Tal y como os comentamos, la semana pasada en Valencia participamos en la mesa redonda celebrada en la Fnac, Libros y Lectores 2.0, a la que Javier Celaya tuvo a bien a invitarnos. Junto a Javier Leiva y Jorge Serrano, estuvimos hablando durante más de una hora sobre los posibles futuros del libro en una sala bastante repleta y que supo dar juego proponiendo diversos temas a debatir.
Imagino que, al igual que los asistentes, podemos resumir que el futuro del libro es bastante incierto y mucho más teniendo presentes los terribles cambios que a los que está siendo sometido el mundo editorial. Por un lado, es bastante probable que el libro impreso no desaparezca, pero que otros productos ligados al sector editorial, como serían los medios de comunicación impresos, evolucionen hacia un consumo a través de diversos dispositivos. Y es importante recalcar lo de diversos, puesto que el consumo del libro electrónico todavía está por definir. No está claro que sean los dispositivos e-books, junto a su tecnología de tinta electrónica, los que vayan a establecerse como medio para el consumo de estos productos. De hecho, es bastante probable que el futuro nos encontremos con híbridos a medio camino entre el libro electrónico y el ordenador portátil que vayan un poco más allá para facilitar la lectura. Así, por ejemplo, a los nuevos dispositivos se les añaden funciones de reproducción de MP3 o de agenda, por lo que no es descartable que un hardware tipo netbook pueda convertirse en el soporte de lectura.
Lo que no cabe duda es que el libro electrónico, ya se trate de complementar o de sustituir al tradicional, ha venido, esta vez sí, para quedarse. Es posible que después de diez años desde el lanzamiento de los primeros e-books comerciales, el libro haya encontrado por fin lo que le venía haciendo falta: Un distribuidor importante. Y ha sido la tienda virtual Amazon la ha apostado en situarse dentro del mercado ofreciendo, por un lado ser el distribuidor y, por otro, ofreciendo la tecnología necesaria para el consumo de estos libros digitales. También es interesante señalar que Amazon no se ha cerrado a otras alternativas como la utilización del iPhone para el consumo de sus fondos bibliográficos.
Sin embargo, no podemos olvidar al gran actor de los contenidos en la web: Google. El gigante de Mountain View se ha lanzado a digitalizar todo libro impreso y conservado dentro de las principales instituciones educativas de todo el mundo. Puede ser que cruzando la línea, derrotando a los grandes legisladores y a los políticos que comprueban que sus intentos a penas pueden hacer sombra al ímpetu del gigante de internet.
Por supuesto que lo ha hecho consciente del futuro, del acceso a través de dispositivos móviles y de la ubicuidad en la Red. Cuando los dispositivos evolucionen, cuando leer a través de un terminal informático no nos suponga un gran esfuerzo, Google ya estará posicionado, más allá de las editoriales tradicionales o de Amazon, ofreciendo contenidos y haberse movido en el tablero del futuro del libro sin que los editores ni los autores se percaten de que no controlan muy bien qué se hace con sus contenidos ni cómo se consumen.
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