dispares, en forma de cuotas, que desconocían el mundo de la Documentación que, a su vez, se enfrentaban a alumnos sin tener una base suficiente en la materia que impartían, lo que lastraba el desarrollo en la profundización de los conocimientos.
Entre las cuotas y los escasos conocimientos tecnológicos de los que acceden a las carreras de Documentación nos encontramos con profesionales inseguros en las Nuevas Tecnologías que deben de adquirir las bases y desarrollarlos por sí mismos.