La semana pasada os recomendábamos la lectura del artículo Biblioteca codificada donde podíamos comprobar cómo se gestionaban los fondos librarios de una gran editorial, así como la automatización de procesos permitía una mayor agilidad a la hora de tramitar y servir pedidos. Pues bien, permitidme presentaros ahora la gestión de circulación de fondos que se realiza en la Biblioteca Pública de Seattle gracias a la tecnología RFID.
En el artículo RFID en la gestión y mantenimiento de bibliotecas tenéis más información sobre la aplicación de esta tecnología en el mundo bibliotecario. Pero la idea subyacente es que, mediante un sistema de identificación a través RFID, se diseñe un sistema automático que permita que los libros se coloquen en sus estanterías tras la devolución del material por parte de los usuarios sin mediación de los bibliotecarios. Disponéis de dos vídeos para comprobar el funcionamiento de esta tecnología, aunque me parece que el auxiliar bibliotecario nunca pasará de moda.