Desde luego que es éste un titular muy manido, sin embargo, la reiteración en su uso se debe a que la situación que se nos plantea es tal y como se muestra. Personalmente, considero que expresa el hecho diferencial de que ya no se trata de un enfrentamiento de Google Inc. contra Microsoft, Google contra los editores de páginas web o Google contra el Estado de California, donde tiene su sede, a vueltas sobre el asunto de la publicidad en el Gmail; Google sube un peldaño más y se enfrenta contra todo un continente, contra toda una cultura… ¿o no?
Es curioso cómo estos chicos benevolentes que revolucionaron a la inversa Internet, en un momento donde los buscadores tendían a agregar contenidos a sus sitios, han conseguido en un corto plazo de tiempo enfadar, y por lo visto mucho, a los europeos, concretamente, a Francia. Primero, Jean-Noël Jeanneney, el director de la Biblioteca Nacional de Francia, comenzó a criticar la digitalización de libros por parte de Google con copyright extinguido de algunas bibliotecas universitarias norteamericanas; posteriormente se le suma, nada más y nada menos, el presidente de la República Francesa Jacques Chirac; y, finalmente, la AFP (Agencie Française de Presse), en una rocambolesca jugada, les amenaza con una demanda que más que hacerse un favor a sí misma, se lo hace a la competencia. Pero, ¿en qué andamos pensando a este lado del Atlántico?
Pero empecemos por el final, puesto que se trata de dos asuntos unidos por un hilo conductor, pero completamente separados; empecemos por la AFP. La semana pasada, la AFP solicita a Google Inc. que abandone la indización de contenidos de la agencia de prensa que el buscador utiliza para el mantenimiento de Google News. Además, le encomina a que le abone una indemnización por violación del copyright de éstos (textos y fotografías principalmente) por su utilización. En este punto, aunque conocido por todos, debemos señalar que el modelo de negocio de la AFP es la venta de contenidos a terceros, es decir, posee un equipo de periodistas que producen, o redactan según se mire, noticias e imágenes; que la agencia vende a medios de comunicación y/o a otras agencias de prensa.
Para ampliar la comprensión de la demanda de AFP a Google, debemos indicar que Google News se dedica a indizar sitios web de medios de comunicación que pueden utilizar contenidos de AFP sin la previa autorización de ésta. Obviamente, la propiedad intelectual de los textos que los medios de comunicación utilizan en sus noticias es de AFP, por lo que es AFP la que solicita que éstos no sean indizados por el buscador. Sin embargo, si se hubiese procedido correctamente, AFP debería haber cargado esta difusión ilícita a los proveedores de contenido, es decir los medios, no a Google puesto que su función en Internet es la de mera difusión.
Google News no captura los contenidos de los medios, sino que facilita un enlace a un contenido determinado dentro de un medio de comunicación indizado por éste. En algunos medios de comunicación, y no precisamente pequeños, se ha calculado que el 10% del tráfico total proviene de enlaces que se reciben desde Google News. Si tenemos presente que algunos de estos medios mantienen sus sitios web gratuitamente gracias a los ingresos publicitarios, es comprensible que se disgusten con AFP y comiencen a buscar agencias de prensa que permitan a Google News procesar sus contenidos.
De súbito, descubrimos que Google News se ha convertido en una herramienta poderosa a pesar de no acumular contenidos sino de distribuirlos, aporta enlaces a las noticias no las noticias en sí. De esta forma, los damnificados son los medios de comunicación que trabajan con AFP y que ven cómo el tráfico desde Google News hacia sus sitios webs disminuye. Disminuyen sus visitantes y, por ende, sus ingresos publicitarios. ¿Es lícita la demanda de AFP? Sí, pero no demasiado inteligente para proseguir su modelo de negocio a largo plazo.
Las bibliotecas virtuales
Pero pasemos al segundo tema que nos ocupa y que se trata del enfrentamiento político francés con el buscador. Para comprender la posición francesa en este caso, debemos de adelantar que Francia desde siempre ha desarrollado políticas proteccionistas hacia su cultura. Paseando por París, no nos debe extrañar que la mayoría de las películas en cartelera sean cine de producción nacional, al contrario de lo que sucede en España. En la discusión con Google y sus proyectos de digitalización, subyace el miedo a ser barridos de la Red.
En este punto, debemos realizar una pequeña apostilla respecto a la amenaza que supone Google Print a la cultura hispánica, que no española, puesto que no hay tanto que perder, ya que sería muy lógico que el siguiente paso en el proyecto de Google fuera la digitalización de una serie de bibliotecas hispánicas.
Sin embargo, tenemos que tener presente que el problema no es cultural, sino empresarial. Si nos detenemos a observar un mapa de Internet, de aquellos que muestran los nodos y las hojas que componen la Red, no nos extrañaremos al descubrir que el mayor peso de éstos lo lleva EEUU. Su sociedad y su tecnología están mucho más desarrolladas en Internet que en el resto de países, por lo tanto, es normal que las distintas iniciativas empresariales, como lo es la digitalización de bibliotecas de Google, las adopten empresas dinámicas y bien asentadas en Internet, estadounidenses por ende. Europa no ha sabido fomentar el desarrollo de Internet dentro de su sociedad, el ejemplo español con sus distintos planes para el desarrollo de la sociedad de la información es paradigmático, y es ahora cuando los políticos descubren que el juego de Internet sobrepasa las distintas fronteras nacionales y continentales.
Google ha sabido desarrollar con mucho éxito una tecnología que le hace líder en un segmento de la Red y la difusión de una marca propia que la distingue de la competencia, ¿qué posee Europa? Por supuesto que se han desarrollado distintos proyectos de Bibliotecas Virtuales europeos. El manido Proyecto Gutenberg, la Biblioteca Virtual Cervantes, la Biblioteca Lluis Vives (para lengua catalana)… probablemente cada lengua y/o país habrá desarrollado el suyo propio. Sin embargo, son proyectos inconexos que en su mayoría suponen la duplicación de esfuerzos, humanos y materiales, además de desarrollo de tecnologías; y soportan una excesiva dependencia de capital público, lo que les hace adolecer de dinamismo.
Por otro lado, en España muchos archivos, ya sean forales o municipales, se preocuparon en digitalizar sus fondos históricos como una manera de difundir su propia historia, pero una vez más se demuestra que se depende en exceso de iniciativas individuales desde las propias instituciones y de precariedad de presupuesto en los medios y en la tecnología. Estos documentos digitalizados no pasan de ser, en su mayoría, meras imágenes de cuyos textos apenas si se puede recuperar nada puesto que el proceso de OCR se ha demostrado deficiente.
¿Cuál es la propuesta francesa? Eminentemente, evitar la preeminencia de la cultura anglosajona en Internet, pero conscientes de la falta de tecnología desean tratar con la competencia de Google, a pesar de que la hayan condenado desde instancias europeas por prácticas monopolísticas. Estamos hablando de Microsoft, por supuesto. Parece que ahora Bill Gates tiene pasaporte europeo, lo cual hace inabordable el razonamiento francés, sin embargo, al menos Francia está bien encaminada en el concepto.
Europa está muy lejos de desarrollar una tecnología similar a la de Google en búsquedas en Internet, para los políticos franceses Google is evil y desean evitar tratos con la empresa de California, sin embargo, desde mi punto de vista, el atajo consistiría en tratar con Google y para la creación de un Google Print europeo. Obviamente, si eres consciente de que no puedes vencerlo, únete a él. Al menos conoces de antemano las condiciones, el coste sería de 12 $ por libro digitalizado, y siempre podrías disponer de una copia. Incluso los resultados de la iniciativa de Google, ya pueden ser consultados en Internet.
Como diria Obelix: «Están locos estos romanos» … solo hay que cambiar el romanos por galos y voilá….
Realmente no entiendo todo este asunto de Francias, de verdad que no.
No lo entiendes ni tú ni nadie que ponga la cultura y la educación por delante de los intereses monetarios o políticos.
Es absurdo atacar a otro sólo porque se le ha ocurrido una buena idea antes que a tí, y encima tiene los medios para llevarla a cabo.
Lo que tendrían que hacer es unirse a ellos no ir en contra.
Ése es el peligro de la política que desconocen en el medio que se mueven. El problema es que la solución que aporten, entre todas esas cabezas pensantes, no arreglen verdaderamente el problema.
También puede suceder que creen uno donde verdaderamente no existía.
Tiempo al tiempo.
[…] leccionar los temas. A veces, escribo porque me gustan, otros porque tengo la necesidad de dar mi opinión sobre algo, otros construyo un texto sobre una frase o sobre una pala […]
[…] No sé si os habréis percatado pero no dispongo de un patrón de comportamiento a la hora de seleccionar los temas. A veces, escribo porque me gustan, otros porque tengo la necesidad de dar mi opinión sobre algo, otros construyo un texto sobre una frase o sobre una palabra, otras porque siento la necesidad de que cierto conocimiento sea fijado de alguna forma exclusiva para que pueda ser difundido… En ocasiones, también funciono como un periodista, pero prefiero ser un periodista frustrado que un frustrado periodista que aunque no lo parezca no es el mismo caso. Creedme, sé lo que digo. […]