En las últimas décadas, el contenido de las bibliotecas ha ido transformándose en cuanto al tipo de documentos que alberga, mientras que éstas han pasado de ser un receptáculo de publicaciones impresas exclusivamente – libros, publicaciones periódicas, publicaciones oficiales, mapas – a alojar todo tipo de fuentes de información.
El ejemplo más obvio de esta evolución, parte de los mismos documentos tradicionales que han pasado de su versión en papel a formato electrónico, es el caso de los libros digitales y las revistas en línea. Por otro lado, las nuevas fuentes de información, que en la actualidad ya se pueden encontrar en casi cualquier tipo de biblioteca, están contenidas en formatos «no librarios» que, aún siendo nuevos, también han evolucionado a lo largo del tiempo y siguen haciéndolo, a la par que las nuevas tecnologías. Por ejemplo: la información sonora ha pasado de contenerse en casetes a pasar a discos compactos; las imágenes, de fotografías y diapositivas a archivos informáticos; las películas y los documentales, de cintas de vídeo VHS a DVD; los programas informáticos y las bases de datos, de disquetes a diferentes formatos de CD-ROM o a su consulta a través de Internet…
Cuando la biblioteca pasa a contener esta diversidad de formatos documentales, que permiten acceder a información de todo tipo y expresada de múltiples maneras, es cuando nace el concepto de biblioteca híbrida que puede definirse como una biblioteca diseñada «para armonizar todo tipo de tecnologías en el contexto de una biblioteca en funcionamiento, al mismo tiempo que para explorar la integración de sistemas y servicios en contextos electrónicos e impresos».
Esta diversidad documental que contiene la «biblioteca híbrida» se puede traducir en la creación de un catálogo capaz de integrar todos los formatos de que disponía la biblioteca tradicional, junto con los nuevos formatos digitales que ya forman parte de la biblioteca actual y, además, prever la futura integración de otros que vayan surgiendo a raíz de la evolución de las tecnologías. Es precisamente en este punto donde radica la dificultad de este nuevo modelo de biblioteca: en el diseño y la configuración del catálogo de consulta «universal» que permita a los usuarios acceden a la «información» que contiene.
Para solventar este problema de acceso universal a la información en una «biblioteca híbrida», se están estudiando diversos modelos de catálogos en línea que integren todos los formatos documentales. Alguno de estos trabajos resulta completamente innovador, respecto a la forma de aunar y presentar la información que contiene dicho catálogo. Pero, ése será otro post…
Definición de «biblioteca híbrida» de: Saorín Pérez, Tomás. El concepto de Biblioteca Híbrida
Es una propuesta muy interesante, claro, pero seguramente en el segundo envío estará la parte jugosa. ¿O no?
Por supuesto, como excepción al dicho, he dejado lo mejor para la segunda parte.
Este post era sólo para abrir boca 😉
En mi opinión ya nadie que este acostumbrado a manejar información, puede pensar en una biblioteca que no contemple en su totalidad el concepto de biblioteca híbrida.
Los franceses creo que fueron pioneros en sentar las bases para llegar a conseguir esto, cuando empezaron a inaugurar las famosas mediatecas, mientras en España seguiamos careciendo de obras de lectura para nuestra población.
Muy interesante Maria Elena 🙂
[…] anual. Pero la variedad de formatos que hoy en día pueden encontrarse en las nuevas bibliotecas híbridas, dificulta la representación e identific […]