Bien sabemos que los biblotecarios nunca han tenido una buena imagen en la sociedad. Por ejemplo, Calvin & Hobbes ya mostraban su alarma ante el riesgo de tortura cuando descubrieron que se les había olvidado que tenían que devolver un libro a la biblioteca, pero que un bibliotecario llegase a ser realmente un ser monstruoso, a no ser que fuese en una película de vampiros, creo que jamás se había dado hasta este momento.
R.L. Stine es un conocido escritor de literatura de terror infantil que ha escrito distintas series destinadas a horquillas de edades adolescentes y pre-adolescentes. Entre las editadas en España, nos encontramos con Pesadillas, Escalofríos o la Calle del Terror, cuyo éxito sorprendió a la propia editorial antes de que se comenzase a editar otro de los éxitos editoriales juveniles más importantes de los últimos años y que todavía no ha llegado a su final: Harry Potter.
Ante tanto niño enganchado a la lectura, que nadie criticó ni yo tampoco por supuesto, los investigadores trataron de buscar explicaciones al éxito de este tipo de literatura y llegaron a una conclusión sorprendente: Simplemente, se trataba de escribir una y otra vez el mismo tipo de libro. Y digo sorprendentemente porque esta situación no difiere en exceso de la literatura adulta en la que los escritores suelen repetir los mismos esquemas y patrones buscando la satisfacción de cierto tipo de público.
Pero obviamente, no es el objetivo de este texto buscar las razones del éxito de los libros llamados best-sellers, aunque puede que más adelante tengamos el valor de escribir un pequeño artículo sobre ello; sino más bien describir la historia que R.L. Stine recoge en el número 8 de su serie Goosebumps, traducido en España por Escalofríos, cuyo título es The girl who cried monster.
Porque no debemos llevarnos a engaño, los bibliotecarios puede que tengan una imagen de ser un tanto envarados, inflexibles y antipáticos, pero creo que nadie los ha descubierto comiendo tarántulas en sus despachos (Aunque todo puede ser). Esta imagen debe ser tremendamente repugnante, así que Lucy puede llegar a la rápida conclusión que el bibliotecario debe ser realmente un ser monstruoso. Y realmente lo es, como se mostró en el primer capítulo de la traslación de estos libros a la televisión bajo el mismo nombre, por lo que rápidamente cuenta su descubrimiento a sus padres y a sus amigos. Obviamente nadie le cree, por lo que decide iniciar la recopilación de pruebas. Primero, convence a un amigo para que le acompañe a la biblioteca y allí contemplan de nuevo un acto de entomofagia.
Alarmados, deciden grabar al bibliotecario, Mr. Mortman, para demostrar a los adultos que realmente es un ser monstruoso. Por lo que ,más allá de imponer silencio en la sala de lectura o sus caras de severidad a la hora del préstamo de libros, se convierte en un monstruo delante de ellos. Sin embargo, ante esta recopilación de pruebas, Lucy sólo consigue que sus padres inviten al bibliotecario a cenar a casa.
¿Cuál fue el menú? El pobre bibliotecario, ya que los padres de Lucy se convierten a su vez en monstruos que se lo comen vivo lo que realmente es monstruoso.
Como conclusión sorprendida, puesto que he llegado a este cuento buscando otra cosa en Internet, diré que las cosas que leen los niños de hoy en día son mucho más crueles de las que yo leía. Yo, a los catorce años, pasé directamente a Stephen King y creo que era menos cruel que esta historia. No hay peor manera de descubrir la naturaleza de uno mismo que la manera que aquí se relata.
mslgr!!
buenísmo…. procuraré dejar de comer tarántulas delante de los usuarios.. no sea que luego se me coman a mi 😛 😛
Había visto bibliotecarios de toda clase en la literatura (iba a postear hoy sobre uno inmortal…) pero monstruos… jejejejejejee
jejeje, pues nada Yav ya estás tardando en postear sobre ese bibliotecario inmortal.
Eso si tienes tiempo, porque debes estar muy atareada en el curso sobre blogs…
rl stine es muy bueno y es mi idolo ojala y lo pudieran pasar en nick la serie
Me parece muy bueno sobre este cometario de los bibliotecarios ya que es hora que cambien su estado de humor para que la persona tenga mas acceso y confiabilidad de ir a una biblioteca sin temor de pedir informacion sino de llevarse todo aquella informacion que sea posible y esto sera mediante calidad de atencion que brinde un bibliotecarios