Ayer tuvo lugar la Asamblea Colegial Constituyente del Colegio de Bibliotecarios y Documentalistas de la Comunidad Valenciana, aprobado por Ley en 2006. Tras años de lucha por parte de las dos asociaciones que propiciaron e incentivaron su creación, la Asociació de Bibliotecaris Valencians (ABV) y la Asociación Valenciana de Especialistas en Información (AVEI), ayer se aprobaron sus estatutos y se eligió la comisión gestora del Colegio, iniciándose un nuevo camino para nuestra profesión en esta comunidad.
No pretendo abordar aquí las bondades de colegiarse, siendo un tema que ya se ha tratado en este blog. Me limitaré a relatar las impresiones que me produjo este encuentro profesional, el verdadero motivo de mi asistencia.
Asistí a esta Asamblea con la curiosidad y el interés que la creación de este Colegio había despertado en mí, pero principalmente por la esperanza de reencontrarme con compañeros de estudio y trabajo. Mi desconcierto fue grande al ver que la representación de los diplomados y licenciados en Biblioteconomía y en Documentación brillaba por su ausencia. Aunque, evidentemente, no conozco a todos los titulados de la Comunidad, apenas fui capaz de reconocer a tres compañeros de promoción y a otras cuatro personas más de otras promociones.
Cierto es que para participar en esta Asamblea Constituyente era preciso pertenecer a alguna de las dos asociaciones antes mencionadas y apuntarse a un censo, para el cual había que justificar nuestra titulación o dos años de experiencia en labores bibliotecarias o documentales. Pero lo que no es menos cierto, es que esto refleja la falta de implicación y concienciación de nuestros titulados por la necesidad de asociarse o colegiarse para luchar por el interés común de la profesión.
Quizá el caso de la Comunidad Valenciana no sea peor que el de otras comunidades. Después de todo, en España sólo existe otro colegio, el Col•legi Oficial de Bibliotecaris-Documentalistes de Catalunya (COBDC); a pesar de que comunidades como Madrid o Andalucía tienen una larga tradición de formación universitaria en Biblioteconomía y Documentación. Desconozco si el nivel de asociacionismo allí es significativo, pero lo que sí sé es que pocos de mis compañeros de estudios están asociados.
Evidentemente, el encuentro con compañeros y conocidos fue la excusa de la mayoría de los asistentes. La Asamblea empezó con bastante retraso por el trámite reglamentario de la firma, pero sobretodo por los saludos entre los profesionales allí reunidos, en su mayoría bibliotecarios municipales. Las charlas antes de entrar, en los descansos y en la posterior comida, hicieron que esta reunión fuera memorable para muchos.
La conversación que mantuvimos en la mesa que compartí con otros 9 colegas, la mayoría desconocidos para mí, quizá fue un reflejo de los temas que como colectivo nos importaban y de la situación de la profesión, por lo que me permito reproducirla.
Entre nosotros había bibliotecarios municipales que mostraban la variada situación de este gremio: bibliotecarios que realizan las funciones pertinentes a su categoría; auxiliares que llevan solos la biblioteca y realizan funciones técnicas que no les corresponderían, ante el nulo interés de sus ayuntamientos por valorar su trabajo y en incumplimiento flagrante de la ley que regula la escala laboral requerida en las bibliotecas de la Comunidad Valenciana; otros que realizan estas mismas funciones pero como autónomos durante años y años… Y los demás comensales: titulados en paro, interinos o contratados, como es mi caso. Toda la precariedad y variedad laboral se veía representada en esa mesa, a pesar de la preparación de muchos de los presentes, por sus años de experiencia y su formación.
Se discutieron otros temas, como la formación que se da en Valencia en la que existe una duplicidad de titulaciones, la Diplomatura en la Universitat de València (UV) y la Licenciatura en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV); comentamos las asignaturas que nos habían interesado o sorprendido en la carrera, extrañándose los licenciados por la Universitat Oberta de Catalunya de la formación tan informática que recibíamos en la titulación de la UPV. En definitiva, se habló de la profesión y del amor que por ella y por su buen funcionamiento teníamos todos los presentes.
Para terminar, sólo espero que si mis compañeros de mesa leen este post y se ven reconocidos en él, perdonen mi indiscreción, ya que no me presenté en mi faceta bibliobloguera. En cualquier caso fue una reunión y una comida muy agradable, que me sirvió para tener una perspectiva más general de los problemas de la profesión; ya que mi visión era bastante parcial al limitarse a las experiencias de mis compañeros de carrera, con situaciones laborales y experiencias distintas a los bibliotecarios “de toda la vida”.
Jejeje, bueno, ya que me he perdido la jornada inaugural del Colegio Oficial de Bibliotecarios, te voy a designar como enviada especial para que nos vayas contando las distintas visicitudes que vayan acontenciendo…
😛
Al menos hasta que yo me ponga al día, es que mira que soy despistado!!!
La verdad es que lo tuyo no tiene nombre.
Pero en fin, supongo que cuando se organicen abriran el Censo para todos y podrás apuntarte.
Ya iré contando.
Os doy mi enhorabuena por esta noticia y creo que es un ejemplo a seguir por el resto de comunidades autónomas, seguro que ha costado sudor y lágrimas llegar hasta aquí pero al final se ha conseguido. Las asociaciones han jugado un papel importante, y me gustaría saber que pasaría si no existen asociciones representativas en la Comunidad Autónoma? ¿existen posibilidades de llevar a cabo esta iniciativa? Saludos a los dos enredados
Gracias por la felicitación.
Espero que la creación de este Colegio sirva para que la profesión y los profesionales se valoren como se merece.
Desconozco las medidas que tuvieron que adoptar las asociaciones que llevaron a cabo esta iniciativa, pero sí se que es una lucha que lleva mucho tiempo.
Quizá el primer paso sería crear la asociación en tu comunidad autonoma, y con su apoyo y respaldo presionar para la creación del Colegio.
Que la suerte te acompañe.
Sólo escribo para comentar que en Andalucía Oriental existe un colegio oficial de bibliotecarios, documentalistas y archiveros desde 1999.
Gracias por la puntualización.
Realmente no sabía nada sobre la existencia de ningún otro colegio en España, por lo que siento haberos excluidos.
Os agradecería que me indicaráis vuestra URL para ver un poco qué hacéis, cómo funcionáis y vuestra trayectoria.
Me hubiera gustado asistir, pero al final otras facetas de la vida (la familiar) acabaron imponiéndose. A la lista de situaciones laborales le falta la de becario, que no somos pocos 😛 . Ahora, seguro que no se presentó ninguno jaja.
Los becarios esa gran subclase que apenas se les tiene en cuenta. En fin, esperemos que poco a poco las cosas vayan un poco mejor para todos con el nuevo colegio.
A ver si todos, y yo el primero claro, nos vamos poniendo las pilas.
No era mi intención excluir a los becarios, pero curiosamente en mi mesa no había ninguno. Eso sí, ex-becarios eramos unos cuantos, entre los que me cuento.
Será cuestión que todos nos vayamos concienciando que quejarse sólo, no vale para nada.
Espero ver a todos (becarios, ex-becarios, contratados, interinos…) en la próxima reunión.