La Revista Trama & Texturas es una publicación abierta e interactiva, que invita a cualquiera que lo desee y que tenga algo que decir a sumarse a ella; densa y enriquecedora en su lectura, que se apoya sobre profesionales que disponen de su propio espacio de publicación en Internet. Sus editores, José María Barandiarán y Manuel Ortuño, me invitaron hace ya un par de meses a redactar un texto para el número 2 que ya estaban preparando.
El resultado de esta experiencia, que ya relaté, fue el artículo Los bibliotecarios sin Gutenberg en el que trataba de hacer una revisión general de la situación en la que se encuentra el libro ante los retos que la Red le plantea, a la vez que situaba el papel del bibliotecario frente a esas circunstancias que se plasman en lo que se ha denominado Biblioteca 2.0.
El documento completo lo podéis encontrar en el número 2 de Trama & Texturas, sin embargo permitidme que os deje aquí uno de los apartados que más os puede llegar a interesar como profesionales de la información, además de que sirva de debate, si queréis, sobre la Biblioteca 2.0.
Actualización (3/7/2007): Nuestros amigos de la Revista Trama & Texturas hacen referencia a este texto, además de ofrecer el documento completo en PDF.
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Previamente a definir lo que es la biblioteca 2.0, debemos realizar un inciso para explicar lo que es realmente la Web 2.0, puesto que un concepto deriva del otro. La web 2.0 no engloba una nueva tecnología, ni nuevas conexiones a Internet, ni es una Red alternativa; se trata de una nueva forma de interactuar las personas en la Red. La idea original de la web (en este contexto, llamada Web 1.0) consistía en páginas estáticas, escritas en el lenguaje de marcado HTML, que no eran actualizadas frecuentemente. De esta manera, el éxito de las empresas puntocom dependía en gran medida de la generación de sitios web más dinámicos donde los CMS (Sistemas de gestión de contenidos) servían páginas creadas automáticamente desde una base de datos. Frente a esto, los propulsores de la aproximación a la Web 2.0 creen que el uso de la web se está orientado a la creación e interacción de redes sociales, que pueden servir contenido de forma dinámica creando, o no, webs interactivas y visuales. Es decir, los sitios Web 2.0 actuarían más como puntos de encuentro, o webs dependientes de usuarios, que como webs tradicionales.
De esta nueva consideración de Internet como un lugar donde compartir información y experiencias en tiempo real, nace lo que se ha denominado la Biblioteca 2.0. El primer intento de definición lo realiza Michael Casey en su blog LibraryCrunch en septiembre de 2005, como podemos comprobar, en esta primera aproximación los objetivos no están claramente establecidos y por lo que queda un tanto vacía en su contenido.
La biblioteca 2.0 es un modelo de funcionamiento que permite que las bibliotecas respondan rápidamente a las necesidades del mercado. Esto no significa que abandonemos a nuestros usuarios actuales o nuestra misión. Es una filosofía del cambio rápido, de las estructuras de organización flexibles, de las herramientas nuevas de la web 2.0, y de la participación del usuario que pondrá a la biblioteca en una posición mucho más fuerte, que resuelve con eficacia las necesidades de una población de usuarios más grande.
En este primer intento de definición del concepto de biblioteca 2.0 se nos señala que el centro de información debe situar por encima de todo a los usuarios, sin embargo esta afirmación es un tanto capciosa puesto que la moderna biblioteconomía nace de la consideración que la principal razón de ser de los centros de información son los propios usuarios y siempre hay que tener presentes sus necesidades informativas respecto a cualquier otra consideración para su supervivencia. Finalmente, Sarah Houghton aportaría una aclaración sobre los verdaderos objetivos de lo que constituiría esta nueva redefinición de biblioteca.
La biblioteca 2.0 sería simplemente en hacer el espacio de tu biblioteca (ya sea el físico o el virtual) más interactivo, más colaborativo y guiado por las necesidades de la comunidad. El objetivo básico es devolver la gente a las bibliotecas dándoles a éstos lo que quieren y lo que necesitan para su vida diaria. Lo que se intenta es que si el objetivo es simplemente llevar gente a la biblioteca, se está fallando en algo. Hay que extender sus fronteras físicas. Si los usuarios no van a la biblioteca, que la biblioteca vaya a ellos.
Por lo que sencillamente el término biblioteca 2.0 representaría un modelo que plantea una transición en el esquema de las bibliotecas, especialmente en el modo en que las unidades de información hacen entrega de sus servicios, pasando de modelo de museo de contenidos permitiendo que sea el usuario el que los genere. Lo que se persigue es que se produzca un incremento en el flujo de información desde el usuario hacia la biblioteca. Así, se intentaría incluir al usuario en el diseño e implementación de los servicios bibliotecarios, animando a la interacción, feedback (retroalimentación) y a la participación activa. El objetivo principal de esto sería que los servicios bibliotecarios se estarían actualizando constantemente y re-evaluándose para servir mejor a las necesidades de su comunidad. Los que proponen este concepto esperan que, en última instancia, el modelo de servicio biblioteca 2.0 reemplace al tradicional, unidireccional que ha caracterizado a la biblioteconomía durante los últimos siglos.
Claro que esta transición en las bibliotecas debe de encontrar su hueco dentro de sus responsables, reconvirtiendo sus perfiles en algo más tecnológicos de lo que se encuentran acostumbrados. De esta forma, se han propuesto algunas líneas de actuación para el nuevo bibliotecario 2.0 que se resumen en un decálogo:
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Reconocerá que el universo de la cultura de la información está cambiando muy rápidamente y que las bibliotecas tienen que responder positivamente a esos cambios para reforzar los servicios que los usuarios necesitan y quieren.
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Se educará sobre la cultura informacional de mis usuarios y buscará formas de incorporar lo que aprenda a los servicios de la biblioteca.
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No será paternalista con relación a mi biblioteca, sino que observará claramente su situación y hará una evaluación honesta de lo que pueda ser mejorado.
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Será un participante activo para mejorar mi biblioteca.
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Reconocerá que las bibliotecas evolucionan muy lentamente y trabajará con los profesionales de la información para fomentar la sensibilidad a que esto cambie.
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Será valiente para enfrentarse a la propuesta de nuevos servicios y nuevos modos de mejorarlos.
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Mostrará ilusión por los cambios positivos.
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Dejará de lado las prácticas de antaño si hay un modo mejor de hacerlas.
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Tendrá una actitud práctica y experimental con respecto a los cambios, estando dispuesto a cometer errores.
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No esperará hasta que algo sea perfecto para lanzarlo al público, sino que lo mejorará continuamente basándose en el feedback del usuario.
Obviamente, la pregunta es: ¿Cómo se permite a los usuarios ser más activos dentro de una biblioteca? ¿Cómo se recoge la información? ¿Cómo se implementan los servicios 2.0? Algunas propuestas son francamente interesantes. Por ejemplo, se adaptarían los OPAC (Punto de acceso al catálogo bibliográfico digital de la biblioteca), o se crearían otras herramientas, para que los propios usuarios agregasen contenido a los fondos bibliográficos de las bibliotecas como por ejemplo wikis, aportando puntos de vista e impresiones sobre sus lecturas y conocimientos. Así, de la misma manera que los consumidores de Amazon comentan y consultan los libros que han adquirido o desean comprar, los lectores de una biblioteca podrían comentar y analizar los fondos bibliográficos o de otro tipo de la biblioteca sirviendo sus comentarios de guía y ayuda al resto de los usuarios.
Pero la biblioteca 2.0 no debería limitarse tan sólo a los contenidos propios de la propia biblioteca. Si las bibliotecas son puntos de acceso a la cultura, porqué no deberían ser las encargadas de empequeñecer la Brecha Digital, porqué no comentar otros sitios web, porqué no fomentar la creación y uso de bitácoras en las que los usuarios comenten las nuevas adquisiciones del centro, porqué no publicitar las actividades que se hacen dentro de la biblioteca por otras vías que no sean los típicos tablones de anuncios y folletos, porqué no realizar cursos de introducción a Internet y uso de herramientas informáticas y ofimáticas, etc.
Las bibliotecas, al igual que la industria de la cultura, se encaminan hacia un futuro impresionante lleno de posibilidades, de nuevos caminos a tomar, en el que los conocimientos que posea y ponga a disposición de sus usuarios serán vitales para sobrevivir en el maremagno de nuevos contenidos libres que se crean tanto por parte de los usuarios como por otras instituciones que son accesibles en la Red. El mundo red que Negroponte imaginaba a mediados de los años 90 está tan sólo a un paso y, como siempre, es tarea de los bibliotecarios facilitar, guiar y permitir el acceso a la cultura, a las nuevas herramientas que se crean para compartir la información y a las nuevas formas de vivir el libro. Es ahora, tal vez más que nunca, cuando el bibliotecario debe poner todo su interés en observar y adaptarse a los cambios que se están produciendo ante la digitalización, sus repercusiones y su futuro, puesto que sus usuarios ya lo están haciendo. La posibilidad de que el turno de conversión de átomos en bits del libro ya haya llegado está cada vez más próxima.
Interesante el punto 1 de ese decálogo para bibliotecarios 2.0, aunque la cosa está complicada. En cuanto a lo del OPAC, sinceramente la propuesta del WorldCat de la OCLC, me parece la más acertada y la más interesante.
Personalmente, creo que para conseguir esa transformación 2.0 lo que hace falta es bibliotecarios avispados que sepan incorporar técnicas derivadas de las grandes empresas comerciales y que interactúen con ellas. Igual que el WorldCat te enlaza con Amazon y da por hecho que tal vez el usuario decida no acudir a la biblioteca y comprarse el libro.
Teniendo en cuenta:
– que el porcentaje de usuarios de biblioteca en España es bastante bajo;
– que de estos, los que la utilizan como algo más que una simple sala de estudios es aún menor;
– y finalmente, que la participación en cualquier medio del Web2.0 también es un porcentaje ínfimo…
La verdad es que nos quedamos con muy pocos usuarios de biblioteca para la «versión» 2.0.
Quizá el fallo está en intentar que los usuarios «tradicionales» se vuelvan participativos, y la solución sea convertir a las personas «participativas» en usuarios de nuestra biblioteca.
Las bibliotecas deben ser un lugar de culto, de tranquilidad, aquí en España son una mierda.
saludos
Saludos Sr. Ross, le felicito por tan excelente trabajo.
Solo resta exhortar a los bibliotecarios estar preparados para los cambios que se aproximan.
Manuel Moreta.
La falta de tiempo me obligó a postergar la lectura de tu artículo, y ahora que ya está leído y anotado, no puedo pasar la oportunidad sin felicitarte por tu labor de síntesis y exposición.
Muy bueno!
Gracias Catuxa, creo que tú publicas en el número 3, así que muchos ánimos y suerte!!!
[…] aportación que lleva por titulo Los bibliotecarios sin Gutenberg, realiza un extenso recorrido por los inicios de la red y lo que Internet supuso para las […]
Me parece un aporte interesante al debate de ¿cómo adaptarse a los continuos cambios tecnológicos y sociales?.
Interesante artículo para el debate del devenir de las Bibliotecas.
[…] Ver artÃculo […]
[…] autor, he sido un poco dejado en cuanto a mi firma. El primero de ellos, Los bibliotecarios sin Gutenberg, lo firmé como Marcos Ros junto con la dirección de este blog porque así ha […]
Me has ayudado enormemente a entender el significado de la biblioteca 2.0, muchas gracias.
De todos modos, es una pena que en España este tipo de iniciativas solo pueda venir de la mano de grandes bibliotecas ya que entran en juego muchos factores sociales, políticos, administrativos e incluso profesionales. Cuando aquí se implemente la biblioteca 2.0, las bibliotecas estadounidenses habrán incorporado la 15.7.
Saludooos!!!
[…] la biblioteca 2.0 pueda lavar la cara a la imagen tradicionalista que arrastramos, pero mientras tanto esa imagen […]
[…] enredado, “La biblioteca 2.0: Los bibliotecarios sin Gutenberg, 2007-07-02an eguneratua, https://www.documentalistaenredado.net/519/la-biblioteca-20-los-bibliotecarios-sin-gutenberg/ -tik hartua […]
[…] · https://www.documentalistaenredado.net/519/la-biblioteca-20-los-bibliotecarios-sin-gutenberg/ […]
[…] “La biblioteca 2.0 es un modelo de funcionamiento que permite que las bibliotecas respondan rápidamente a las necesidades del mercado.[…] Es una filosofía del cambio rápido, de las estructuras de organización flexibles, de las herramientas nuevas de la web 2.0, y de la participación del usuario que pondrá a la biblioteca en una posición mucho más fuerte, que resuelve con eficacia las necesidades de una población de usuarios más grande.” ( https://www.documentalistaenredado.net/519/la-biblioteca-20-los-bibliotecarios-sin-gutenberg/ ) […]