Para aquel que no se haya percatado aún, el hecho de publicar una bitácora en Internet, aún haciéndolo de una forma anónima bajo un seudónimo no va a conseguir que nos libremos de ser descubiertos si por alguna razón cometemos una falta o simplemente tenemos un desliz. Por ejemplo, podemos atrevernos a plagiar completamente un artículo, aunque no tardaremos en ser descubiertos e inundados de comentarios no demasiado amables por nuestro atropello. También podemos escribir un texto inspirados por lo que leímos, pero si desgraciadamente se nos olvida citar la fuente, no tardaremos en exceso en recibir un mensaje ya sea en forma de comentario o en forma de correo recordándonos nuestra falta.
Desde luego que no voy a hacer aquí una recomendación sobre cómo se debe mantener un blog, ni tampoco sobre cómo debería actuar un bloguer para disponer de cierta cantidad de visitas, ya existen muchas recopilaciones acertadas y muy interesantes sobre ello (incluso para los que ya llevamos un tiempo por aquí). Pero, aunque no sea el primero en escribir sobre ello, creo que es interesante el tratar de recoger uno de los aspectos más interesantes de los weblogs basándome en experiencias propias: Los visitantes y sus comentarios.
Una de las características que más influyen en el reciente éxito de las bitácoras es su carácter abierto y participativo. Es cierto que uno puede publicar lo que desee, pero a cambio, y esto es lo que diferencia también de las páginas estáticas de los primeros tiempos de Internet, también deja su texto abierto para ser enriquecido, ser alabado o ser simplemente vapuleado. No importa realmente lo que se refleje en el post – una imagen estática, un sonido, un video o un texto – tarde o temprano, por accidente o no, alguien llegará hasta él y posiblemente dejará su impronta para bien o para mal nuestro. También se utilizan para darse a conocer dentro de un círculo específico de weblogs, por ejemplo sin ir más lejo en esta Biblioblogosfera, por lo que un comentarista a veces deja un comentario para que visites su blog como una forma de tarjeta de visita.
No hace mucho ya escribí un texto en el que recogía algunas experiencias que había sufrido partiendo de algunos comentarios que había recibido en esta misma bitácora relacionado con el Eso ya lo dije yo antes, cítame, también conocido como Síndrome de Gollum. Lo cierto es que aquella discusión, de la que sinceramente espero no se ofendiese nadie por ser nombrado, surgió tiempo después en la bitácora de Diego Lafuente aunque en este caso refiriéndose a los blogs comerciales. Es decir, que la reclamación al derecho a cita no se trata de algo exclusivo de la biblioblogosfera y es algo normal dentro de la blogosfera. Hoy deseo ampliar esa tipificación en sobre los comentarios que una bitácora puede recibir y para ello me voy a servir exclusivamente de lo que aquí mismo se puede encontrar.
Siempre es de agradecer para el visitante que la bitácora en la que se halla disponga de unos comentarios limpios en el sentido de enriquecedores y más o menos relevantes dentro del contexto del post. La lucha contra el spamming es un punto esencial para un escritor de bitácoras y la adopción de medidas para evitar el abuso en los comentarios y en los trackbacks de su weblog un punto vital. Aunque en general, son los spam bots los encargados en inundarnos con anuncios para jugar al Poker o adquirir Cialis, el spam también puede adquirir otras formas y puede ser acometido directamente por personas físicas. Es antológica la discusión que disfrutamos en la Biblioblogosfera sobre los alumnos de la Documentamanía que tuvieron una respuesta más o menos contundente dentro de este blog. Simplemente, los consideramos spammers por lo que fueron advertidos y borrados, pero también hemos recibido anuncios de otro cariz como algún comentario sobre la preparación de un convite de bodas.
En cualquier caso, hay otro tipo de publicidad que puede ser aceptada dentro de un contexto concreto. Sin ir muy lejos, un visitante puede recomendar un sitio web dejando la dirección URL, desde luego que en este caso la visita es obligada para el bloguer y si aquello no nos convence podemos muy bien hacer desaparecer el comentario. Sí, es completamente lícito, el blog sigue siendo de uno.
Uno de los aspectos en el que debemos ser más indulgentes es en el caso de las críticas. Éstas siempre deben de ser bienvenidas vengan de quien vengan si se hacen en un lenguaje correcto, respetuoso y siempre que sean razonables. Citábamos más arriba el caso del autor agraviado, pero a veces es el propio protagonista de una historia el que nos recuerda que andamos un tanto desencaminados.
El becario archivero que clasificó un tesoro
EL ARCHIVO DE ONTINYENT SI TIENE UN GRAN DIRECTOR. Soy miguel Ángel Murcia i CAmbra, el becario que trabajó con las lecciones de Gomis. SI EL DIRECTOR DEL ARCHIVO DE LA CIUDAD DE ONTINYENT no aparece en esta información, no es porque no exista, sino porque carece de pretensiones de fama. Criticar al director del Archivo es desconocer la problemática de los documentos musicales.
Desde luego que, en cuanto tengamos noticia de un comentario en nuestro blog, debemos de ser rápidos en la hora de la réplica y no acobardarnos en absoluto. El comentarista en general sabe lo que dice, pero conociendo el tono en el que hemos desarrollado el texto, podemos tender una mano para que se explique convenientemente a la vez que disculparnos o defendernos dependiendo de la situación. Éste es el mejor caso de todos, cuando el protagonista se acerca hasta ti, comparte su experiencia y su propio punto de vista.
A pesar de que el bloguer no puede evitar ser objeto de críticas, y de vez en cuando alabanzas, sus visitantes pueden llegar a ser muy exigentes sobre los contenidos que ofrece. Así, por ejemplo, pueden llegar a solicitar más de lo que debiesen para satisfacer su puntual necesidad informativa.
Los crímenes de los siete pecados capitales y una biblioteca
la página posee varios contenidos peo deberìa poseer más apoyo visual que es lo que le interesa a las personas y llama más la atención.gracias
O
El Nombre de la Rosa y su título bien valen un libro
ME PARECE QUE ESTO NO ES LO QUE ESTOY BUSCANDO DESDE HACE UN BUEN RATOTOTOTOTOTEPERO DEBERIA NO DARLES FLOJERA Y ESCRIBIR MAS DETALLADO COMO SUCEDE EN LA PELICULA
Por supuesto que estas exigencias deben de caer en saco roto, se escriben tan sólo en un momento de frustración y no deben ser tomadas demasiado en serio, sobre todo porque no son nada razonables. En este caso, estos comentarios sólo pueden ser contestados con una sonrisa y si bien estas exigencias quedan en anécdota, hay otros que son más sinceros y en general reflejan cierta idolatría sobre el tema que se trata en el texto.
Mafalda: Un libro es un buen amigo
mafalda es la mejorde todo lo muñecos de la historiaVIVA MAFALDDDDDDDDDDDDDDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
O desde un punto más profesional:
Descubriendo una profesión (Primera Parte): ¿Bibliotecoqué? – Biblioteconomía y bibliotecología, ¿dos o una?
HOLA, SOY ESTUDIANTE DE BIBLIOTECOLOGIA EN LA UNIVERSIDAD AUTONOMA DE SAN LUIS POTOSI, MEXICO, Y QUIERO EXPRESAR MI ORGULLO POR SER ESTUDIANTE DE ESTA CARRERA, ES MUY INTERESANTE Y LINDA, ADEMAS QUE TIENE UN CAMPO DE TRABAJO MUY GRANDE Y ESPERO QUE AL TERMINAR MIS ESTUDIOS ETA PROFESION ME BRINDE MUCHAS OPORTUNIDADES YA QUE EN MI PAIS EN ESTE CAMPO HAY MUCHO POR HACER, ASI QUE QUIEN SE ANIME A ESTUDIAR BIBLIOTECOLOGIA, LES ASEGURO QUE NO SE VAN A ARREPENTIR!!!
En fin, los comentarios son textos dejados para ti en gran medida, pero que pueden enriquecer sobremanera a tu blog para los próximos visitantes si los gestionas convenientemente. Es frecuente que los comentaristas que dejan un retazo de sus pensamientos vuelvan a comprobar si han recibido contestación, si los cuidas y tratas de establecer conversaciones con ellos, puede que se conviertan en visitantes frecuentes e incluso puede que te agreguen en sus abigarrados agregadotes. Los comentarios también dicen mucho de tu weblog, cuídalos.
Sí, mis amigos de Colombia en Paz me dedicaron unos cuantos piropos muy sentidos. Menos mal que están es son de paz…
Creo que partcicipar activamente en los comentarios de tu propio blog es la mejor manera de fidelizar a los lectores y de ir más allá de lo comentado en el post. Yo, por ejemplo, escribo post bastante cortos, y los comentarios me permiten aclarar o ampliar conceptos que no habia desarrollado bien anteriormente. Desde luego también es una buena manera de que quien te lee aporte ideas nuevas al tema e incluso disienta de tu punto de vista, creandose debates muy interesantes.
Gracias por recordarnos la importancia de los comentarios!
Buen post Marcos, Estaba buscando algo sobre opiniones de los bloguers sobre los comentarios en sus blogs para un trabajo que hago. Eso si, no te preocupes porque yo Si te citaré… 🙂
Casi olvido daros las gracias por vuestros comentarios. ¿En casa del herrero cuchillo de palo?
😉
Espero que saquéis a relucir los mejores de vuestros blogs. Comentarios curiosos tenemos todos, seguro.
yo sobrevivo con los comentarios del spam
Siempre he creido que la grandeza de la blogosfera es la constante retroalimentación de cada blog gracias a sus comentarios. Que seria de nuestras bitácoras sin las aportaciones de los lectores???
Catuxa, nos sentiríamos muuuy solos.
Solos y locos 😉
esto está muy interesante
[…] propio tejado, porque es duro esto de ser bloguer, siempre preocupado por añadir contenidos, creando conversaciones, difundiendo curiosidades; contemplando recelosos nuestro alojamiento y sus limitaciones (Ancho de […]
[…] un texto reclamando el desarrollo de la tarea que en blogging se denomina Comment Gardening que se trata ni más ni menos de cuidar los comentarios que recibes en tu blog. Hasta este momento, nunca habíamos borrado un comentario "serio", o pasarlo en […]