Creo que todos estaremos de acuerdo que los bibliotecarios merecen la mala fama que tienen. Para empezar son unas personas muy estrictas con todo lo relacionado con el silencio, la pulcritud y el orden. Como es bien sabido, todos ellos comportamientos antinaturales y antisociales. Los bibliotecarios, dentro de sus respectivos castillos, cuando piden algo, no lo están solicitando, lo están exigiendo. Cuidado con la réplica que puedas hacerles, puede que seas echado literalmente del edificio. ¿Qué extraño comportamiento autoritario les lleva a actuar de la manera que lo hacen? ¿Es que a caso desconocen el significado de la palabra educación a pesar de estar rodeados de diccionarios?
Quién sabe, no siguen ninguna lógica y parecen moverse más por el capricho y la arbitrariedad que por el razocinio… No se trata de locura, seguid leyendo. Estas dos cartas se publicaron en el Diario Levante a lo largo del mes de junio de 2005.
Biblioteca Municipal de Valencia
Me he acercado a la biblioteca de la calle del Hospital de Valencia para estudiar. A mí y a un grupo de personas nos han echado porque estábamos estudiando en un lugar donde pone un cartel que indica que la mesa es exclusivamente de consulta. Seamos sinceros, a la biblioteca no va nadie a consultar, llevo todo el año yendo a estudiar al igual que otras muchas personas, y la gente acude únicamente a estudiar lo que no puede hacer en clase. Me ha parecido lamentable el trato que hemos recibido, especialmente porque no hacíamos nada malo, no molestábamos ni hablábamos por teléfono, como hacen otras muchas personas sin que se les eche a la calle por eso. Por este motivo he perdido la mañana entera y ahora me encuentro con las páginas amarillas buscando una biblioteca que no quede demasiado lejos de mi casa y donde pueda estudiar sin que se me eche.
María Bort
Sobre la Biblioteca Municipal
Querida compañera María Bort: Me parece un poco exagerado el trato que das al personal bibliotecario. No olvidemos que la Biblioteca Municipal de Valencia no tiene salas de lectura como las universitarias, pues su principal función, la de una pública, no es ofrecer salas de lectura, sino un servicio de préstamo de libros, lectura de libros etc.; para las salas de estudio disponemos de las universitarias. Las mesas de consulta están ahí todo el año y sí, la gente va a consultar a la biblioteca o a leer en ella y si tiene prioridad es porque ésa es su función, y se habilita una mesa de todas las que hay para ello, al igual que en la sección infantil y juvenil ceden algunas de las mesas de los niños menores de 14 años a los estudiantes ya que la infraestructura no da para más. Respecto a los que hablan por teléfono, pues sólo decirte que los guardias y bibliotecarios no están encima de todos y cada uno de nosotros todo el día y si han visto a alguien haciéndolo ten por seguro que le han llamado la atención.
Vicente Micó
Ejem ejem, yo me callo (habría que investigar el caso)
jejeje
¿Por qué crees que lo recojo? Tú que estás dentro…
[…] Pero si queréis más: Están locos estos bibliotecarios […]
[…] Desde luego, que la noticia me retrotrae a otro asunto que ya recogimos aquí sobre cierta crítica que se realizaba a la Biblioteca Pública de Valencia en la que una usuaria acababa realizando cierta reflexión: Me encuentro con las páginas amarillas buscando una biblioteca que no quede demasiado lejos de mi casa y donde pueda estudiar sin que se me eche. […]
Pues si marco.. lamentablemente es un mal que traspasa las fronteras, si quieres lee el articulo en infoxicacion en donde una bibliotecaria de la Biblioteca Nacional (Chile) «invita» a salir de la sala a un usuario (reconocido periodista) por que esta leyendo un periodico que no es del fondo de la biblioteca. ¡¡Menuda gente!!
Bueno, todavía no conozco ningún restaurante en el que dejen que te comas la comida de otro sitio.
Comprendo que una biblioteca debe permitir el acceso a la lectura, pero no entiendo porque debe convertirse en un «parque público» dónde todo el mundo puede ir y sentarse.
Después de todo hay gente que va a la biblioteca para consultar sus fondos y se encuentra con que no tiene sitio porque los estudiantes (con sus apuntes de clase) están acaparando todo el espacio. Yo he pasado por eso y si encima reclamas un hueco en la mesa para consultar la enciclopedia para la que has ido a propósito allí, te miran mal, como si no estuvieras en tu derecho.
Una biblioteca es más que una sala de lectura, y el problema es que a veces la gente olvida esto.
JAjajaja que «buena» comparación.. una biblioteca con un restaurante.. entonces empecemos a cobrar a los usuarios por leer el periódico de la hemeroteca.. Además para los que trabajan en Bibliotecas Publicas seguro que prefieren que la biblioteca sea un parque publico (dinámica) antes que no entre nadie, otra cosa es que se vaya a comer pipas a la biblioteca.. Entiendo que hablas de la realidad española en donde la biblioteca se usa para ir a estudiar. Pero en otros sitios verás que la biblioteca es un verdadero centro de reunión. Y donde la comunidad «convive» entre quienes hacen sus deberes, leen el periódico o participan en talleres..